Las dos muertes en 24 horas de bañistas en playas de Castellón elevan a casi una veintena el número de personas fallecidas durante el momento del baño o la práctica de deportes acuáticos en playas, piscinas y ríos de la región. Es decir, antes ... incluso de la temporada de alta de baño, que corresponde con las vacaciones de julio y agosto, las cifras ya son muy preocupantes.
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El año pasado, por estas fechas, la Real Federación de Salvamento y Socorrismo (RFSS) contabilizaba sólo seis muertes en espacios de baño de la Comunitat Valenciana durante el mes de junio. La playa fue el lugar donde se produjeron más tragedias, alrededor del 50%. El resto se repartieron por piscinas y ríos en proporciones muy parecidas.
¿Qué está sucediendo este año? En el junio que ya toca a su fin, y con las recientes muertes de Castellón, la región acumula 18 desgracias en entornos acuáticos. Es decir, la cantidad de ahogados se ha triplicado respecto al inicio del pasado estío.
Y la Comunitat sale muy mal parada en la comparativa nacional. Hace sólo unos días, antes de las dos muertes de este fin de semana, el seguimiento estadístico que hacen los socorristas a nivel nacional situaba a la región con 16 muertes, y ya esa cifra era la más elevada entre las autonomías españolas, con el doble de ahogamientos que la segunda región en el triste ranking, Andalucía. Allí se han producido ocho muertes.
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En los casos de Castellón aparece un factor común que cada vez está más presente en los ahogamientos: el de la edad avanzada. Según fuentes sanitarias consultadas por LAS PROVINCIAS, detrás de las muertes de personas mayores se esconde un fallo de corazón o mareo por la fatiga.
La razón es que cuando nos metemos en el agua se produce, en primer lugar, un contraste de temperatura. Esta diferencia, además es mayor en los primeros meses del baño que avanzado el verano, cuando la temperatura del agua es más cálida por la sucesión de días con altas temperaturas.
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¿Cuál es la consecuencia? El corazón trabaja más rápido para regular la temperatura y, también, para entrar en el mar y vencer el oleaje. Según los médicos de urgencias, el momento de entrar al agua es un momento muy crítico para las personas mayores. Y es en esta fase cuando su corazón falla, se marean, flaquean y, en ocasiones, desfallecen y pierden el conocimiento en el agua. Es entonces cuando su cuerpo queda sumergido. Y si no se detecta muy rápido esta situación de peligro sobreviene entonces el ahogamiento.
Es por eso que las personas con antecedentes de problemas de corazón o con mayor edad deben tener las máximas precauciones a la hora de entrar en el mar. Los consejos pasan por aclimatarse bien (no entrar de golpe en el agua), no escoger las primeras horas del día cuando el agua todavía está fría, permanecer más cerca de la orilla para que un posible desfallecimiento sea asistido a tiempo por familiares o testigos o usar flotadores o chalecos.
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