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Los malos hábitos de vida aceleran el envejecimiento del organismo. Fotolia
Esta es la edad a la que se notan los efectos del tabaco, el alcohol y la falta de ejercicio

Esta es la edad a la que se notan los efectos del tabaco, el alcohol y la falta de ejercicio

Seguir unos malos hábitos de vida deja huella a una edad temprana y afectan al cuerpo tanto por fuera como por dentro

Tamara Villena

Valencia

Miércoles, 30 de abril 2025

Llevar una rutina poco saludable termina pasando factura: desde lo que comes hasta cuánto y cómo te mueves o las bebidas que tomas durante el día, todo influye y deja huella en tu cuerpo y tu salud. Quizá ahora no lo percibas, pero unos malos hábitos de vida terminarán dejándose notar a largo plazo y acelerando el envejecimiento del organismo por fuera y por dentro.

Costumbres poco saludables como fumar, beber en exceso y la falta de ejercicio deben abordarse lo antes posible, ya que se asocian a un deterioro de la salud que se deja notar ya en personas jóvenes. Y es que un grupo de investigadores de la Universidad de Ciencias Aplicadas Laurea (Finlandia) ha logrado determinar a través de un nuevo estudio a qué edad se empiezan a notar los efectos de llevar una mala rutina: a los 36 años.

En concreto, esta nueva investigación publicada en 'Annals of Medicine' (Elevate), concluyó que fumar y otros vicios están asociados con el deterioro de la salud en personas tan jóvenes como de 36 años. El impacto es aún mayor cuando estos malos hábitos se mantienen durante mucho tiempo, afirman los expertos cuyo estudio siguió la salud mental y física de cientos de personas durante más de 30 años.

El equipo de investigación finlandés quería hacer un seguimiento de personas desde una edad más temprana y, al mismo tiempo, desentrañar el efecto de los hábitos poco saludables en la salud mental.

Utilizando un estudio longitudinal de larga duración, en el que cientos de niños que nacieron en la ciudad finlandesa de Jyväskylä en 1959 fueron seguidos desde la infancia hasta los 60 años, el equipo analizó la salud mental y física de los participantes a través de datos recopilados de encuestas y exámenes médicos cuando tenían 27 años (326 participantes) y nuevamente a los 36, 42, 50 y 61 años (206 participantes).

La salud mental se evaluó mediante encuestas sobre síntomas de depresión y bienestar psicológico. La salud física se evaluó mediante la creación de una puntuación de riesgo metabólico basada en la presión arterial, la circunferencia de la cintura y los niveles de azúcar, colesterol y otras grasas en sangre.

El análisis de los resultados mostró que si un individuo tenía los tres hábitos no saludables (fumar, beber mucho y ser inactivo) en un momento dado, su salud mental y física era peor que si no tenía ninguno de estos comportamientos de riesgo.

Mantener los tres comportamientos nocivos a largo plazo se asoció aún más fuertemente con una mala salud. Los síntomas depresivos aumentaron 0,38 puntos, la puntuación de riesgo metabólico aumentó 1,49 puntos, el bienestar psicológico disminuyó 0,14 puntos y la autoevaluación de la salud disminuyó 0,45 puntos. La falta de ejercicio se relacionó particularmente con una mala salud física, el tabaquismo se relacionó principalmente con una mala salud mental y el consumo excesivo de alcohol se asoció con un deterioro de la salud tanto mental como física. Fundamentalmente, los efectos fueron evidentes cuando los participantes tenían alrededor de 35 años.

«Las enfermedades no transmisibles, como las cardiopatías y el cáncer, causan casi tres cuartas partes de las muertes en todo el mundo», apunta la doctora Tiia Kekäläinen de la Universidad de Ciencias Aplicadas Laurea, autora principal y científica de la salud con especial interés en el envejecimiento. «Sin embargo, al llevar un estilo de vida saludable, se puede reducir el riesgo de desarrollar estas enfermedades y las probabilidades de morir prematuramente. Nuestros hallazgos resaltan la importancia de abordar los comportamientos de riesgo para la salud, como fumar, beber en exceso y la inactividad física, lo antes posible para evitar que el daño que causan se acumule con los años y culmine en una mala salud mental y física más adelante en la vida. Sin embargo, nunca es tarde para adoptar hábitos más saludables. Adoptar hábitos más saludables en la mediana edad también tiene beneficios en la vejez».

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