Dormir mal es una sensación molesta que te deja todo el día cansado y con dificultad para hacer lo más mínimo, desde centrarte en una tarea sencilla hasta hacer un entrenamiento o recordar cualquier detalle. Y lo peor es cuando, a pesar del cansancio que vas arrastrando durante la jornada, llega la noche, te metes en la cama y no hay forma de conciliar el sueño.
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El insomnio es un problema bastante común que sufren muchísimas personas y que puede deberse a preocupaciones o problemas de estrés o ansiedad; o a otras causas que tienen más que ver con los hábitos que seguimos, como por ejemplo llevar una vida demasiado sedentaria y no 'cansar' el cuerpo o incluso qué comemos y bebemos.
Esta dificultad para conciliar el sueño hace que quien la sufre se pase la noche dando vueltas en la cama y mirando el reloj para comprobar cuántas horas le quedan para poder dormir algo. Un gesto prácticamente inevitable que, no obstante, aumenta la presión que sentimos al ver cada vez más cerca la alarma del despertador, complicando todavía más el descanso.
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Y es precisamente ese pequeño hábito, aunque existen complementos y trucos para favorecer el sueño, el que marca la diferencia en si finalmente puedes o no dormir. Así lo explica la fisioterapeuta y experta en sueño, Sammy Margo, en declaraciones publicadas por el medio Mirror: «Cuando nos centramos en el tiempo y en no poder dormir, esto solo añade presión, lo que puede intensificar la ansiedad y hacer que sea aún más difícil conciliar el sueño», indica.
Si es tu caso, hay un truco bastante certero para evitar esto y conseguir dormir cuanto antes: «En lugar de obsesionarte con el reloj, si te encuentras completamente despierto, intenta salir de tu habitación por completo», aconseja la fisioterapeuta, que asegura que quedarte en la cama retrasará tus opciones para conciliar el sueño porque esto puede confundir al cerebro, ya que «lo lleva a asociar la cama con la vigilia en lugar del descanso», detalla.
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Aquí, según la experta, es donde hay que poner en práctica «la 'regla de los 20 minutos'», por la que si no has podido quedarte dormido en ese tiempo, debes levantarte y salir de la cama para romper el ciclo y restablecer la asociación de la misma con el sueño. De esta forma ayudas a la relajación del cuerpo y a poder tener un descanso reparador.
No hay que olvidar otra costumbre crucial a la hora de conseguir dormir: el uso del móvil. La experta recuerda que este hábito, que tiende a activarnos, «puede alterar significativamente el ciclo natural de sueño-vigilia del cuerpo, dejándolo inquieto y dando vueltas en la cama»,
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