Secciones
Servicios
Destacamos
lp/EFE
Miércoles, 18 de marzo 2020
La lluvia, incluso torrencial, ha hecho acto de aparición estos días en buena parte de España. Poco se sabe de cómo evolucionará el coronavirus en los próximos meses. Ni los expertos se atreven a aventurar cómo afecta el cambio de tiempo a la actividad del virus.
Un incremento mantenido de la temperatura y un elevado grado de humedad podrían disminuir la «agresividad» del coronavirus (COVID-19) como ocurre con el virus de la gripe, según explican los meteorólogos de Meteored (tiempo.com), que advierten de que, sin embargo, se trata de un escenario nuevo y desconocido.
Y si fracasa el estado de alarma: qué es el estado de excepción
Noticia Relacionada
El meteorólogo Francisco Martín León recuerda que la gripe tiende a alcanzar su punto máximo en los meses fríos y disminuye en los meses cálidos, especialmente durante el verano en las latitudes medias, y que el factor fundamental no es precisamente la temperatura, sino la humedad, según estudios científicos. Añade que en un entorno seco, la gripe se afianza en el aparato respiratorio del infectado y permanece más tiempo en el ambiente, mientras que con altos valores de humedad el virus tiende a ser menos estable y su propagación disminuye, pues las gotas portadoras del virus en la tos humana crecen y caen antes de infectar a otras personas.
Los expertos esperan «una pausa» en la expansión del coronavirus durante el verano, pero subrayan que aún se desconoce su evolución y que el beneficio que puedan suponer el sol y el calor «es limitado si no se toman otras medidas de contención»
Y mantiene que «en el futuro, tendremos que hablar comúnmente en el periodo de los meses fríos de los resfriados, de la gripe y del nuevo coronavirus», que los científicos aseguran que ha venido para quedarse y para el que ya se busca una vacuna.
Los investigadores chinos también creen que el calor y la humedad pueden reducir la transmisión del coronavirus, según han indicado dos universidades pequinesas en la web 'Social Science Research Network'.
Los expertos, pertenecientes a la Facultad de Informática e Ingeniería de la Universidad de Beihang y la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Tsinghua, analizaron cómo podía afectar el clima a la expansión del COVID-19. Por una parte, observaron que después de romper las fronteras del gigante asiático, el virus no se comportaba igual en países del sudeste asiático como Singapur, Malasia y Tailandia que en Corea del Sur, Japón o Irán. En el primer grupo de países, el COVID-19 se extendía con menos velocidad que en el segundo grupo.
Esto provocó que los investigadores, según señalan en el informe preliminar, decidieron comprobar qué había pasado en China y cómo había afectado la humedad y el calor. Pusieron el corte antes del 24 de enero, fecha en que comenzaron las grandes restricciones en el país. Se analizaron cien ciudades en los que se habían producido más de 40 contagios. Lograron reunir 4.711 casos. Estudiaron las condiciones climáticas, además de otros factores como la densidad de la población y el PIB de las ciudades, y llegaron a la conclusión de que por el aumento de un grado, los contagios se reducen un 3,8%; si la humedad aumenta 1%, el descenso de los contagios puede alcanzar el 2,2%. «Indica que la llegada del verano y la temporada de lluvias en el hemisferio norte puede reducir efectivamente la transmisión del COVID-19», recalcan los científicos.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.