Hola capturadores
Publicidad
Desde el viernes pasado tengo una nueva persona favorita. Se llama Jordi Gracia y es opinador y crítico literario en el diario El País. Como no tengo el gusto de conocerlo, me metí a bucear en su biografía de autor, donde dice que llegó a la redacción desde «la vida apacible de la universidad», donde es catedrático de literatura. Y habla de la inmersión en el periódico como el equivalente «a entrar en el mundo real casi sin respirar». A él llegué como a casi todo lo que leo, por un titular llamativo, de un tema que casi siempre me interesa poco. Soy presa fácil para eso que llaman 'clickbait'. En este caso, una crítica al libro de Sonsoles Ónega, la flamante ganadora del premio Planeta de este año. A la obra, que le ha valido a la presentadora un millón de euros y una gira por las librerías de España, la describía como «un fallido folletín» que le había dejado una «sensación de ridículo sofocante» por su «nadería». Diosito me libre de comprarme y leerme semejante tocho, que mi estantería de Ikea ya tiene sobrepeso. Ni de haberlo evitado por la crítica del crítico. Pero me dio una inmensa alegría ver que por fin un crítico hace su trabajo en este país de azucarillos.
Jordi Gracia desbrozó la novela de la escritora después de haber hecho el ejercicio más honesto: habérsela leído. Y es ahí donde recae aún más el mérito. Es que habla como un lector desencantado con la obra, que es siempre lo que más duele para quien la escribe. Da detalles incluso de las páginas, de los momentos de algunos personajes y de las «aberraciones y cabriolas caprichosas» de algunas tramas. La culpa, explica, es de quien ha premiado la novela, un jurado que ha hecho dejación de funciones y una editorial que ha convertido el proceso en un fraude para quienes compran y leen a los ganadores del Planeta por costumbrismo. De ellos y de quienes jalean a diario cualquier cosa que les ponen por delante sin haberla leído, probado o por mero compromiso. Y desrecomienda el libro como estudioso de la literatura. Alguien que ha leído alguna que otra novela para modelar eso que se llama criterio.
La crítica, juzgue lo que juzgue, se ha perdido.Y lo ha hecho porque a nadie le gusta poner la cara para decir lo malo, ni al que lo reciben que le digan que ha hecho las cosas mal y mucho menos asumirlo. La culpa es siempre de los demás. Los grupies de la gastronomía, por ejemplo, se entusiasman con todos los platos. Con todos los bocados. Con todos los sabores de todos y cada uno de los restaurantes, bares y chiringuitos que visitan, la mayor parte de las veces, invitados por el dueño o por la agencia de comunicación de turno. Nunca asumen fallos, porque de haberlos, se omiten, que es tanto como que no hayan existido. Los influencers, además, han colonizado este sector para no quedarse con hambre. Pero no sólo hay falta de errores, es que lo normal se ensalza. Si te ponen dos cubiertos, una copa limpia y un plato caliente, los adjetivos se desbocan, haciendo un flaco favor para quienes los cocinan y para quienes los apuntan en su lista para la comida o cena fuera de casa de ese mes.
No soy partidaria de los escarnios, por eso cuando algo no me termina de cuadrar, soy más de comentarlo en privado con quien creo que puede sacar algo positivo de ello. Con quien puede darle una vuelta o simplemente, mantener algo que a mí no me gusta. Porque para gustos, colores. Por eso, me sigue funcionando mejor el boca a boca real. Acudir a mis amigos o en quienes confío para preguntarles dónde han comido o cenado bien últimamente o qué libro me recomiendan. A personas reales, no a los comentarios de de google o tripadvisor, que tienen poca fiabilidad opinando. Porque esa es otra. Para hacer crítica hay que saber algo de algo. Haber visto, leído o probado más de una vez una cosa. El resto, es mera preferencia. O puro azar.
Publicidad
Lo mismo con el cine, el arte, la moda o la vida en general. Hoy en día ya no se critica nada. Las redes sociales han servido de grandes altavoces para la loa. Quienes la hacen se escudan en la salud mental, el comodín para casi todo, para no herir a quien ya sólo acepta virtudes. Cualquier salida de tono, aunque sea constructiva, es una losa. Aparte quedan los insultos y faltadas detrás de una foto y un nombre falso, que sólo buscan herir y que nada tienen que ver con la utilidad. Pero la crítica es un ejercicio positivo. Nos hace mejorar, pulir defectos, solventar errores y ser conscientes de que la vida está llena de aristas. Se puede, además, practicar de manera individual, haciendo autocrítica, o recibiéndola de quienes consideramos nuestro círculo. Cierto es que saber encajarlas cuesta, pero a la larga suponen un regalo de quienes nos las plantean. Si te cuesta, un buen psicólogo como mi Sara te puede ayudar.
A la escritora, la crítica de Jordi Gracia le habrá dolido. Estoy segura. Pero contó con una ayuda real para paliar el disgusto. Un día después del golpe recibió la visita de la Reina Letizia, ('Let' para ella, que son amigas) en su firma de ejemplares en un centro comercial. Una escapada que le hace flaco favor a la premiada. Porque las malas opiniones hay que saber gestionarlas. Lo explicó muy bien el escritor Bob Pop el otro día en la radio. ¿Qué va a hacer que venda más libros? ¿Una mala crítica en un periódico rival a la editorial o la visita de la Reina? Pues obviamente, la visita real, que vende más que una mala crítica. Pero yo me quedo con el criterio del que sabe, que para eso se lo ha trabajado. Las amigas yo las quiero para que me rajen viva. No para que me digan: qué mona va esta chica siempre.
