Ana, Hugo, Berta, Jaime, Martina y Jorge son tres parejas de amigos que casi cada viernes quedan para cenar y ponerse al día de sus vidas. Esta es la comanda que el viernes pasado les cogió el camarero del bar en el que siempre suelen tomar algo. Ana pidió un agua con gas, porque entre semana no bebe nada de alcohol y los fines de semana bebe vino, pero ha eliminado los destilados de su consumo; Hugo, una cerveza sin alcohol porque está a dieta y su nutricionista le ha prohibido el alcohol porque tiene demasiadas calorías vacías, pero está deseando tomarse una cerveza, aunque va a reducir su consumo para mantenerse y ya ha probado la ginebra light como alternativa para tener menos resaca. La misma bebida elige Jaime, que está preparando una maraton y dice que cada copa resta segundos en la marca que se ha planteado. Pero cuando cruce la meta volverá a su consumo habitual: sólo social, cuando sale. Berta se pide un refresco, que está tomando medicación y no es compatible con beber., igual que Martina, que está embarazada y lo tiene restringido. Jorge es el único que se pide una cerveza, porque ha salido de trabajar hace poco y es el momento de la semana en el que puede disfrutar del ocio con amigos. En casa no tiene cerveza en la nevera, pero cuando sale siempre caen unas cuantas cañas y algún gin tonic y una vez al año. Además, una vez al año deja de beber un mes entero, siguiendo la moda de 'dry january' que se ha implantado a nivel mundial después de los excesos navideños.
Publicidad
Todos reconocen que en alguna ocasión se han visto forzados a enmascarar la ausencia de copas por presión social. «Si sujetas una cerveza en la mano, aunque sea sin alcohol, nadie te pregunta que por qué no bebes. Si llevas un refresco, la gente te hace un interrogatorio por si te pasa algo», dice Jaime. Berta, por ejemplo, no bebe destilados, así que cuando asiste a una fiesta o una boda, bebe agua con gas, hielo y limón para hacer pasar su copa por un gin tonic. Así, se ahorra comentarios indiscretos y se siente más integrada.
Esta es sólo un ejemplo de clientes de una mesa de las decenas que llenan los locales de ocio en Valencia cualquier día de la semana. Pero sirve como radiografía de la situación actual que pasa el mercado de bebidas no alcohólicas en una región, la Comunitat Valenciana, que es también líder en personas que alguna vez han probado esta sustancia. Y es que, a juzgar por los datos de la Encuesta sobre Alcohol y Drogas en España, en la Comunitat la prevalencia del consumo de alcohol alguna vez en la vida se sitúa en el 96,9%. La cifra máxima de todas las autonomías. Sin embargo, cada vez más personas reducen su consumo o lo suprimen para que su ocio encaje con los estándares de calidad de vida que tienen en la actualidad. Pero, bajemos al detalle del paisaje sociológico que arrojan las cifras de consumo de bebidas con y sin alcohol en la actualidad.
La Comunitat se ha sumado a la tendencia global del ocio 0,0. O al menos, una diversión con menos grados de alcohol. Una evolución que muestran los datos del Ministerio de Sanidad, que arrojan una reducción en el consumo de alcohol en el último año analizado, 2022, que se sitúa ahora a un 76% de la población como consumidora de alcohol en algún momento de sus vidas. Aunque el alcohol sigue siendo la droga más consumida en España, su ingesta se está suavizando. Lo demuestra un auge global de quienes han decidido renunciar a su consumo o directamente, eliminarlo por un cambio en los estilo de vida. Un 60% de españoles reconoce que bebe ahora menos alcohol que hace un par de años y un 45% tiene instauradas en sus hábitos de consumo las bebidas con menos graduación o, directamente, desalcoholizadas, según un informe de la consultora Yougov. Pero, el dato clave es que un alto porcentaje de personas consume este tipo de bebidas al reunirse con amigos (45%) y en la típica comida familiar (44%).
