Los asesinatos de Alicia Valera y Olga Pardo continúan sin esclarecer

La casuística criminal indica que es poco probable que se repita un 'modus operandi' en una misma región en un corto período de tiempo, pero cuatro mujeres murieron estranguladas en cinco meses en la Comunitat Valenciana, y los cadáveres fueron hallados en tres acequias de Elche, Silla y Massarrojos (una pedanía valenciana) y un camino de Burriana.

Tras resolver los casos de Florina Gogos y Johana Andrea Aguilar, la Guardia Civil difundió un comunicado ayer en el que afirma que descarta la posibilidad de un asesino en serie, ya que los investigadores han podido corroborar que nunca ha existido relación entre los cuatro asesinatos.

Los crímenes de Alicia Valera y Olga Pardo continúan sin esclarecer pese a que la Policía Nacional y la Guardia Civil mantienen abiertas sendas investigaciones en Elche y Valencia. Estos dos asesinatos tienen los elementos comunes del estrangulamiento y el lugar del hallazgo del cadáver. La primera víctima tenía 45 años y era funcionaria de la Administración de Justicia. Alicia llevaba una vida ordenada en la pedanía de La Hoya en Elche con costumbres fijas, como los paseos a diario con su perro, residía con su madre en un piso cerca del lugar donde la asesinaron y no tenía pareja.

La Policía no descarta que se trate de un crimen casual y que la víctima fuera elegida al azar por un individuo que la atacó por la espalda el 6 de noviembre de 2020. Los investigadores no hallaron indicios de un intento de agresión sexual. Varios testigos vieron a un sospechoso que vestía un chándal con capucha y que caminaba con una ligera cojera.

El asesino de Olga Pardo tampoco ha sido detenido. Un agricultor descubrió el cadáver de la mujer de 43 años el pasado 6 de abril en una acequia de Massarrojos. Los agentes del Grupo de Homicidios de la Guardia Civil reconstruyeron las últimas horas de vida de la víctima tras analizar sus conversaciones de wasap y llamadas de móvil.

La falta de testigos y la ausencia de restos biológicos del homicida en el cuerpo dificulta las investigaciones. El cadáver estuvo entre 24 y 36 horas sumergido en una acequia que discurre por 21 municipios.