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R.V.
Domingo, 13 de agosto 2023, 00:53
Con la llegada del verano, el calor, las visitas a la playa o una agenda social llena de actos, salidas y cenas, muchas son las personas que deciden decorar su cuerpo para que luzca más atractivo y llamativo. Tatuajes y piercing quedan a la vista en una época del año en el que se luce menos ropa y se apuesta por los trajes de baño para lucir en la costa o en la piscina.
Así que muchas personas toman la decisión de hacerse un nuevo adorno en sus cuerpos como puede ser un piercing. Pero hay riesgos, sobre todo en esta época del año, que invitan a tomar una serie de precauciones si se toma la determinación de perforar alguna parte de la piel para colocar un pendiente brillante.
Los expertos defienden que el verano no es el mejor momento para ello. El riesgo de que haya una posible infección o que deje manchas en la piel tras el contacto con el sol son algunos de los factores a tener en cuenta para realizarse o no un piercing.
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Pero si al final se opta por seguir adelante, hay que tomar una serie de precauciones para evitar que lo que puede ser algo que nos haga lucir más atractivos, se convierta en un problema de salud. Según publican expertos en salud de la web Saber Vivir, que ha pedido consejos a dermatólogos y farmacéuticos, si el piercing está recién realizado y aún no ha cicatrizado, el riesgo de infecciones es mayor, por lo que podría convertirse en un daño al cuerpo.
Hay que tener en cuenta que un piercing es una herida, por lo que requiere de un aumento de la higiene en la zona en la que se ha llevado a cabo. En verano, con el salitre del mar, el cloro de la piscina o el sudor que desprende nuestro propio cuerpo es más complicado mantener una limpieza exhaustiva en la zona perforada. Por lo que los expertos invitan a esperar hasta dos semanas después de la realización del piercing para bañarse en el mar o en la piscina. Si no se toman estas precauciones, existe la posibilidad de que la sal o el cloro puedan introducir bacterias en el piercing y retrasar así la curación. Incluso, la exposición al sol puede dejar una mancha alrededor. Evitar la exposición solar es una de las recomendaciones más básicas.
Otro de los consejos que evitan el riesgo de infección o manchas en la piel es el de no llevar ropa ajustada para que la curación natural del piercing se lleva a cabo de mejor manera ya que se evitan los roces o que la prenda pudiera engancharse con el pendiente. Tampoco es recomendable aplicar protección solar o maquillaje directamente en la zona aunque si se va a tomar el sol, la piel ha de protegerse.
Finalmente, es esencial limpiar bien la zona si se ha tenido contacto con el mar o la piscina, para que la higiene sea lo más adecuada posible. Así, estos mismos expertos recomiendan la utilización de suero fisiológico tras cada baño o si se ha tenido contacto con la arena. Con las manos bien limpias y con una gasa impregnada en el líquido, se deben dar golpecitos pequeños en la zona del piercing para limpiar la zona.
Si la herida da muestras de que puede estar irritada, se recomienda aplicar un antiséptico. En caso de complicación, es necesario acudir al médico para que explore la piel y vea las posibles consecuencias de la irritación o infección del piercing.
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