El efecto secundario del ibuprofeno y el paracetamol del que alerta la AEMPS
Su uso prolongado o en dosis superiores a las recomendadas puede afectar al sistema cardiovascular
Son los analgésicos más consumidos del país y se recurre a ellos con facilidad para aliviar dolores comunes, bajar la fiebre o combatir los síntomas de un resfriado. Sin embargo, su condición de fármacos de uso frecuente no debe hacernos olvidar que no están exentos de riesgos, sobre todo si se utilizan con una frecuencia o dosis inadecuadas. Así lo ha advertido recientemente la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), que ha puesto el foco en un efecto secundario potencialmente grave que comparten ambos medicamentos: el riesgo cardiovascular.
Tanto el ibuprofeno como el paracetamol son medicamentos seguros cuando se toman con responsabilidad, pero su uso prolongado o en dosis superiores a las recomendadas puede afectar al sistema cardiovascular. En el caso del ibuprofeno, que pertenece al grupo de los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), la advertencia no es nueva. Las agencias reguladoras, incluida la AEMPS, llevan años recomendando utilizar siempre la dosis más baja que resulte eficaz y durante el menor tiempo posible. Pero ahora, la alerta se intensifica a raíz de los datos recogidos por autoridades como la Agencia Nacional Francesa de Seguridad del Medicamento (ANSM), que ha detectado un aumento de efectos adversos graves coincidiendo con una mayor exposición de la población a productos de 400 miligramos.
Esto significa que, aunque el ibuprofeno de 400 mg se pueda adquirir sin receta en España, su uso no debe tomarse a la ligera. De hecho, la recomendación es iniciar el tratamiento con la dosis mínima (200 mg) y no prolongarlo más allá de unos pocos días sin supervisión médica. Un uso inadecuado puede derivar en eventos cardiovasculares, especialmente en personas con antecedentes o factores de riesgo como hipertensión, colesterol alto o enfermedades cardíacas.
Pero el paracetamol, considerado durante años como el analgésico más inocuo, tampoco queda fuera de este aviso. Aunque no pertenece a la familia de los AINE y no posee efecto antiinflamatorio, diversos estudios han comenzado a observar una relación entre su consumo sostenido y un aumento en la presión arterial, particularmente en pacientes con patologías cardiovasculares previas. Así, se ha puesto en entredicho su perfil completamente neutro desde el punto de vista cardíaco.
En este contexto, un estudio citado por expertos en el ámbito europeo analizó a pacientes con enfermedad coronaria que tomaban un gramo de paracetamol cada ocho horas durante dos semanas. Aunque no se detectaron alteraciones relevantes en otros marcadores biológicos, sí se observó un aumento de la presión arterial. Un hallazgo preocupante, ya que la hipertensión es uno de los principales factores de riesgo para sufrir infartos o ictus.
Además, también se han registrado efectos adversos menos frecuentes como alteraciones hepáticas, daños renales, hipoglucemia o reacciones dermatológicas. Aunque muchos de estos eventos se producen en casos puntuales —algunos tan raros como uno por cada 10.000 pacientes—, su gravedad obliga a no trivializar su aparición.
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