Europa Press
Lunes, 29 de enero 2024
El tratamiento del cáncer, ya sea por quimioterapia u otras terapias dirigidas, además de provocar la muerte de un gran número de células tumorales, deriva en la formación de células tumorales senescentes (también llamadas «zombies»), que no se reproducen pero generan un entorno favorable para el recrecimiento del tumor, por lo que este tratamiento sería más eficaz si se eliminan dichas células con inmunoterapia.
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Así lo han señalado los investigadores del IRB Barcelona, liderados por el doctor Manuel Serrano, que han descrito en un estudio publicado en la revista Nature Cancer cómo las células cancerígenas que después del tratamiento se han vuelto senescentes activan la proteína PD-L2 para protegerse del sistema inmune, al tiempo que reclutan células supresoras del sistema inmune.
Estas células supresoras originan un entorno inhibidor que evita que los linfocitos accedan y actúen contra las células cancerosas. Las células senescentes favorecen así el crecimiento del tumor y limitan la eficacia de la quimioterapia.
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«Bloqueando PD-L2 hemos visto en modelos de ratón que la quimioterapia es más eficaz contra el cáncer. Esto abre la vía a considerar el uso de un potencial inhibidor de PD-L2 como adyuvante en el tratamiento de esta enfermedad», explica el doctor Manuel Serrano, actualmente investigador en Altos Labs (Cambridge, Reino Unido).
El estudio se ha llevado a cabo con líneas celulares y con modelos animales de investigación de cáncer de piel, páncreas y mama.
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La senescencia celular es un proceso que se da de manera natural en el envejecimiento y que ha emergido como un fenómeno común en el contexto de las terapias contra el cáncer. La mayoría de las terapias oncológicas (como la quimioterapia o la radioterapia) actúan provocando múltiples daños celulares y, como consecuencia, originan células senescentes, particularmente en el interior del tumor.
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El equipo científico estudiará ahora si la senescencia vinculada al envejecimiento del organismo también se correlaciona con niveles elevados de PD-L2. «Aunque hacen falta más experimentos para caracterizar el papel de esta molécula en distintos tumores humanos, este trabajo nos ha permitido ampliar nuestro conocimiento sobre el papel de PD-L2 y la interacción de las células senescentes con el sistema inmune», explica el investigador postdoctoral del mismo laboratorio y primer autor del trabajo, el doctor José Alberto López.
Este trabajo se ha llevado a cabo en colaboración con los grupos de los doctores Joaquín Arribas, Alena Gros y María Abad en el Vall d'Hebron Instituto de Oncología (VHIO).
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El equipo dirigido por los el Dr. James Kirkland y la Dra. Tamara Tchkonia de la Mayo Clinic ha aportado importantes datos a este estudio. En el trabajo también ha participado la empresa Rejuveron Senescence Therapeutics, con sedes en Zúrich y Barcelona, que está desarrollando clínicamente los anticuerpos contra PD-L2.
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Este trabajo ha recibido financiación de la Asociación Española Contra el Cáncer, la Fundación «la Caixa», la Fundación BBVA, el Ministerio de Ciencia e Innovación, el Departament de Recerca i Universitats de la Generalitat de Catalunya, el European Research Council (ERC) y fondos europeos FEDER«.
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