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Con la llegada del verano, nuestro cuerpo pide alimentos frescos y ligeros que nos ayuden a mantenernos hidratados. Entre las frutas de temporada que más destacan por sus propiedades refrescantes y nutritivas, las cerezas ocupan un lugar especial. No solo son deliciosas y dulces, sino que también están llenas de beneficios para la salud. Pero, ¿qué sucede en nuestro organismo si comemos cerezas a diario?
Las cerezas son una excelente fuente de vitaminas como la vitamina C y la vitamina A, así como de minerales como el potasio, el magnesio y el calcio. También contienen antioxidantes potentes, como las antocianinas y el ácido elágico, que juegan un papel crucial en la protección de nuestras células contra el daño oxidativo. Asimismo, son una excelente fuente de hidratos de carbono, en su mayoría azúcares simples como la fructosa, glucosa y sacarosa. A pesar de ello, las cerezas mantienen un valor calórico moderado.
Las cerezas poseen un gran poder antioxidante y antiinflamatorio gracias a su alta concentración de antioxidantes, lo que ayuda a combatir el estrés oxidativo y reducir la inflamación en el cuerpo. Esto es particularmente beneficioso para las personas con sobrepeso, ya que el exceso de peso a menudo se asocia con inflamación crónica y un mayor riesgo de enfermedades metabólicas.
Consumir esta fruta puede mejorar la calidad del sueño, ya que se caracteriza por ser una fuente natural de melatonina, una hormona que regula el ciclo del sueño. Esta propiedad es fundamental para la recuperación y el bienestar general, especialmente para quienes tienen un estilo de vida agitado.
Para las personas con sobrepeso, incorporar cerezas en su dieta diaria puede ofrecer múltiples beneficios. La combinación de fibra, baja carga glucémica y propiedades antiinflamatorias puede ayudar a gestionar mejor el peso y mejorar la salud metabólica.
Además, al ser una alternativa saludable a los dulces procesados, las cerezas pueden ayudar a satisfacer los antojos de azúcar de manera más nutritiva. Estudios recientes sugieren que las antocianinas de las cerezas no solo ayudan a combatir la inflamación sino que también pueden influir en la reducción de la grasa abdominal, una de las áreas más problemáticas para las personas con sobrepeso. Asimismo, su efecto diurético natural ayuda a combatir la retención de líquidos, común en personas con exceso de peso.
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