La policía no halla restos de pólvora en los empleados de la viuda de Sala

El Ministerio del Interior ha ordenado dar máxima prioridad a las investigaciones para esclarecer el crimen de María del Carmen Martínez, la viuda del expresidente de la CAM Vicente Sala. El caso ha alcanzado tal repercusión que ayer mismo se pronunció al respecto el propio titular de esta cartera ministerial, Juan Ignacio Zoido, quien destacó que la Policía Nacional está llevando a cabo «una minuciosa investigación con un grupo especializado porque el interés es sumo» al tratarse de un hecho grave. El ministro Zoido, que mostró su confianza en que las pesquisas sigan su cauce, pidió que se deje trabajar a la Policía Nacional para poder esclarecer este asesinato lo antes posible.

La Dirección General de la Policía ha ofrecido a la Comisaría Provincial de Alicante la posibilidad de enviar desde Madrid a la capital alicantina una unidad especial para trabajar en coordinación con los investigadores de la provincia. Sin embargo, desde Alicante no se ha considerado necesario dicho refuerzo, según pudo saber ayer este diario.

Las indagaciones policiales continúan su curso rodeadas de absoluto hermetismo para no perjudicar ningún posible avance en ellas. En los últimos días han pasado por las instalaciones de la Comisaría Provincial de Alicante (y lo seguirán haciendo) numerosas personas del entorno más cercano de la víctima, entre los que se encuentran sus hijos, amigos y empleados de las empresas vinculadas a María del Carmen Martínez, para tomarles declaración.

Los agentes tratan de atar cabos sueltos, toda vez que no hay testigos del crimen ni grabaciones que puedan ayudar a seguir una pista sólida. Ayer se especulaba con que la viuda de Vicente Sala hubiese podido recibir algún correo electrónico intimidatorio y también con una próxima visita que ella tendría programada a una notaría. Sin embargo, nada de eso fue confirmado por fuentes policiales. De hecho, la Policía Nacional no tiene constancia de que la viuda de Vicente Sala hubiese recibido amenaza alguna en los últimos tiempos.

Todo apunta a que el asesino de María del Carmen Martínez empleó una pistola con silenciador para cometer el crimen, lo que refuerza la teoría de que el homicidio pudo ser perpetrado por un profesional que recibió este macabro encargo y que, incluso, podría haber huido ya de España. Fuentes de la investigación indicaron ayer a Efe que el análisis de los dos casquillos del arma homicida hallados en el lugar, un concesionario que regenta la familia en Alicante, han determinado que se trata de una pistola con silenciador, razón por la que los empleados del local no oyeron nada. El empleo de esta pistola, agregan las fuentes consultadas, señala hacia un profesional con un buen manejo de las armas como autor del crimen, cuyo móvil sería económico.

Los dos casquillos percutidos hallados en la escena del crimen son del calibre 9 milímetros parabellum. De momento, los investigadores han practicado ya la prueba de la parafina a los trabajadores del concesionario para determinar restos de pólvora que han arrojado en todos los casos resultado negativo, al tiempo que siguen tomando declaración como testigos a familiares y conocidos de la víctima. Las fuentes aseguran que, por ahora, son pocas las pistas que tiene la Policía Nacional sobre el crimen.

María del Carmen Martínez, de 72 años, falleció sobre las 19 horas del pasado viernes tras recibir dos disparos en la cabeza cuando se encontraba en el interior de su vehículo, un todoterreno de alta gama con el que había acudido al concesionario que regenta su familia en Alicante. La autopsia practicada el pasado sábado ha confirmado que la víctima no tuvo posibilidad alguna de defenderse al estar sentada al volante de su coche y que falleció de forma instantánea.

Así lo confirmó ayer el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, quien recordó que la investigación la dirige el Juzgado número 7 de Alicante, al tiempo que aseguró que la policía trabaja en la localización de posibles testigos. «La policía está poniendo todos los medios en esclarecer lo sucedido. Por la violencia y la agresividad, los disparos a quemarropa, la posibilidad de que el asesinato fuese un encargo es una más; hay muchas líneas de investigación abiertas», expuso el delegado del Gobierno.

Tras la muerte de Vicente Sala en 2011, el entramado empresarial de la familia era gestionado por María del Carmen Martínez y sus cuatro hijos (Vicente Jesús, Eva Fuensanta, María del Mar y María Antonia). La viuda del expresidente de la CAM ejercía de cabeza de familia, aunque eran los progenitores los que llevaban, no sin diferencias, las riendas de las empresas.

Los miembros de la familia Sala-Martínez comparten residencia habitual en una enorme parcela situada en la avenida de Dénia, donde se ubican las viviendas de los diferentes hijos, además de la lujosa y amplísima casa del matrimonio que levantó el imperio económico. El fallecimiento de Vicente Sala había apartado de la vida social a su viuda, una mujer muy conocida y apreciada en su círculo de amistades.