Secciones
Servicios
Destacamos
TV
Martes, 19 de abril 2022, 20:50
A partir de este miércoles no solo podremos pasear por la calle sin mascarilla, ya que el Gobierno pone fin a la obligatoriedad de este método de protección tamién en interiores, practicamente 700 días después de que tuviésemos que comenzar a llevarlas por la irrupción del coronavirus. Cambió nuestras rutinas y tuvimos que acostumbrarnos a dejar de vernos las caras al entrar a restaurantes, tiendas y todo tipo de establecientos, llegando a convertirse en un complemento más a la hora de salir de casa.
Por fin decimos adiós a tener que llevar la mascarilla también en interiores y espacios cerrados, aunque hay cuatro excepciones: servicios y establecimientos sanitarios, centros sociosanitarios, transporte públicos y de viajeros y en los centros de trabajo que así lo decidan. Eso sí, hay que seguir siendo responsables y actuar con precaución para evitar el contagio de coronavirus, prestando especial atención a situaciones en las se produzcan reuniones de personas o haya población vulnerable.
Nos costó acostumbrarnos a llevarla, y ahora habrá quien no se acostumbre del todo a ir sin ella. Los psicólogos ya han advertido en varias ocasiones que la eliminación de la mascarilla trae consigo la aparición del síndrome de la cara vacía, un conjunto de problemas que se manifiesta en las personas que se sienten inseguras cuando no llevan nada que les protege la cara ante posibles contagios de coronavirus.
Más sobre mascarillas
Los síntomas pueden ser salivación o sequedad de boca, sudoración, palpitaciones, sensación de tener un nudo en el estómago, mareos y dolor de cabeza. Quienes padecen este síndrome también pueden experimentar sensación de calor o de frío, palidez, tensión muscular, temblores y pensamientos compulsivos sobre el miedo a contagiarse, llegando a sentirse vulnerables o desprotegidos. Esto ocurre cuando vuelven a ser normalizadas situaciones que la mente ha asociado como un peligro para la salud.
La psicóloga y miembro del Instituto Europeo de Psicología Positiva de Madrid, Sonia Castro, señalaba el pasado junio que no hay un tratamiento «eficaz y concreto» para combatir este síndrome y ha explicado que lo que se debe hacer es «dotar de un aprendizaje de ciertas herramientas y estrategias» a aquellas personas que padezcan este síndrome para así poder manejar el miedo y la ansiedad que les produce la retirada de la mascarilla.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El pueblo de Castilla y León que se congela a 7,1 grados bajo cero
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.