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El amor, según Taiat Dansa en el Festival 10 sentidos m. h.
#47 El amor era esto

#47 El amor era esto

M. Hortelano

Valencia

Martes, 17 de mayo 2022

La última vez que lloré de emoción fue el miércoles por la tarde, viendo bailar a Meri y a Inma lo mucho que se quieren. Así se lo han dicho ellas después de veinte años trabajando juntas todas las primaveras, los veranos, los otoños y los inviernos. En las duras y en las maduras. Y así se lo dijeron al público que llenó sus dos funciones dentro del Festival 10 sentidos, que ya llevan diez años organizando. Y allí, viéndolas cogerse de la mano, sujetarse fuerte en medio de una tempestad, prepararse unas limonadas, resguardarse juntas de una tormenta de nieve debajo de un paraguas, o teniendo a sus bebés, lo entendí todo. El amor era eso. Poder vivir junto a quien quieres las cosas que la vida te pone por delante. Las que vienen y las que van. Las que esperas y las que, simplemente, surgen. «El amor es no tener ya nada que decirse y seguir juntas, mirando, sin más en la misma dirección, hacia el mismo horizonte de soles y nubes. El amor es un nido de inacción compartida en la tormenta de ahí fuera», dice Roberto Fratini, el dramaturgo de la obra. El amor es darlo todo en un escenario. Compartir con los demás algo tan complicado como el amor, en una de sus versiones más puras, la de la amistad. Y allí, sentada viendo su pieza, sujetando el paraguas con mi amiga Inés, tuve uno de esos instantes de lucidez emocional. Era esto, era esto, que decía un día mi amigo José Luis Sastre en una de sus siempre certeras columnas.

Y es que, a veces para emocionarse hace falta muy poco. Una palabra a tiempo, una mano en un hombro o un abrazo. Pero, sin duda, una de las cosas con mayor capacidad para producir y encapsular emociones es la música. Conmigo, por ejemplo, funciona la de Tchaikovski en el Lago de los cisnes. Otras veces, el Bailar pegados con el que descubrí a Sergio Dalma en un Eurovision de 1991. En ambos casos, la música me ancla a momentos que recuerdo felices. Como cuando un día como hoy, en 1995, llegó a mi casa el piano que mi madre me había comprado por sorpresa, y con casi todos sus ahorros, para que pudiera seguir estudiando en casa. La vida es tan ingrata que luego acabé dejando las clases, pero sigo conservando ese piano de pared y ha viajado conmigo en todas mis mudanzas para seguir llevando la música cerca aunque sólo recuerde los acordes del Para Elisa. Pero, casi todos mis recuerdos musicales están relacionados con mi paso por el mundo del ballet clásico o los de las cenas familiares que a veces hacíamos en mi casa para celebrar cualquier cumpleaños.

En 1991 Eurovision también fue en Italia, como este año. Y llevamos un temazo como el que va a defender Chanel en esta edición. Sin embargo, la canción que más me gusta de la final que se celebrará mañana en Turin es la que más me emociona: la de la sueca Cornelia Jakobs. Aunque al Spaceman de Sam Ryders tampoco le hago ascos. Pero, lo que más me emociona del festival de festivales es pasarlo con amigos, como ya os conté hace unos meses en una carta. Reencontrarme con gente a la que sólo veo ese día, comentar hasta los ensayos por nuestro grupo de whatssapp y pasar juntos las votaciones y la porra para acabar repartiendo 10 euros entre tres.

El festival de este año está siendo poco vistoso, cutre en algunos sentidos, pero muy emocionante por primera vez para España en una década. Desde el Benidorm Fest, ha crecido mucho la afición por un espectáculo que mueve millones de euros y de espectadores y que tiene vida durante todo el año. Eurovision se mueve entre la política, el espectáculo y las emociones. Aquel que consigue aunar las tres cosas siempre se suele llevar el gato al agua. Pero no nos engañemos, también el país que trata con mimo a su candidatura. Y este año, en España se han volcado con Chanel. No me emociona su canción, no me apasiona su candidatura, pero en conjunto, me parece que nuestra representante lleva un numerazo con el que ha devuelto la ilusión y la emoción a una parte de los seguidores del certamen más decepcionados con la pantomina anual de quedar últimos. De llevar canciones con las que aprovechar para ir al baño. Pero, este año ya hemos ganado. Hemos podido ver las semifinales en TVE en prime time. Hemos vivido el día a día de la evolución de la canción, la coreografía y el vestuario. Y mañana, nos volveremos a sentar delante de la tele con una excusa como otra cualquier para pasar un rato divertido entre amigos. Además, tenemos a Chanel en buena posición en todas las encuestas y a Portugal en la final para que nos dé sus doce puntos

