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La depresión es un trastorno mental que afecta a millones de personas en todo el mundo y puede manifestarse de diversas formas. Aunque a menudo se asocia con síntomas evidentes como tristeza profunda, falta de energía o aislamiento social, existen tipos de depresión menos visibles pero igualmente incapacitantes. Uno de ellos es la depresión de alto funcionamiento, una condición en la que la persona es capaz de mantener sus responsabilidades laborales, familiares y sociales, pero lo hace a costa de un enorme desgaste emocional.
Las personas con depresión de alto funcionamiento pueden parecer exitosas, productivas y estables desde el exterior, pero en su interior experimentan una lucha constante contra la ansiedad, el agotamiento y el desánimo. Debido a esta aparente normalidad, este tipo de depresión suele pasar desapercibida, tanto para el entorno como para la propia persona afectada. Reconocer sus señales es fundamental para buscar ayuda a tiempo y evitar que el problema se agrave.
A continuación, te presentamos cinco señales que, según algunos expertos, pueden indicar que sufres depresión de alto funcionamiento:
Aunque logres cumplir con tus responsabilidades y aparentes llevar una vida normal, sientes un vacío interno que no desaparece. Nada parece generar auténtica satisfacción y, aunque los demás te vean como una persona exitosa, internamente no logras sentirte pleno.
Mantener la fachada de normalidad requiere un esfuerzo descomunal. Las personas con depresión de alto funcionamiento suelen sentirse agotadas todo el tiempo, incluso si duermen bien. Este cansancio no es solo físico, sino también emocional, lo que puede derivar en una desconexión afectiva con los demás.
Quienes padecen esta forma de depresión suelen exigirse demasiado y sentir que nunca hacen lo suficiente. Se comparan con los demás y creen que siempre deberían estar rindiendo mejor, lo que aumenta su sentimiento de culpa y su malestar emocional.
Lo que antes generaba ilusión o disfrute ahora parece una carga o no produce ningún placer. La anhedonia (incapacidad para experimentar placer) es uno de los síntomas más claros de la depresión de alto funcionamiento y puede afectar a los pasatiempos, la vida social e incluso las relaciones personales.
Para seguir funcionando y ocultar su malestar, muchas personas recurren a estrategias como el trabajo excesivo, el consumo de alcohol o el abuso de redes sociales. Estos mecanismos de escape pueden aliviar temporalmente la sensación de angustia, pero a largo plazo agravan el problema.
Si te sientes identificado con varios de estos síntomas, es importante que busques ayuda profesional. La depresión de alto funcionamiento puede pasar desapercibida, pero sus efectos pueden ser igual de dañinos que cualquier otra forma de depresión. Hablar con un psicólogo o psiquiatra puede ser el primer paso para recuperar el bienestar emocional y mejorar tu calidad de vida.
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