En verano es habitual descuidar más la alimentación y el deporte porque el buen tiempo siempre suele venir acompañado de planes de ocio y las esperadas vacaciones, en las que es normal darse algún que otro capricho como disfrutar de una cerveza en cualquier terraza o refrescarte a base de helados cada dos por tres. Y al contrario de lo que muchos creen, hacerlo es bastante más saludable de lo que parece porque es importante ser flexibles en nuestra rutina y no ser demasiado estrictos con lo que comemos o bebemos para poder mantener unos buenos hábitos a largo plazo.
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Pero tampoco hay que caer en el exceso y abusar de los refrescos, especialmente si son azucarados. El problema con este tipo de productos es que al ser líquidos no terminan de aportar la misma saciedad que un alimento y por lo tanto tendemos a pensar que por ello no engordan, cuando pueden tener un aporte calórico mucho mayor y además estar cargados de conservantes, por lo que no son una opción saludable y mucho menos para acompañar durante las comidas.
Además, tomar refrescos no sustituye la ingesta de agua, así que aunque los tomes para aliviar el calor no debes olvidar beber dos litros de agua al día para mantener la hidratación y el correcto funcionamiento del organismo. Por eso, el complemento perfecto para refrescarte a la vez que te hidratas son las infusiones frías, una opción muy saludable que puedes tomar durante el día y beneficiarte de sus propiedades. Eso sí, ten en cuenta que siempre deben ir acompañando a una dieta sana y entrenamiento habitual ya que por sí solas no son productos milagrosos.
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Puedes prepararlas en pocos minutos y dejarlas listas para tomar durante el día bien frías o con hielo. Hay multitud de ingredientes, pero una de las que puedes hacer para mejorar las digestiones y evitar la inflamación tras las comidas es la infusión de camomila, que además te puede servir como sustituto de un postre dulce. Su ingesta habitual tiene múltiples beneficios para el organismo:
1. Digestiva: la propiedad más conocida de la camomila es su efecto digestivo, ya que al facilita los procesos de asimilación de los alimentos ayuda a evitar problemas tras su ingesta como la acidez o los gases. Además de ser eficaz contra las náuseas y la distensión abdominal, tiene propiedades antiespasmódicas que calman el malestar intestinal.
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2. Ayuda a adelgazar: su efecto saciante ayuda a mantener el apetito bajo control y a no caer en picar antojos pocos saludables entre horas. Además, su efecto diurético contribuye a depurar el organismo al eliminar toxinas a través de la orina, lo cual combate la retención de líquido y reduce el volumen corporal, deshinchando el cuerpo si se complementa con una buena dieta y deporte.
3. Antiinflamatoria: tiene propiedades antiinflamatorias que calman dolores como el menstrual, migrañas o de articulaciones, además de reducir la inflamación que puede producirse tras una comida copiosa o por causas hormonales.
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4. Calmante: la camomila ha sido empleada durante años como un remedio natural para calmar el estrés y la ansiedad gracias a sus propiedades relajantes, por lo que es una buena opción tomarla antes de ir a la cama para mejorar el descanso.
5. Embellece la piel: al estar hecha a base de agua, la camomila aporta hidratación y flexibilidad a la piel, que ayuda a mantener despejada de acné gracias a sus propiedades antibacterianas, antiinflamatorias y antioxidantes.
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