La solución que usan los bancos en sus pisos para evitar que entren okupas

El fenómeno de la okupación se ha convertido en una preocupación creciente en España, tanto para los propietarios particulares como para las entidades bancarias que poseen inmuebles vacíos. Los bancos, en particular, se enfrentan a un desafío significativo al gestionar un gran número de viviendas desocupadas, lo que las convierte en un objetivo atractivo para los okupas. Ante esta situación, han implementado diversas medidas de seguridad para proteger sus activos y evitar la entrada ilegal en estos inmuebles.

Una de las soluciones más efectivas que han adoptado los bancos para prevenir la okupación de sus pisos vacíos es la instalación de bombines antibumping en las cerraduras. Esta tecnología se ha popularizado en los últimos años debido a su alta eficacia para impedir uno de los métodos más comunes de robo y entrada ilegal.

Los bombines antibumping son dispositivos de seguridad avanzados diseñados para evitar que las cerraduras sean manipuladas mediante el uso de una llave modificada, técnica conocida como bumping. Este método, ampliamente utilizado por los delincuentes, consiste en introducir una llave manipulada en la cerradura y golpearla para forzar el mecanismo, permitiendo así abrir la puerta sin necesidad de forzarla visiblemente. Los bombines antibumping están construidos con mecanismos internos más complejos y materiales reforzados que hacen prácticamente imposible la utilización de esta técnica.

Entre las principales características de los bombines antibumping se encuentran los pines especiales que bloquean el giro de la cerradura si se detecta una manipulación inusual, y la resistencia a taladros y otros métodos de forzado. Además, muchos de estos bombines cuentan con sistemas adicionales de protección, como anti-ganzúa y anti-extracción, lo que incrementa aún más la seguridad del inmueble.

Aunque las puertas que incluyen este método anti okupas no requieren permisos especiales para su instalación en propiedades privadas, sí que lo hacen en lugares con denominación pública, donde se debe seguir un largo proceso burocrático que no garantiza que se pueda llevar a término el proceso.

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