La ratonera de las obras de Pérez Galdós

Las obras en estas calles están previstas que acaben el 9 de septiembre. Además se están levantando aceras para hacerlas más grandes, además de carriles bici. Sería la tercera vez que se levanta el carril bici y la zona peatonal pintada por Urbanismo desde que se instaurara hace dos años.

Los vecinos de la zona están «hartos de la situación». Así lo expresa María José del Amor, residente de la calle y miembro del colectivo Fuera túnel. La mujer denuncia que a las personas con discapacidad visual y personas con movilidad reducida se les hace imposible salir de sus casas debido a que no se han habilitado zonas para que puedan pasar. Hay rampas en la zona, lo que propicia que las personas que pasan por allí se puedan caer. «Con bastón no se puede ir», asegura esta vecina.

María José afirma que desde hace dos o tres semanas no ha visto gente trabajar en las obras. «Sólo he visto una furgoneta de una empresa dedicada al suministro de agua y no supo contestarme si estaban trabajando». Además, los vecinos de Pérez Galdós opinan: «Nos siguen castigando desde el Ayuntamiento». En lo que llevan de año se han visto afectados por dos obras de grandes dimensiones, aunque lo cierto es que para mejorar el aspecto de esta gran arteria. «El dinero para arreglar las calles lo pagan los valencianos y después de estas obras tocará pintar y se invierte más dinero», dice María José, cansada de que no se hagan todas las obras al mismo tiempo.

En cuanto al ruido lo tacha de «horrible. Se pasan el día picando y moviendo zanjas». Además, el polvo supone un gran problema entre los vecinos, en una época como la estival en la que se acostumbra a abrir las ventanas para ventilación. Pero en esta vía supone una práctica de 'alto riesgo'. Para los vecinos esta situación es «estresante».

Al ser una calle tan transitada por los vehículos, la presencia de la Policía Local es muy frecuente para regular los constantes atascos. Justo este jueves por la mañana, hasta cuatro agentes desviaban el tráfico por la calle Democracia al haber un gran embotellamiento de vehículos en la zona. El acceso desde el Paseo de la Pechina es además un laberinto, y se efectúa por un tramo en dirección contraria restado en el sentido de Pérez Galdós hacia el viejo cauce.

Desde Urbanismo ya confirmaron que el túnel de Pérez Galdós se queda y que se ampliarán las aceras. Este tema también genera controversia entre los habitantes del barrio, porque no están de acuerdo con el hecho de que se quede el paso inferior. Consideran que no cumple con las normativas europeas que pide la Unión Europea, aunque el Consistorio lo descartó por existir debajo un depósito de agua que hace inviable su supresión. «Ese túnel es un imán de vehículos», dice María José.

María José afirma que en los tiempos en los que estamos es «innecesario un túnel para poder circular». Además se queja de que no es un lugar que esté en buenas condiciones porque «está sucio y no hay un mantenimiento constante».

Para ella es una manera de romper la barrera arquitectónica entre vecinos. Por eso desde el vecindario de Pérez Galdós se pide que se haga algo con el túnel y con las obras porque en esa zona «se vive toda esta situación de una manera poco grata».