J. A. Marrahí
Lunes, 6 de junio 2022, 13:47
La Policía Nacional ha abierto una investigación tras una denuncia sobre unos supuestos abusos sexuales a cuatro menores de edad en un colegio público de ... la provincia de Valencia. El centro está situado en una localidad de l'Horta, pero omitimos el nombre y municipio en aras de la protección de la intimidad de las posibles víctimas.
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Según ha podido saber este diario a través de fuentes próximas al caso, las supuestas víctimas son unas niñas adolescentes que rondan los 12 años de edad y refieren abusos que, de confirmarse, se habrían producido durante el último mes en los baños del centro educativo.
Tal y como han confirmado las mismas fuentes, por el momento no se han producido arrestos en relación a este nuevo caso de delincuencia sexual, pero la Policía Nacional mantiene abierta una investigación dirigida, como siempre que hay una denuncia de este tipo, a confirmar, inicialmente, la veracidad de las acusaciones.
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Para ello los agentes de la comisaría encargada del caso han comenzado ya a tomar declaraciones a las denunciantes y a las personas del centro que pueden aportar información que ayude a aclarar el asunto.
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Según los datos del Ministerio del Interior, las agresiones sexuales sufridas por niños y adolescentes tocaron techo en 2020. En concreto sufrieron violaciones 126 menores, en su inmensa mayoría niñas. De estas víctimas, 86 padecieron el infierno entre los 14 y los 17 años, pero hay 40 casos en los que el delito se produjo a edades más tempranas, de 0 a 13 años.
La supuesta violación en manada de Burjassot, con dos víctimas de 12 y 13 años, es sólo la parte visible de un problema que, lejos de solucionarse, se agrava cada año. Y lo demuestran las estadísticas del Gobierno: las violaciones a menores de edad han tocado techo con esas 126 víctimas, el doble de las que se denunciaron cinco años atrás, lo que da muestra de la magnitud del problema.
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En este punto, se abre siempre la misma duda. ¿Se denuncia más porque hay más concienciación y alerta de los padres o acaso es que los delitos sexuales contra menores viven un terrible auge? Según los expertos consultados, tanto penalistas como de asistencia a las víctimas, pueden estar sucediendo ambas cosas.
Y es que los menores tienen que hacer frente a un doble riesgo que hace de esta etapa la más delicada para su libertad sexual: por un lado el de la pederastia, cometida por adultos. Por otro, el de agresores masculinos jóvenes y próximos en edad sin educación suficiente como para asimilar lo que significa respetar el «no» de las chicas en esas primeras fiestas, relaciones de pareja o salidas nocturnas de la juventud.
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En el primer caso, conocer el alcance de la pederastia en estos momentos es todo un reto. Para empezar, quienes proyectan su deseo sexual hacia los menores de edad no suelen pedir ayuda por temor a la condena social o judicial. En segundo lugar, las estadísticas delictivas que se elaboran en estos momentos por parte del Gobierno o la Fiscalía no establecen qué detenidos o investigados por agresiones o abusos sexuales lo son por delitos cometidos contra menores. Del mismo modo, tampoco entre las víctimas hay datos para distinguir entre las que lo son por acción de un adulto o un semejante en edad.
En este punto, organizaciones como Save The Children han insistido siempre en que falta perfilar mejor los datos si queremos conocer el verdadero alcance y dimensión del problema. Falta una visión más nítida.
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