Marta Peydro, odontóloga: «A mis pacientes les devuelvo las ganas de reír»

Uno de los mayores miedos de algunos sigue siendo ir al dentista. Quizás porque tenemos la imagen de hace varias décadas o nos han contado que era doloroso acudir al odontólogo. A día de hoy, la situación es muy distinta, sobre todo, cuando nos acercamos a eso que se llama la Odontología avanzada y es la que ponen en práctica en la Clínica Peydro, una clínica con una estética similar a la de un hotel boutique 5 estrellas, apta para todos los públicos y en la que los hermanos Peydro se han especializado en resolver aquello que para otros sería imposible llevar a cabo.

Los hermanos Diego y Marta Peydro han construído, con el tiempo, una de las clínicas odontológicas más importantes del país y hasta ella acude gente de distintas autonomías e, incluso, de otros países porque los Peydro se han especializado en hallar la solución a cualquier problema odontológico y resolverlo de una forma mínimamente invasiva con resultados asombrosos.

La Clínica Peydro destaca por su compromiso con la excelencia y la calidez humana. Cada paciente es tratado con el máximo respeto y dedicación, asegurándose de que su experiencia en la clínica sea positiva y gratificante. Este enfoque personalizado y humano es lo que hace que los pacientes confíen en ellos para el cuidado de su salud bucodental bien sea para prevenir cualquier problema dental o para someterse a un tratamiento de ortodoncia invisible, implantes dentales o estético.

El sector de la odontología valenciana vive un momento apasionante, con profesionales que son referentes a nivel estatal por la forma en la que resuelven los casos de los pacientes, las técnicas avanzadas y tecnológicas que llevan a cabo y la manera en la que crean experiencias positivas en sus pacientes. Uno de estos ejemplos es la doctora Marta Peydro, quien, junto a su hermano, Diego Peydro, lidera una clínica donde tecnología, calidez y excelencia se combinan para devolver sonrisas cada día.

-¿Podrías proporcionarnos un breve resumen de tu trayectoria profesional? ¿Cuándo iniciaste tu carrera y qué te llevó a decidir liderar una clínica junto a tu hermano?

-Yo empecé a trabajar en el año 1999. Mi hermano y yo habíamos estudiado la misma carrera y cada uno se especializó en un área diferente: yo en cirugía y rehabilitación, y él en ortodoncia. Consideramos que hacíamos un buen equipo para liderar un grupo de odontólogos que abarcara todas las especialidades y formas de abordar un caso clínico. En 2006 inauguramos la clínica «Peydro Herrero».

-¿Cuál es tu especialidad dentro del campo de la odontología?

-Estoy especializada en rehabilitación oral, lo que significa que reconstruyo bocas, es decir, devuelvo a mis pacientes la posibilidad de comer bien y tener una buena función dental, además de una estética según sus deseos, ya sea más natural o más blanca y llamativa. Es una especialización que interviene tanto en la salud física con en la mental, ya que una buena autoaceptación es fundamental para el bienestar general.

-¿Cuál consideras que es la razón principal por la que los pacientes eligen tu cuidado odontológico y cuál es tu especialidad más destacada?

-Trato de que los pacientes sepan que, tengan lo que tengan, yo se lo voy a solucionar. Busco las herramientas y necesarias para que el paciente obtenga lo que quiere y necesita.Mi especialidad es precisamente esto: buscar los medios para rehabilitar una boca desde todas las áreas de la odontología, asegurando una buena función masticatoria y una estética que les permita sonreír de nuevo sin complejos.

Yo siempre digo que los pacientes vienen a nuestra casa, la Clínica Peydro. Y uno, cuando tiene invitados en su casa, le ha de ofrecer lo mejor, ¿no? Esa es justamente una de las máximas que tenemos mi hermano y yo, dar lo mejor y hacerlo lo mejor posible.

-¿Podrías describir la infraestructura y el personal de la Clínica Peydro en la actualidad?

-La clínica tiene ocho gabinetes. Trabajan 12 personas entre higienistas, auxiliares, recepcionistas y de atención al paciente. Como doctores estamos mi hermano, Diego Peydro y yo y contamos con la colaboración de cuatro doctores.

-¿Cómo es la experiencia de dirigir una empresa junto a tu hermano? ¿Quién se especializa en un área diferente de la odontología?

-Compartir empresa con mi hermano es fundamental. A nivel odontológico, nos complementamos perfectamente: él reorganiza los dientes como yo necesito para que después yo pueda reconstruir la forma de morder y la estética del paciente. A nivel empresarial, nos apoyamos mutuamente, compartimos todas las opiniones y decisiones, y nos llevamos muy bien. Somos muy amigos.

-¿Crees que devuelves la sonrisa al paciente?

-Sí, diría que les devuelvo a mis pacientes las ganas de reír. Tengo 25 años de experiencia y la frase que más me han dicho es: «hacía años que no sonreía» «nunca había estado tan cómoda» «gracias por hacerlo tan fácil». Es común que me digan: «ojalá lo hubiera hecho antes».

-¿Consideras que liderar una clínica siendo odontóloga es una ventaja?

-A día de hoy te digo que sí. Ahora bien, cuando empezamos mi hermano y yo éramos dos personas muy jóvenes sin experiencia empresarial. Con el paso del tiempo, hemos aprendido y nos hemos rodeado de un buen equipo para completar la parte empresarial, que era la que evidentemente menos controlamos al principio. La ventaja de ser ambos odontólogos es que abarcamos todas las necesidades de la profesión. La carga de trabajo es muy alta porque no solo dedicamos horas a la clínica, sino también a la gestión, liderazgo del equipo. La satisfacción viene de que es un proyecto 100% nuestro, con todas las decisiones bajo nuestra responsabilidad.

-¿Ya no duele ir al dentista?

-No. Ya no duele! Estamos en un momento de la profesión en el que complementamos muchos tratamientos con escáner, modelos informáticos con los que programamos los casos clínicos, fotografías, radiografías,... todo se estudia y se planifica antes de empezar a trabajar en la boca del paciente, así que, cuando llega ese momento, todo va encajando como un puzzle, todo está perfectamente programado, así que las visitas son más cortas y trabajos muy complejos se terminan con muy poca intervención en la boca del paciente.

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