Cifras altísimas si tenemos en cuenta un factor clave a la hora de consumir bebidas que sí llevan alcohol. Y es que para un 13,1% de la población, beber les permite «encajar en grupos» y para un 51,2% es algo «divertido y anima la fiesta». Es decir, las bebidas 0,0 o con baja graduación han conseguido colarse en el terrazo de las copas y las cervezas. Y es que un 55% de personas ya consume bebidas sin alcohol en sus momentos de ocio si sumamos cuando lo hacen con amigos (53%), con familiares (49%) y en ocasiones especiales (47%). Una buena noticia teniendo en cuenta que la prevalencia de consumo de cerveza, vino o licores en los últimos 30 días en nuestro país es del 64%, aunque el consumo intensivo se viene reduciendo en los últimos años.
Publicidad
Y, ¿quién sostiene esta nueva tendencia al alza? Pues según un informe de la aplicación de consumo Gelt, a nivel doméstico, quienes más compran las bebidas 0,0 son las mujeres (55%), y hombres y mujeres de entre 25 y 39 años (41%). El de las bebidas con menor graduación o light es distinto. Ahí no hay distinción de sexos, pero sí de edad, con las personas de entre 40 y 54 años (42%) como los principales compradores de ginebras o whiskis light. Tanto las bebidas sin alcohol como las que llevan menor gradución, apenas son atractivas para los más jóvenes, ya que apenas un 7% de menores de 25 años las ha comprado alguna vez. Eso en lo que a la decisión de compra se refiere.
Pero, ¿qué lleva a una persona a pasarse a las bebidas desalcoholizadas o de una menor graduación en lugar de tomar refrescos o bebidas que no contienen alcohol en origen? Hay varios factores, pero los principales que señala el estudio de Gelt son claros. La gente quiere seguir teniendo la capacidad de conducir o de trabajar, no quiere pasarse con las copas y tener resaca que resulte incapacitante al día siguiente, está haciendo una dieta, no quiere beber delante de familiares o compañeros de trabajo o está tomando medicamentos que son incompatibles con el alcohol. También, religiones que prohiben estas sustancias. Además, de estos casos, hay también una oleada de deportistas aficionados que han decidido prescindir del alcohol para preparar carreras o eventos deportivos, o quienes han decidido reducir el consumo y hacerlo ocasional, pero no encuentran una alternativa entre los refrescos y zumos que resulte compatible con la vida social en los momentos de ocio. Y claro, las marcas, conscientes de esta nueva oportunidad de negocio en este nuevo estilo de vida, se han lanzado al mercado de este tipo de bebidas.
Publicidad
¿Cuáles son ahora mismo los productos que ya han entrado en este sector? Sin duda, la bebida líder en el target de las 0,0 o baja graduación es la cerveza sin alcohol. La 'sin' aumentó sus ventas en 2022 en un 13% y ha dobla a la cantidad que se consumía hace una década. La cerveza, ya de por sí, es la bebida preferida en nuestro país, pero el consumo de las 0,0 o con poco alcohol se ha disparado y llega ya al 8% del total. Más del doble de lo que se bebe en otros países con tradición cervecera. Por ponerle litros, en España se produjeron 2,9 millones de hectolitros de sin alcohol. La Comunitat cuenta con una gran planta de producción de cerveza, radicada en Quart de Poblet, encargada de marcas como Amstel, Heineken y Cruzcampo y la actual línea de actuación en esta nueva tendencia de estilo de vida se refleja ya en su responsabilidad social. Así, por ejemplo, se han marcado como objetivo que todas sus marcas tengan un producto 0,0 el próximo año, para poder ofrecer alternativas de consumo responsable. Como explican desde la compañía, buscan «hacer que la moderación esté de moda».
En la barra del bar también se ha notado esta nueva manera de consumir en momentos de ocio. Elena Lacruz, una de las propietarias del local de copas y también gastrobar El Muelle, en la calle Quart, lo ve a diario en las consumiciones. «Nos ha asombrado la cantidad de gente que bebe agua con gas en vez de copas y la cerveza 'sin'. En Fallas agotamos la sin alcohol», cuenta. De hecho, la demanda es tal que están ya valorando la posibilidad de instalar un tirador extra sólo para 0,0 porque tiene muchos bebedores.
