¿Puede obligarme mi empresa a llevar la mascarilla en el trabajo?

Las mascarillas llegaron a nuestras vidas hace ya casi tres años y llegamos a convertirlas en un accesorio más de nuestro día a día como el teléfono móvil, el bolso o la cartera. Ahora, casi un año después de su retirada en espacios interiores, el Consejo de Ministros ha determinado hoy que el uso de las mascarillas seguirá siendo de uso obligado en al menos otros ocho lugares cerrados, una vez la normativa se publique en el Boletín Oficial del Estado (BOE), previsiblemente el miércoles 8 de febrero de 2023.

Estos espacios serán los hospitales, los centros de salud, las clínicas dentales, los centros de reproducción humana asistida, los centros de interrupción voluntaria del embarazo, otros centros de atención especializada, las farmacias y las residencias. El caso de las residencias, cabe destacar que sólo serán obligatorias para el personal y no para los pacientes, al contrario que en los centros de salud que lo será tanto para pacientes como para sanitarios.

Estos espacios son más suceptibles a contagios y suelen estar frecuentados por personas de riesgo. Sin embargo, Carolina Darias, ministra de Sanidad, baraja que en las farmacias deje de ser obligatoria, pero no no hay una fecha marcada para desprenderse de la mascarilla en el entorno sanitario. De esta manera, se confirma lo que se venía especulando y su uso en el transporte público no será necesario y caerá en la responsabilidad de cada usuario.

Los centros sanitarios podrían no ser el único lugar donde los trabajadores deben llevar mascarilla y es que Sanidad ha comentado que, si bien en el ámbito laboral «no son obligatorias», en la normativa se plasma la posibilidad de que los servicios de riesgo y prevención de las empresas puedan decidir, si así lo consideran oportuno, obligar a sus trabajadores a usar las mascarillas.

Aunque las mascarillas no sean obligatorias en todos los entornos laborales, en caso de que la empresa decida que sus trabajadores deben llevar mascarilla, estos no podrán negarse a usarla, salvo que exista una justificación médica que indique que el trabajador en cuestión no debería llevar la mascarilla.

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