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Escenario de huerta en el videojuego, con una típica barraca valenciana

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Escenario de huerta en el videojuego, con una típica barraca valenciana LP

Alba, el videojuego internacional para salvar l'Albufera

Un estudio londinense arrasa con la aventura gráfica ideada por un valenciano a partir de sus recuerdos veraniegos de infancia en la Comunitat

M. Hortelano

Valencia

Jueves, 10 de junio 2021, 00:42

Pocas imágenes tienen más capacidad para transportarnos a nuestra infancia que las vacaciones de verano. Esas en las que los días eran eternos, los amigos eran familia y los helados la merienda de cada tarde. Un recuerdo del que el creativo valenciano David Fernández Huerta ha querido tirar para desarrollar desde Londres uno de los videojuegos que más verás y de los que más se hablará en las próximas semanas: Alba, una aventura mediterránea.

Desde ayer, Alba es ya un personaje con el que intentar salvar el medio ambiente valenciano desde cualquier dispositivo, porque tras medio año disponible en Apple Arcade y Steam (el Netflix de los videojuegos) para jugar desde dispositivos móviles y ordenadores, ahora cualquiera con una PS5, PS4, Xbox Series X/S, Xbox One o Nintendo Switch (por 19,99 euros) puede meterse en la piel de esta niña que, junto a su amiga Inés y sus abuelos, se ha convertido en la Greta Thunberg de l'Albufera.

David, el director de arte de Ustwo Games y director creativo de esta aventura gráfica, nos atiende desde su casa de Londres horas antes de que la aventura de Alba se convierta en el primer videojuego del estudio que se desarrolla para consolas. Un éxito en la casa de la que también salieron títulos como Assemble with Care, Monument Valley and Land's End, que con este título ambientado en el costumbrismo valenciano ya han conseguido convertise en el mejor juego de la plataforma de Apple en los Pocket Gamer Awards, y varias nominaciones en los Apple Design Awards (que se fallan esta semana) y a mejor juego para móviles de la Game Developers Conference y de los Games 4 Change Awards.

Quienes se adentren en esta aventura mediterránea lo harán en la piel de Alba, una niña que va pasar el verano con sus abuelos a un chalet situado en un municipio mediterráneo llamado Pinar del Mar, construido con un montón de los edificios y lugares comunes más reconocibles de la Comunitat Valenciana. En Pinar del Mar hay arrozales, campos de naranjos, horchaterías, huerta, ferries fugaces y paella valenciana (con los ingredientes reglamentarios, que David no quería líos), pero también verbenas, playas de agua cristalina y torres de apartamentos junto a castillos y frondosos bosques repletos de fauna. Junto a Alba e Inés, intentaremos evitar que una trama de corrupción urbanística (con el incendio de cada verano incluido) asole el parque natural en el que las amigas juegan y hacen fotos de pájaros con sus móviles, para levantar en su lugar un hotel de lujo que nadie en el municipio quiere. Pequeñas acciones que acaban cambiando la sociedad.

Escenas costumbristas valencianas que, sin embargo, han dado la vuelta al mundo a través de las plataformas de juego online, donde el videojuego está arrasando. «El juego está creado para el niño de doce años que todos llevamos dentro. Los juegos de exploración son atractivos para jugar con los más pequeños, pero casi siempre aparecen combates o asesinatos. Así que creamos uno en el que un padre puede jugar con su hijo sin sobresaltos», nos cuenta David Fernández. En él y en su infancia se inspiran buena parte de los contenidos de Alba. El chalet de sus abuelos, sus propios iaios, sus salidas al campo a fotografiar pájaros, la heladería del pueblo o los escenarios de su niñez. Una mezcla de lugares comunes de la geografía valenciana entre los que distinguimos el Ayuntamiento de Burjassot, la ermita de Náquera, el castillo de Serra, l'Albufera, la Marjal del Moro, o localizaciones de La Pobla de Farnals, Cullera o Moncada.

En desarrollar este municipio en el que Alba pasa sus vacaciones, y desde un cálido día de primavera en Londres en el que le entró morriña de la Comunitat, han tardado más de dos años y medio, con un equipo que en su parte final ha llegado a contar con 25 personas. En el videojuego, además de horas de entretenimiento, que al final es la finalidad de este tipo de productos, los que se adentren en la aventura mediterránea se empaparán de valores que pasan por el respeto a los mayores, la tolerancia (con personajes de distintas razas), el respeto al patrimonio cultural, la atención a la diversidad, o el ecologismo. «Pero sin introducir política. Todos los videojuegos la tienen, pero nosotros queríamos evitar sermonear». Y es que, por poner un ejemplo, mientras Alba e Inés completan su misión por la isla, se encuentran basura y residuos fuera de las papeleras. «No tienes que recoger la basura para continuar el juego, pero hemos comprobado que la gente lo hace. No pedimos que lo hagas, sino que te damos la opción», nos cuenta David.

Para conseguir hilar la propuesta gráfica, su director creativo echó mano de sus recuerdos, pero también de numeroso material gráfico y de Google street view, desde donde parte del equipo se dedicó a viajar a la Comunitat sin moverse del estudio. Un equipo en el que pocos conocían España en profundidad, pero en el que no dudaron en apostar por los paisajes mediterráneos para un videojuego internacional que ha acabado llevando las playas y montañas de Alba por todo el mundo. Y es que a veces, la mejor campaña de promoción turística la hacen quienes homenajean a sus recuerdos. En este caso, a un verano en el chalet de unos abuelos valencianos.

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