El Consejo de Ministros aprueba este 7 de julio el proyecto de ley contra el desperdicio alimentario, que deberá ser tramitado y ratificado por el Congreso posteriormente. Se trata de una ley que obligará a los supermercados e hipermercados a generalizar una práctica que algunos ya hacen de forma puntual: vender con precios rebajados alimentos 'feos' o con una fecha de caducida próxima.
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La ley impondrá la obligación de vender a mitad de precio o con promociones similares los alimentos con la fecha de consumo recomendado vencida, con el fin de acelerar su venta y evitar que acaben en la basura. Las promociones afectarán también a productos (generalmente frutas y verduras) con alguna tara o mal aspecto pero que estén perfectos para su consumo, así como a los que están cercanos a su fecha de caducidad. En todos los casos se deberá dejar claro al consumidor el porqué de las promociones y tendrán que estar diferenciados en los estantes.
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Con el mismo objetivo, tendrá que generalizarse una práctica ya extendida en muchos bares y restaurantes, como es ofrecer al cliente llevarse las sobras de la comida sin coste adicional.
En España acaba en la basura más de 1,3 millones de toneladas de comida , más de 31 kilos por habitante.
El proyecto incluye una batería de planes, obligaciones, buenas prácticas y sanciones a aplicar desde el agricultor al consumidor, pasando por el industrial o el restaurador, con la finalidad de que ni un kilo de comida termine en el vertedero.
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La fundamental es su uso para la alimentación humana, para lo que las industrias, tiendas y restaurantes firmarán convenios con bancos de alimentos, ONG u organizaciones gestoras de comedores sociales para donarles los excedentes y asegurar su distribución, almacenamiento y uso seguro.
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El segundo uso preferente para los alimentos no vendidos, pero en condiciones óptimas para el consumo humano, será la elaboración de zumos, mermeladas, etcétera.
Si el consumo humano ya no está garantizado, se utilizarán para alimentar el ganado o elaborar piensos, y cuando su situación sea ya la de un desperdicio alimentario, se reconvertirán en abonos o en biogás.
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