El colesterol es una de las grasas más importantes del cuerpo, ya que este lo necesita para realizar ciertas funciones como la producción de células sanas, sin embargo, si sus niveles son altos se pueden formar depósitos de grasa en los vasos sanguíneos lo que podría aumentar el riesgo de padecer una enfermedad cardiaca. Por ello es tan importante controlar estos niveles manteniendo, entre otros, una alimentación sana.
Existen alimentos que de manera natural pueden ayudar al organismo a mantener a raya al colesterol, eso sí, combinados siempre con ciertos hábitos saludables entre los que se incluye la práctica de ejercicio físico de forma regular. Uno de ellos es la remolacha, una verdura de moderado contenido calórico que, según un estudio publicado en Nutrients, «podría ayudar a controlar enfermedades cardiovasculares, reducir la presión arterial, atenuar la inflamación y evitar el estrés oxidativo».
Propiedades de la remolacha
La remolacha destaca por su acción contra la formación de los radicales libres en el organismo que son los responsables de la oxidación y envejecimiento de las células y del desarrollo de varias enfermedades. Además, su alto contenido en fibra soluble y antioxidantes favorece que los niveles de azúcar, colesterol y triglicéridos se mantengan controlados. También tiene la capacidad de aumentar el colesterol bueno en el organismo.
Su contenido en fibra, acompañado de su aporte en vitamina B, hacen que la remolacha ayude a la salud digestiva favoreciendo los movimientos intestinales y tratando el estreñimiento.
Por último, este vegetal es un potente depurativo del organismo y una fuente muy rica de hierro y ácido fólico.
Cómo preparar zumo de remolacha
En esta ocasión, el zumo de remolacha va acompañado de otras frutas y verduras que también ayudan al organismo a mantener el colesterol a raya.
Deberemos pelar y cortar en trozos la manzana y la remolacha. Cuando ya esté habrá que reservarlas mientras se exprime el limón y las naranjas. El siguiente paso será incorporar todos los ingredientes en la licuadora y, si fuera necesario, añadir un poco de agua (solo si la mezcla queda muy espesa). Servir.
Recuerda que esta es información general y bajo ningún concepto sustituye el consejo de un profesional.
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