Rocío Botella tenía claro que quería hacer ropa y no se detuvo hasta conseguirlo. Ha pasado de crear sus diseños en un pequeño cuarto de Valencia a tener tiendas repartidas por el mapa nacional. Un salto que no ha sido fácil, pero que ... ha estado motivado desde sus inicios por la pasión y el esfuerzo. Su intuición, dice, también ha sido una gran aliada.
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La diseñadora de Valencia acabó sus estudios y se fue a vivir a Londres, experiencia que cambió su manera de sentir y vivir la moda. A su regreso se puso manos a la obra. Con toda la ropa que había estado creando durante la carrera y su estancia en la capital inglesa, decidió empezar a vender las prendas en formato 'showroom' en 2012, es decir, exponerlas en un espacio durante un periodo de tiempo determinado y que la gente pudiera comprarlas. Todo lo hacía ella: los patrones, la ropa y las fotografías.
Sin ser realmente consciente estaba naciendo 'The Are', su marca de ropa que ahora es referente nacional entre las más jóvenes. «Cada vez venía más gente y estuve así dos años». Las redes sociales han sido un escaparate fundamental en todo el proceso, junto a la web, hasta que pudo montar una tienda física en la capital del Turia. El número 9 de la calle Grabador Esteve fue el primer punto de la ciudad en el que Rocío pudo enseñar lo que imaginaba y diseñaba.
«Es un producto local, cien por cien valenciano y todo se desarrolla aquí», cuenta Rocío, que empezó creando las prendas en un pequeño cuarto de Valencia. «Tenía las máquinas, la tela, las tijeras y un montón de hilos en mi casa y pude moverme al despacho de mi padre», recuerda. «Ahí tenía mi mundo, mi desorden ordenado».
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Ese fue el espacio en el que la joven empezó este proyecto desde cero, «con mucho trabajo y dedicación», afirma. «Emprender es dedicarte en cuerpo y alma a tu proyecto y más cuando empiezas sin ningún tipo de recurso».
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Para la diseñadora, en el mundo de la moda falta apoyo, visibilidad y formación para los más jóvenes. En su caso, «junté los ingredientes y me salió bien, pero podría no haber sido así». Según Rocío, en todo momento ha aplicado sentido común y se ha apoyado en personas que la ayudan, como su socio, que se encarga de la parte empresarial y ella de la más creativa. «Yo no cogí una fórmula aprendida y la apliqué, fui paso a paso». Y en menos de diez años, ha conseguido pasar de ese pequeño despacho a producir a nivel nacional. «Se me pone la piel de gallina», confiesa al recordar el recorrido de su marca.
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Ahora la valenciana ya no trabaja sola, sino que cuenta con un equipo de cincuenta personas, la mayor parte mujeres. También ha abandonado su primer taller y ha podido mudarse a una nave en Manises. «Al principio me parecía enorme y ahora se está empezando a quedar pequeña».
'The Are' surge con el fin de «vestir a las chicas de mi generación». El fin de la marca, para su creadora, es que las clientas puedan confiar en ella para vivir todas las experiencias de su juventud. Rocío y su equipo se dieron a conocer, sobre todo, por la ropa de fiesta y de eventos. Ahora son mucho más y han evolucionado, especialmente, por los cambios de mercado impulsados por la pandemia. «Eso es emocionante», piensa la dieñadora, porque «la marca crece y aporta cada vez más cosas y la gente la continúa abrazando». A día de hoy, siguen vendiendo conjuntos arreglados, pero tienen un mayor abanico de prendas informales, bikinis y hasta pijamas.
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«Estamos creciendo con las chicas que nos siguen, que nos compran y que apuestan por la marca». Esa es la esencia de 'The Are', «al igual que yo me hago mayor, la ropa acompaña a las chicas en sus momentos, por lo tanto es algo natural».
Según la valenciana, «intento imprimir mi personalidad en las prendas que diseño, pero me gusta pensar en las necesidades de otras chicas». En cuanto al perfil de comprador de su marca, Rocío afirma que «no me fijo en una edad en concreto, sino en la trayectoria, en el crecimimento de las chicas y en las etapas».
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Recuerda la joven como «una gran noticia» cuando llegó la oportunidad de abrir en otra ciudad «que no era la nuestra». Así es como aterrizaron en la capital y también tienen espacio en cinco establecimientos de El Corte Inglés, que «vieron que éramos un proyecto español, con producto de calidad y diferenciado de la gran mayoría y apostaron por nosotros». Y es que la marca se encuentra en plena expansión. De hecho, ahora, están trabajando para abrir un nuevo canal de venta en Europa.
Las redes sociales han sido, desde los primeros pasos de 'The Are', el «trampolín» para que no fuese una marca local, especialmente Instagram, cuyo alcance es ilimitado. Utilizan esta plataforma, que fue creada incluso antes que la web, como canal de comunicacion directa con las seguidoras. Contestan sus mensajes, conversan y aconsejan a clientas para ser «amigas en las que poder confiar». Ese 'feedback' es, para su creadora, su seña más identificadora: «Queremos ser ese algo más, no solo vender ropa».
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Algo que Rocío cree que ha conseguido. «Estoy orgullosa de poder decir que hemos creado una marca valenciana y que estamos generando trabajo y riqueza dentro de la Comunitat».
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