Hola capturadores
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Makoke es una señora muy rubia que sale en Telecinco, a la que yo vi una vez, hace 20 años, comiendo en un restaurante de Cullera, con su entonces marido, un señor muy calvo que también salía en Telecinco, y que también tiene muchas letras K en su nombre. Kiko Matamoros, se llamaba. Ella me pareció impresionante cuando se levantó para ir al baño. Una mujerona de la tele, altísima, con un tipazo, y una melena al viento trabajada a diario en peluquería. Si te cuento esto es porque igual eres de esas personas que dicen que no conocen el universo Mediaset que tanto favor ha hecho a la cultura del meme de este país. Yo los echo de menos casi cada día de mi vida, pero siguen vivos en mis stickers de whatsapp, a los que acudo para casi todo. Unos leen a los clásicos, otros tiramos de Belén Esteban para poner frases a nuestra vida de hámster. Y de vez en cuando, también leemos a los clásicos. Hay cerebro para todo.
Esta semana, Makoke ha vuelto a la vida. No es que la señora estuviera muerta. Diosito no lo quiera. Es que la generación Z (la nacida entre mediados de los 90 y la primera década de los 2000 si tú también estás perdido) la ha sacado del baúl de los recuerdos en forma de audio viral, en Tik Tok, dónde si no. Por la red social de moda circulan ya miles de vídeos con la frase original, pronunciada por Belén Esteban, o incluso con la voz de quien hace la parodia. Son cuatro palabras sencillas: Makoke a la calle. Si no te ha llegado aún, lo hará en los próximos días o se la escucharás a alguno de los jóvenes de tu familia. En la patrulla Castelló, que es la familia que yo tengo más cerca, los primos mayores se la han enseñado a decir al primo pequeño, con tres años. ¿Y qué es? Pues una estupidez como casi todas las que resurgen en redes. Resulta que en 2018 Makoke participó en Gran Hermano Vip, un reality de famosos en la cadena, y Belén Esteban aprovechó todos los planos de gente que se encontraba por los pasillos de Mediaset para decir a cámara: «Makoke a la calle», porque quería que fuera la expulsada de la casa. Y ahí quedó la cosa. Ahora, seis años después, con toda la plantilla de Sálvame expulsada de Telecinco, el meme ha tomado cuerpo, recuperado por adolescentes que ni siquiera conocen a Makoke ni han sintonizado en su vida Telecicno. Lo utilizan en situaciones absurdas. Estúpidas. Marcianas. Pero ahí están, cumpliendo su función de abrir una nueva brecha generacional entre los que rulan el meme y los que no entendemos de qué va el asunto.
La redes sociales son infinitas, como lo es internet. Lo certifico cada vez que voy a la SER, una vez al mes, a contarle a Jèssica Crespo, lo que he encontrado gracias o pese al algortimo de Tik Tok, en una sección que es una especie de spin off de esta carta. La Capturadora se llama. Y últimamente, reconozco que estoy más perdida de lo normal. Igual es que me estoy haciendo mayor, pero la mitad de cosas que encuentro o no las entiendo o me parecen locas. Empezando por el lenguaje, con palabras o expresiones a las que se les da un nuevo uso que me chirrían sin pudor. «¿Qué es lo último que te has metido por el culo?» escuché ayer en un podcast que le preguntaban a un concursante de Operación Triunfo. La traducción a la pregunta es, en realidad, qué es la última cosa que has visto o escuchado y te ha encantado. Molado si naciste en los 80. Flipado si eres de los 90. Pero ahora hay que asimilar que eso ahora es ese 'por el culo'. Yo, por ejemplo, me he debido meter por el culo la última temporada de The Crown, que es la última serie que he disfrutado. O sus siglas, ya convertidas en palabra: PEC. Los que llevamos toda la vida protegiéndonos la cara del sol para esquivar las manchas ahora aprendemos cómo hacernos esas pecas con maquillaje oscuro y un brócoli. Extinción. Al amor, ahora hay que llamarlo 'amorch', así, acabado en -ch y muy sonoro. Si no, eres viejuno. Lo mismo que si en una sola frase no dices 678 veces 'en plan' o 'literal'. A las cosas que te has imaginado, te has inventado o simplemente, les has cambiado la versión, ahora hay que contarlas como parte del 'efecto Mandela'. Y a posar en las fotos para evitar la papada le ha salido un aliado. Hacer 'mewing', que es pasarnos el día apretando la lengua contra el paladar para tirar del mentón. Los mismos que duermen con una férula para evitar apretar los dientes por la noche, ahora lo hacen adrede de día.
No me gusta quedarme atrás en nada. Me gusta conocer todo lo que surge al calor de las novedades virales. Pero todo va demasiado rapido. Nace y caduca en un suspiro. Y claro, por momentos me cuesta combinar mis dos personalidades: la de la señora mayor de Cuenca que cena a las 8 y la de la periodista joven que es capaz de seguir enganchada a la lancha de de esquí acuático en la que se ha convertido la realidad, y sin que se me baje el bikini. Le ha pasado a la propia Makoke, protagonista del meme. No sabe de dónde la ha venido esa repentina fama. No lo entiende. Ella dice que ni siquiera quiere salir a la calle demasiado. Ella donde quiere ir es al mismo sitio que yo. A Cuenca. Y os juro que no esto no es un meme.
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Esta semana he escrito esta carta de milagro. No he sacado demasiado tiempo para mi vida normal después de haber vivido de cerca el incendio de un edificio de Valencia. Pero he encontrado dos cosas que creo que os pueden ayudar para el fin de semana
No sé si estos yogures vegetales de Alpro llevan droga, pero una noche de esta semana abrí uno de un sabor nuevo y me tuve que contener para no cenarme los 400 g que vienen en el envase. El sabor en cuestión es lima limón, y no sé por qué no los recetan en el centro de salud como sustitito a los antidepresivos. Dan alegría de vivir.
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Mi amiga Kuluska es una artista de muchas disciplinas. Una de ella, la del collage. Ya la conocéis en esta carta porque sus piezas han salido varias veces como posible regalo navideño. Pues esta semana ha compartido un taller para aprender esta técnica. No lo da ella, pero yo se lo he visto en su instagram. El curso es gratuito, online y no hace falta tener conocimientos de collage. Solo tener tijeras, papel y alguna revista y un pegamento. Es el domingo de 17:30 a 19:30 y puedes hacerlo desde aquí.
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Marta
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