![Detección temprana y enfoque global, claves para combatir el dolor crónico](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/10/16/dolro-k2dG-U2201523022125KnE-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Se estima que más del 26% de la población española, alrededor de nueve millones de personas, sufre algún tipo de dolor crónico. A pesar de ser el principal motivo de consulta médica, según la Sociedad Española del Dolor, el 60% de los afectados no recibe tratamiento. Además, el 40% de quienes lo padecen no tiene un diagnóstico específico, como revela la Plataforma de Organizaciones de Pacientes.
«Cualquier persona con un dolor que persiste más allá del tiempo esperado para la recuperación o un paciente con un diagnóstico definido, pero que soporta dolor de forma regular, debería consultar con una unidad especializada», explica el doctor Gustavo Fabregat, jefe de la Unidad del Dolor de Ascires. En el Día Mundial contra el Dolor, es fundamental subrayar la importancia de tratar el dolor agudo lo antes posible para evitar que se cronifique. «Cuanto antes tratemos al paciente, menos cambios se habrán producido a nivel del sistema nervioso central y podremos conseguir mejores resultados», indica el doctor Fabregat.
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El dolor musculoesquelético y el dolor neuropático son dos de los tipos más frecuentes que se encuentran los especialistas de estas unidades. En el primer caso, es muy común el dolor vinculado a patologías degenerativas como la artrosis y con una afectación principalmente de columna, que se manifiestan en dolor lumbar, cervical o dorsal, entre otros.
Contar con una población más longeva y con mayores demandas funcionales que hace 40 años es un reto para los facultativos especializados en esta rama de la medicina. «Antes, una persona de 80 años solía llevar una vida con muy poca actividad física. Ahora, a esa edad muchos pacientes se mantienen plenamente activos y exigen vivir sin dolor y con una buena calidad de vida. Quieren seguir practicando deporte o disfrutando de sus nietos. Como profesionales sanitarios, debemos responder a sus demandas», defiende este anestesiólogo especializado en técnicas de neuroestimulación contra el dolor.
«Nuestra especialidad requiere agilidad. Ante un dolor crónico, en una unidad especializada siempre habrá algo que podamos hacer para mejorar la calidad de vida del paciente», destaca el doctor Fabregat. Radiofrecuencia, infiltraciones, técnicas de neuromodulación como la estimulación transcraneal, los sistemas implantables y los sistemas de infusión, terapias regenerativas, bloqueos nerviosos o terapias farmacológicas son solo algunos de los abordajes disponibles. Además, en patologías como la fascitis plantar, tendinitis o artrosis que no responden a tratamientos conservadores, la radioterapia en baja dosis es otra opción terapéutica con muy buenos resultados.
«Lo difícil no es aplicar la técnica. El verdadero reto es elaborar una buena historia clínica, diagnosticar de forma precisa y planificar la estrategia terapéutica adecuada para cada paciente», señala el responsable de la Unidad de Dolor de Ascires, quien insiste en que a menudo la solución pasa por combinar diferentes técnicas.
En 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció por primera vez el dolor crónico como una patología en sí misma, según la actualización de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE 11). Además de este tipo de 'dolor crónico primario', se especifican otros tipos de dolor crónico 'secundario', es decir, cuando el dolor es un síntoma de otra enfermedad o condición. Este es el caso del dolor por cáncer, postquirúrgico o postraumático, neuropático, orofacial y cefalea, visceral y musculoesquelético.
La Unidad del Dolor de Ascires propone un enfoque global y realista para el tratamiento del dolor crónico, que no solo afecta a la persona en la esfera física, sino también en la cognitiva, emocional, psicológica o social. «Disponemos de una cartera muy amplia para casi todos los tipos de dolencias, pero nunca digo a mis pacientes que vamos a poder eliminar por completo un dolor que se ha cronificado. Hay que ser honesto, establecer unos objetivos realistas y aspirar a un éxito razonable. Lo que es seguro es que siempre vamos a poder hacer algo para aliviar y mejorar la calidad de vida del paciente», concluye el especialista de Ascires.
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