Dientes sanos, cuerpo sano: el Colegio de Higienistas Dentales reivindica la salud bucodental

Es importante fomentar la higiene dental desde la infancia. Tener unos dientes sanos desde que erupcionan las primeras piezas, evita muchos problemas de salud en la edad adulta. Tener los dientes y encías sanos es una garantía de protección frente a numerosas enfermedades, ya que la mayoría de los microorganismos patógenos que penetran en nuestro cuerpo, lo hacen a través de la boca. El Colegio de Higienisas Dentales de la Comunitat Valenciana reivindica este hecho.

En los últimos años, se está demostrando con estudios científicamente avalados -por organismos como la European Federation of Periodontology (EFP)- la relación estrecha entre una mala salud bucodental y el daño en la salud general del individuo. Una mala salud bucodental puede suponer incluso el agravamiento de enfermedades sistémicas. Esto provoca que, entre los mejores y más reputados profesionales de la odontología, haya surgido la necesidad de crear un vínculo de trabajo multidisciplinar entre el equipo odontológico, donde el higienista dental tiene un papel crucial para afrontar el reto de la prevención; y el médico de familia o de cabecera.

Hesy-Ra fue el primer odontólogo de la historia. El médico egipcio más antiguo que se conoce en la actualidad, en la especialidad de la odontología. Se sabe de su existencia gracias a un panel de madera que se conserva de su tumba, datado del año 3000 a. C, en el Museo Egipcio del Cairo y en el que aparece como »jefe de dentistas y médicos».

Esta personalidad del Antiguo Egipto ya indicó en su momento la importancia de la asociación de la medicina y la odontología. Vinculación que se visibiliza en el protocolo que utilizaba para su sistema de diagnóstico:

-Hacer preguntas al enfermo, con orden y pacientemente.

-Investigar entre sus allegados.

-Encontrar el origen directo o indirecto del sufrimiento.

-Buscar la existencia de antecedentes familiares.

-En caso de recaídas, verificar si el tratamiento es el adecuado.

-Preparar un plan de cuidados a medio y largo plazo.

Pero volviendo a lo que nos ocupa, la historia de la odontología existe por lo menos desde hace 5000 años, pues se tiene evidencia de que los egipcios, por el año 3000 a.C., ya realizaban extracciones dentales, trataban inflamaciones bucales y reponían las piezas dentales ausentes con diferentes sistemas. Entre el año 800 y 2500 a.C. los etruscos y fenicios ya utilizaban bandas y alambres de oro para la construcción de prótesis dentales. En el antiguo Egipto, la preocupación por la salud de la boca, ya quedó patente. Las personas usaban palillos de madera y cepillos manuales hechos con cabellos de animales para limpiar los dientes. Mientras que otras civilizaciones usaban la menta como dentífrico.

Es decir, la odontología tal y como la conocemos hoy día, encuentra el sentido de su existencia en la importancia que ya se le daba al hecho de tener unos dientes sanos. Hablamos de prevención. El higienista dental, profesional sanitario relativamente joven cuyo origen en España se remonta al año 86, desarrollaba antes su formación curricular como técnico superior de FP (hoy por hoy llamado Grado Superior). Desde ese momento, el fomento de la prevención ha sido primordial en sus competencias profesionales.

El higienista dental es el profesional sanitario de la odontología no intervencionista, que se le ha preparado y capacitado para prevenir enfermedades bucodentales. ¿Cómo? Educando a la población en unos correctos hábitos de higiene oral y salud en general, además de tener la competencia de evaluar la salud bucal de las personas mediante actividades de vigilancia epidemiológica. Esta información de campo le permite diseñar, crear e implantar estrategias de salud que promuevan la mejora de la salud bucodental de la ciudadanía. Un trabajo, la prevención, que va a evitar dolor y patologías en la cavidad oral y enfermedades generalistas.

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