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VALENCIA
Viernes, 20 de noviembre 2020, 19:23
La OMS ha señalado que la farmacorresistencia o resistencia a los antimicrobianos es «igual de peligrosa» que la expansión del Covid-19 y «amenaza» con acabar con los progresos médicos que se han alcanzado en el último siglo. La resistencia a los antimicrobianos, según explica la propia OMS, se produce cuando los microorganismos, sean bacterias, virus, hongos o parásitos, sufren cambios que hacen que los medicamentos utilizados para curar las infecciones dejen de ser eficaces. Los microorganismos resistentes a la mayoría de los antimicrobianos se conocen como ultrarresistentes. El fenómeno es muy preocupante porque las infecciones por microorganismos resistentes pueden causar la muerte del paciente, transmitirse a otras personas y generar grandes costos tanto para los pacientes como para la sociedad.
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La resistencia a los antimicrobianos es el término más amplio para la resistencia de diferentes tipos de microorganismos y abarca la resistencia a los medicamentos antibacterianos, antivirales, antiparasitarios y fungicidas.
La resistencia a los antimicrobianos se ve facilitada por el uso inadecuado de los medicamentos, como, por ejemplo, al tomar antibióticos para tratar infecciones víricas como el resfriado o la gripe, o al compartir el tratamiento con otros pacientes. Los medicamentos de mala calidad, las prescripciones erróneas y las deficiencias de la prevención y el control de las infecciones son otros factores que facilitan la aparición y la propagación de la farmacorresistencia. La falta de empeño de los gobiernos en la lucha contra estos problemas, las deficiencias de la vigilancia y la reducción del arsenal de instrumentos diagnósticos, terapéuticos y preventivos también dificultan el control de la farmacorresistencia.
¿Y cuál es la diferencia entre la resistencia a los antibióticos y la resistencia a los antimicrobianos? La OMS apunta a que en las bacterias se pueden producir modificaciones en respuesta al uso de antibióticos, que se prescriben para tratar distintas infecciones bacterianas (neumonía, infecciones de las vías urinarias, infecciones sanguíneas, etc.). Estos cambios en las bacterias hacen que los antibióticos dejen de ser eficaces.
La resistencia a los antimicrobianos es un término más general que abarca también las resistencias a fármacos utilizados para tratar infecciones causadas por otros microorganismos, tales como parásitos (por ejemplo, los helmintos o el parásito que causa el paludismo), virus (como el VIH) y hongos (como la cándida).
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