El calendario de pantallazos

Esta semana está llena de acontecimientos importantes. Tal día como mañana, en 1966, nació Vanilli, la mitad de Milli Vanilli. Bastantes años después, un 16 de mayo nació Laura Pausini, la flamante presentadora de Eurovisión 2022 y la mejor persona del mundo. El mismo día en el que en 1995 murió Lola Flores. ¿Casualidad? no lo creo. Un día después, el 17, se celebra el día mundial contra la homofobia, bifobia y transfobia. Y atentos, porque el próximo viernes, cuando recibas Caprtura de pantalla, se conmemorará el aniversario de la inauguración del tobogán de Estepona en el que la gente se hizo quemaduras de tercer grado y que se acabó cerrando pocos días después. El oráculo de Orojondo así nos lo muestra.

El círculo de lectores

Desde Turín, la capital italiana que acoge este año Eurovisión debuta esta semana en Captura de pantalla nuestro corresponsal comunitario, el eurofan de eurofans, Luis Fuster. Se pasará por aquí una vez al mes durante todo el año. Esto es lo que nos cuenta desde Italia:

«La final de Eurovisión 2022 apunta a ser un cuadro, con todo el dolor de mi corazón, porque la organización ha decidido no utilizar el sol gigante que instalaron en el escenario: el mecanismo tarda sobre un minuto en moverse, por lo que la RAI propuso presentar a los cantantes a la antigua, con su entrada en el escenario tras las postales (que son las más feas de los últimos años), pero la Unión Europea de Radiodifusión lo rechazó porque ralentizaría el ritmo de la gala. Así que se han decantado por dejar media estrella de la muerte tapando las pantallas.

Lo importante, no obstante, es que entre los 25 países participantes hay más de uno y más de dos ganadores, algo raro a estas alturas porque, generalmente, durante la semana de Eurovisión siempre destacan uno o dos países. En este caso, la competición está abierta, así que predecir un top 3 es más que complicado. Aunque sí tengo medianamente claro ahí van a estar Ucrania, Italia y Reino Unido. Reino Unido es un claro ganador del jurado que puede sufrir con el televoto; mientras que con Ucrania pasa lo contrario. Italia podría hacer doblete quedando segunda en ambos y retener el festival en casa. Una pesadilla, si me preguntan a mí, después de la organización de este año. Además, otros países estarán arriba también pero ya con menos opciones. Noruega, Suecia, Serbia, Grecia y, ojo, España, deberían pelear por las otras dos plazas del top 5.«

Así que si quieres ganar la porra, ten en cuenta sus predicciones. Te dejo aquí la lista definitiva de países que estarán mañana en la final para que vayas dando un repaso a sus canciones. Italia, Francia, España, Reino Unido, Alemania, Ucrania, Portugal, Suiza, Noruega, Grecia, Países Bajos, Armenia, Islandia, Lituania,Moldavia....FALTAN 10 PAÍSES DE ESTA NOCHE

Recuerda que el ganador se decidirá tras la suma de puntos de dos votaciones que pesan un 50% del resultado final. Una, la de un jurado de expertos en el que cada país ha situado a profesionales del mundo de la música, la danza o la televisión y que se mantiene en secreto hasta horas antes de la final. El televoto se abrirá al finalizar las 25 actuaciones, momento en que se comenzarán a desvelar los primeros misterios: a quién da cada país sus 'twelve points'. Esos puntos son los que ha fijado el jurado profesional de cada país. En el caso de España, esa frase la pronunciará Nieves Álvaréz desde Benidorm. El televoto lo anunciarán los presentadores: Laura Pausini, Mika y Alessandro Cattelan. Y al filo de la medianoche, Europa conocerá al ganadora del festival. Y yo si he ganado la porra. Qué emoción!

Gat-checking: periodismo de gatos

El policía del amor viene a detenerte m. h.

Ah, y recuerda una cosa. Esta carta sólo llega por correo, no la encontrarás en ningún sitio más. Comparte si quieres algo de esta newsletter en tus redes y etiquétame o usa el hashtag #capturadepantalla para ayudarme a llegar también a tus amigos. Compartir es vivir. Y si eres nuevo aquí y quieres leer algunas de las últimas cartas de amor a las tonterías, puedes leerlas aquí abajo. Te dejo las cuatro anteriores.

43. Las torrijas

44. La casa de tus padres

45. Mi coche

46. El primer cumpleaños

Esta semana quiero que me cuentes cuándo fue la última vez que te emocionaste. ¿Qué canción te pone los pelos de punta? O no, sé, si tienes ya favorito para Eurovisión. Me encantará leerte en marta.hortelano@lasprovincias.es

Prometo no contar nada. O sí.

Como cortesía, y por haber llegado hasta el final, te dejo tres enlaces de cosas que sí o sí debes saber y que sí o sí no sabes.

Marta

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