Publicidad
Esta semana no he estado para muchos trotes, pero después de mucho trajín durante varios días me he esmerado en comer mejor aún de lo que ya como, que es muy bien. Así que me he hinchado a verdura y fruta y a cosas que sé que les gustan a los bichitos de la barriga. Y como cada año por estas fechas, no paro de comer calabaza asada, que sé que es algo que no todos coméis, porque en vuestras comunidades o países no se toma de postre, pero que os recomiendo de todas todas. Y me preparo un combinado que estoy segura de que es super saludable. Apunta. Un poquito de kefir en el fondo de un bowl, una par de trozos de calabaza asada y una piza generosa de canela y cacao sin azúcar que me regaló Sergio, el dueño de El Almacén de Patraix (que reabre enseguida después de un largo parón por obras, así que ya estáis yendo a vaciarle la tienda de cosas ricas) Imposible disfrutar más y constiparse menos.
Nuestra experta en cosas que se escuchan, Andrea Morán, nos deja un surtido más variado que el de Cuétara para afinar el oído estos días.
Como hoy la cosa va de aceptar críticas (regulares, malas o demoledoras) traigo unos cuantos podcasts que hablan sobre esto de exponerse al juicio de los demás. ¿Por qué cuesta tanto? ¿Y por qué a veces duele? Escuchando esto lo he entendido mejor.
Publicidad
Mi primera recomendación forma parte del podcast 'La fucking condición humana', del sello El extraordinario. Te sugiero que fiches a esta productora porque suelen publicar propuestas muy originales y con un sonido muy cuidado. Este capítulo en concreto se titula 'La vergüenza' y en él, para desmenuzar esta emoción tan universal, hablan con dos personas que se exponen habitualmente a la crítica del público y los medios: una actriz y un payaso. Ella es Carmen Sánchez Molina y es intérprete de teatro. Explica su proceso a la hora de librarse de la presión y la mirada crítica de los demás: «Perdí la vergüenza haciendo mi trabajo de verdad, no estando en el resultado para agradar al de fuera. Cuando estás en el trabajo real, el público está encantado de la vida, porque al final quiere ver una experiencia. Cuando alguien va al teatro, lo que quiere es sentir».
En cuanto al 'bufón', seguro que te suena, se llama Leo Bassi y lo que comenta también tiene mucho que ver con eso de retarse yendo un poco más allá de lo que acostumbras: «Desde mi infancia vi que estamos viviendo en convenciones y que para superarlas hay que ser autónomo y seguir tus propias reglas (...) La vergüenza aparece cuando estás obligado a salir de tu lógica, de tu narrativa».
Publicidad
El segundo podcast que te traigo espero que no cuente como autopromoción pero esta es la tercera vez que colaboro en la newsletter de Marta y me parece que ya es hora de que, en lugar de la cara, dé la voz, ¿no te parece? 'El juego de las estrellitas' es un episodio de La mirada encendida, un podcast sobre el mundo del cine y la series que he hecho yo y que puedes escuchar en LAS PROVINCIAS.
Muy probablemente has visto 'Cinco lobitos', uno de los grandes éxitos del cine español del año pasado. En este episodio entrevisto a su directora Alauda Ruiz de Azúa y le leo unas cuantas críticas que usuarios del portal Filmaffinity han publicado sobre su película. Claro, como te imaginarás, las hay buenas y las hay malas, así que pasé algo de apuro leyéndole las negativas pero fue muy interesante escucharla razonar esos comentarios e incluso empatizar con ellos.
Noticia Patrocinada
La última recomendación es americana, por si te apetece practicar un poco el inglés. Pertenece a This American Life y se titula 'Everyone's a critic' ('Todo el mundo es un crítico'), una gran verdad cuando comprobamos que a día de hoy todo se puede puntuar: restaurantes, hoteles, películas, sí, y también libros. Michael Schulamn escribió uno sobre Meryl Streep y aquí confiesa por qué está ob-se-sio-na-do con aquellos que en Amazon han valorado su trabajo con una (mísera) estrella. ¿Más cosas que hayan recibido esa puntuación tan escasa? La Gran Muralla China, el Partenón y la Estatua de la Libertad. Cuestión de gustos, supongo.
Gracias Andrea.
Ayúdame: Esta carta sólo llega por correo, no la encontrarás en ningún sitio más. Comparte si quieres algo de esta newsletter en tus redes y etiquétame o usa el hashtag #capturadepantalla para ayudarme a llegar también a tus amigos.Tienes todas las cartas ya enviadas aquí guardadas por si quieres ver el género antes...
Publicidad
Suscríbete: Si has llegado aquí porque alguien te ha hecho llegar esta newsletter, puedes apuntarte para que te llegue la semana que viene a ti. Lo puedes hacer gratis aquí.
Escríbeme: si quieres contarme algo, estoy en marta.hortelano@lasprovincias.es y no sabes la ilusión que me hace recibir vuestros mensajes.
Gracias por leerme
Marta
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.