Adrián López, en el chiringuito en el que trabaja LP
Los oficios del verano

Trabajar entre mojitos en la arena, pero sin pisar la playa

Adrián, camarero de chiringuito, aprovecha el trabajo veraniego para sacarse algo de dinero para viajar durante el curso y acumular experiencia laboral

M. Hortelano

Valencia

Viernes, 16 de agosto 2024, 00:43

-¿Qué es lo mejor de trabajar en esta época del año?

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-Ganar dinero para el curso

-¿Y lo peor?

-Quedarme fuera de algunos planes

Adrián tiene 21 años, pero este ya es su terecer año sin vacaciones universitarias. Y es que ... este joven estudiante de Administración y Dirección de Empresas (ADE) prefiere pasar el verano en el chiringuito en el que trabaja, porque de este modo puede comenzar a dar sus primeros pasos en el mundo laboral. Y, sobre todo, porque así consigue hacer algo de dinero para no tener que acudir al monedero de sus padres durante el resto del año. A priori, suena a decisión de persona responsable, pero la verdad es que la ecuación tiene truco, porque a Adrián en realidad le encanta pasar el verano en el chiringuito Bikini Beach, en plena playa de Puçol, donde reconoce que se divierte trabajando como camarero.

Allí, a pie de arena, se levanta la persiana de este local de restauración, entre mayo y octubre. Toda la temporada de playa. Pero él sólo trabaja desde que acaba las clases en la universidad, a mediados de junio, y continúa hasta septiembre. Ahí cambia las cervezas y los tintos de verano por los apuntes de una carrrera de la que este año cursará el tercer curso.

Adrián es un optimista nato, porque lo que para unos puede ser una tortura, por estar en plena arena de la playa sirviendo bebidas, con el mar delante, sin poder pisarlo, para él es una oportunidad de hacer algunos ahorros y de disfrutar de la brisa que corre. «Paso más calor en casa que en el chiringuito». Y ahí, desde la caseta del Bikini Beach sirve los almuerzos, comidas, cenas y cualquier cosa que surja entre horas, de una extensa carta de platos y bebidas. En un horario ininterrumpido desde las diez de la mañana a las once de la noche entre semana, y hasta las dos de la madrugada los fines de semana. Pero Adrián trabaja a turnos, así que le queda tiempo para el ocio y para hacer algún que otro plan.

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Pero cuando sale de la barra del local, aún le quedan ganas para compaginarlo con un segundo trabajo, porque en verano le gusta echar una mano en la plaza de toros de la localidad de L'Horta, donde también hace sus horas.Dice que no le cuesta, porque es aficionado a la fiesta taurina.

Pero además, dice que saca tiempo para descansar, salir con sus amigos de vez en cuando y darse un baño en la playa. Eso sí, no en la de Puçol, que esa la tiene asociada al trabajo y le pilla algo lejos los días que libra, porque no vive en la localidad costera.

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Trabajar en un chiringuito, mientras todos los demás estamos de vacaciones, pasando un día de playa frente al mar, puede no ser el mejor de los planes, pero Adrián dice que se lo pasa bien entre copas y que le sirve para conocer a gente muy distinta.

De hecho, la mayoría de los clientes que pasan por la barra del bar veraniego son turistas extranjeros (ingleses y alemanes sobre todo) de un camping cercano, que han llegado al pueblo para pasar unos días o semanas de descanso y disfrutan de las comidas a la orilla del mar. Pero también mucha gente de la zona que pasa sus vacaciones en los apartamentos familiares de Puçol, que eligen el chiringuito para tomar el aperitivo o una copa de alguno de los cócteles que preparan. Y ahí, el mojito no tiene competidor, nos cuenta. Sobre todo si es de sabores. «Es lo que más preparamos en verano», explica.

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Las horas de las comidas son el pico de trabajo del local. A mediodía, las paellas se suceden en el chiringuito, donde suelen dar de comer a unas 30 personas cada día. Aunque, Adrián reconoce que la última hora de la tarde, tras la puesta de sol es también momento de mucha faena, con los cócteles del tardeo. Pero sobre todo porque el chiringuito se transforma en el principal atractivo de la playa, con un extenso calendario de actuaciones en directo de viernes a domingo.

Pero aún así, con la música en directo y la cantidad de gente distinta que pasa por la barra, el chiringuito es un trabaja veraniego que te impide difrutar de los planes estivales que sí hacen el resto de jóvenes. Aunque Adríán lo ve de distinta manera. «Yo me lo tomo como que me libero del estrés de estudiar y además me queda tiempo para mis cosas», cuenta. Asegura que le encanta viajar, así que con el dinero que se saca estos meses, se programa un viaja para los momentos en los que tiene vacaciones en la universidad, durante el curso. «No me importa irme en otra época del año y ahora voy metiendo cabeza en el mercado laboral». Eso sí, cuando todos sus amigos hacen planes, ahí lo de pisar la playa sin pisarla, se hace algo cuesta arriba.

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