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A medida que envejecemos, el cuerpo experimenta cambios significativos que impactan nuestras necesidades nutricionales. En la tercera edad, prestar atención a la alimentación es esencial para prevenir problemas de salud comunes como el estreñimiento, la osteoporosis y la deshidratación. En este sentido, realizar algunos ajustes en la dieta no solo ayudará a mantener una buena salud general, sino que también contribuirá a minimizar riesgos asociados con enfermedades crónicas.
Con el paso de los años, el intestino se ralentiza. Los movimientos que facilitan el avance de los alimentos, conocidos como peristaltismo, pierden eficacia, lo que puede desembocar en episodios de estreñimiento. Para combatir esta situación, algunos expertos subrayan la importancia de seguir una dieta rica en fibra, que ayuda a mantener un correcto funcionamiento del sistema digestivo.
La fibra no solo facilita el tránsito intestinal, sino que también contribuye a estabilizar los niveles de azúcar en sangre y a mantener un peso saludable. Se encuentra en alimentos como las verduras, frutas frescas, cereales integrales, legumbres y frutos secos. Incorporar estos ingredientes de manera habitual en la dieta puede marcar una gran diferencia en el bienestar diario.
La osteoporosis, una enfermedad que disminuye la densidad ósea y aumenta el riesgo de fracturas, es especialmente común en las personas mayores de 70 años. Para frenar su desarrollo, es fundamental consumir alimentos ricos en calcio, como lácteos, vegetales de hoja verde, legumbres y alimentos fortificados.
El calcio es crucial para mantener la fortaleza de los huesos, pero no actúa solo. La vitamina D, que se obtiene a través de la exposición solar y de ciertos alimentos como pescados grasos y huevos, es igualmente importante. Esta vitamina facilita la absorción del calcio en el cuerpo, reduciendo el riesgo de fracturas y mejorando la salud ósea en general.
Otro de los desafíos en esta etapa de la vida es la deshidratación. Con los años, la sensación de sed disminuye, lo que provoca que muchas personas mayores olviden beber suficiente líquido.
Para mantener una hidratación adecuada, es recomendable incluir alimentos ricos en agua como sopas, caldos, purés e infusiones en la dieta diaria. Estas opciones no solo son fáciles de consumir, sino que también ayudan a garantizar que el cuerpo reciba los líquidos necesarios para funcionar correctamente. Además, es importante recordar beber agua de manera regular, incluso si no se siente sed.
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En este contexto, cabe recordar que la nutrición en la tercera edad no solo trata de prevenir enfermedades, sino de promover un envejecimiento saludable y activo. Los alimentos recomendados para personas mayores de 70 años no solo aportan nutrientes esenciales, sino que también ayudan a combatir los efectos más comunes del envejecimiento, como la pérdida de masa ósea, la deshidratación y las dificultades digestivas. Diseñar una dieta equilibrada junto a un profesional, adaptada a estas necesidades, es un paso fundamental para garantizar una vida plena y con energía en esta etapa de la vida.
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