Publicidad
Noticia relacionada
Alejandro Ricós
Quien también asiste como protagonista a este cambio de ciclo es Sergio Mendoza, propietario de los restaurantes El Astrónomo y El Observatorio, donde se sirven numerosas opciones sin alcohol, en una carta de bebidas en la que los combinados como el pisco sour o el bloody mary son algunos de los clásicos del negocio. Sin embargo, para quienes no consumen alcohol, pero no quieren pasarse al agua o al refresco tradicional, Sergio siempre ha apostado por otro tipo de bebidas de autor que también aportan ese punto de sofisticación o diversión a quien no quiere beber. Además de la cerveza sin alcohol de Zeta beer, una de las más logradas del panorama, en sus negocios se sirven limonadas caseras, mojitos sin alcohol, zumos de tomate preparados, o bebida de chicha morada, como alternativa a la coctelería más típica de su carta. «A nosotros la limonada y la chicha morada nos funcionan muy bien como alternativa al vino y cerveza. Fresquitos, afrutados y por supuesto sin el azúcar de los refrescos tradicionales», cuenta. Y de hecho, abre una reflexión. «Es absurdo que esto parezcan cosas alternativas cuando son las tradicionales», dice. En su faceta como tendero, Sergio está al día de todas las cosas que se van produciendo en la Comunitat para poder ofrecerlas en su negocio. Y es hí, en su Almacén de Patraix, donde también comercializa una alternativa valenciana muy distinta al carajillo de ron. Es el clásico 'cremaet', en el que la mayor parte del alcohol del licor se ha quemado, para añadirse a un café. En conjunto, el preparado suma unos 16 grados, frente a los casi 40 de algunos rones.
Otro de los sectores que más a fondo ha entrado en el nuevo panorama en el que el alcohol no casa con estilos de vida saludables es el vino. Numerosos estudios reflejan que existe una preocupación social por el alto consumo de alcohol y se decantan ya por opciones saludables que permitan una alternativa a los clásicos tinto, blanco y espumoso. Grandes bodegas de nuestro país como Torres, Matarromera o Codorniu han entrado con éxito en el nuevo modelo de negocio con vinos desalcoholizados.
Publicidad
Noticia relacionada
M. Hortelano
Un proceso que también ha llegado a la Comunitat. Bodegas Gandia es una de las bodegas que se ha lanzado a los vinos desalcoholizados. «Son vinos, porque la base es un vino. Pero se les aplica un proceso de desalcoholización como ya sucedía con la cerveza», explica Carlos García, responsable de marketing de la empresa. En su caso, han comercializado la línea bajo la marca 'Cero Coma', que quiere ser la alternativa sin alcohol para los que han decidido o no pueden tomar una copa de vino. Con la decisión, además, la marca reconoce que ha abierto un nuevo camino en mercados en los que hasta ahora no estaban presentes. «El sabor está muy logrado y además existe una tenencia muy significativa en el mundo de las bebidas a rebajar la graduación», explica. «Es un producto que funciona, que tiene mercado y va a crecer», dice el responsable de marketing de la bodega, que cuenta que los tintos, blancos y espumosos de 'Cero Coma' están funcionando bien. Los consumen, sobre todo, «deportistas, gente que conduce y quienes quieren seguir tomando vino pero no alcohol». Pero también quienes por religión lo tienen prohibido.
Un paso que también han dado los vermús (la gran marca Martini ya tiene opciones sin alcohol), la gran bebida del aperitivo, o destilados. Ginebras o whiskies, los más populares, ya se pueden encontrar en el mercado en versiones con la mitad de graduación e incluso 0,0 para quienes no quieren renunciar a un gin tonic, pero no quieren ingerir alcohol ni consumir las calorías que aporta la copa. Con esa jugada, no sólo entran ebn el mercado 'healthy', sino también en el publicitario, porque pueden anunciarse.
Noticia Patrocinada
Y aunque no es un destilado exactamente, la mistela, una de las bebidas más típicas de la Comunitat, sí se fortifica con un vino destilado para aportarle alcohol a ese caldo de uva moscatel. Y tampoco ha escapado a esta nueva tendencia de reducir la graduación o incluso eliminarla. En su restaurante de Benidoleig, Mare, el cocinero Miquel Gilabert ha elaborado una mistela sin alcohol. Después de muchas pruebas con otras bebidas como la kombucha, se ha lanzado a la búsqueda de la bebida de postre por excelencia, en su versión para todos los públicos. «Es un zumo de moscatel, como un mosto, que enfriamos rápidamente para que no fermente», cuenta el cocinero, que es consciente de que el descenso de la graduación en las bebidas ha llegado para quedarse. «Cuando vas a un buen restaurante, al final si bebes mucho no te enteras mucho de la película. Por eso ya hay incluso maridajes sin alcohol en grandes restaurantes o incluso de menor graduación», relata. En su caso, su bebida se puede servir incluso a los niños, porque no deja de ser un zumo de uva, y a los adultos, para pasar al postre porque «les parece refrescante». «La experiencia en un restaurante debe ser buena. No hay que excederse con nada. Tengo esa misma filosofía con la sal del arroz. Igual que peso la sal para un arroz porque quiero que la digestión sea buena», dice.
Otro sector que también ha entrado de lleno en el sector de la menor graduación o sin alcohol es el de la coctelería. Eso sí, desterrando de las únicas alternativas de la carta de bebidas blancas al clásico San Francisco, que no es más que la mezcla de varios zumos de frutas y jarabes de frutas. Conscientes de esa nueva manera de beber, los bartenders llevan años experimentando con los llamados 'mocktails'. Y ahí, el coctelero de Liquid Experience Javier Caballero es toda una referencia. Consciente del claro aumento del consumo de las bebidas 'sin', lo atribuye a varios factores. Uno de ellos, el auge del tardeo y el aumento del consumo durante el día, que se asocia a alcoholes de menos graduación como cerveza, vino o cócteles de aperitivo. Pero también a la explosión del conceto 'healthy' o 'fitness' que vive la sociedad actual. Y por supuesto, a la mala prensa del alcohol. «La gente genera ahora momentos de consumo nuevos para los cócteles. Los toma para comer, durante la tarde. Y eso ha abierto otro campo», cuenta a LAS PROVINCIAS. En ese mercado juegan ahora 'smoothies', refrescos, cócteles de café preparado o las kombuchas. Pero también coctelería clásica sin alcohol, algo que ha tardado más en llegar por la falta de referentes en el sector y la necesidad de empezar de cero. Por ejemplo, según explica la principal propiedad de un gin tonic con alcohol es la trigeminal, como un picante que genera calor. Sin embargo, cuando un trago no lleva alcohol se pierde parte de la experiencia de esa textura en la boca.
Publicidad
Para lograr una especie de sustituto de calidad, hay que cambiar el alcohol por algo estimulante: astringente, picante. En la última carta que ha hecho, por ejemplo, ha introducido agua de malta mezclada con tamarindo para lograr un punto ácido, café con tónica a partir de un café con zumo de manzana, cold brew… Aboga por reivindicar la figura de los bebedores sin alcohol, pero echa parte de la culpa en el retraso de esta tendencia a los propios cocteleros, que no le han dado importancia a este asunto hasta ahora. Respecto a esta nueva senda de consumo, cree que si no se ha dado antes es porque no se habían generado los momentos para tomar estas bebidas. Además, reconoce que en la hostelería aún pesa la herencia tradicional, aunque las generaciones más jóvenes apuestan ya por novedades como la ginger beer, la kombucha o combinaciones de autor. Y respecto a si el hecho de no llevar alcohol debe suponer un menor precio del cóctel, lo tiene claro: En ningún caso, porque la manufactura es mayor. Hay que triturar, macerar,tener buena fruta, buen café. «Eso vale más que cualquier ginebra normalita». Y envía un mensaje a navegantes. «Esto viene fuerte y no es sólo para quien no le guste el alcohol».
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Te puede interesar
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.