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Una banda que roba camiones anda suelta por el área metropolitana de Valencia. En los polígonos industriales de la provincia están en alerta después ... del golpe de película que se vivió el fin de semana pasado en Aldaia y Riba-roja. Una operación con dos escenarios al mismo tiempo. Una escena propia de La Casa de Papel. Un grupo de encapuchados, como si fueran aprendices aventajados del mago David Copperfield, hicieron desaparecer en menos de dos horas un camión cargado hasta los topes de electrodomésticos. «Son profesionales, no hay duda, saben a lo que van, lo que buscan y no dejan rastro», señala el secretario de la Federación Valenciana de Transportistas, Carlos García. Han actuado todos los sábados de este mes -6, 13 y 20 de enero- en Horno de Alcedo, Alginet, Aldaia y Riba-roja. El proceder es el mismo y el botín, cuantioso.
La operación del robo el 20 de enero se llevó a cabo en dos poblaciones muy próximas, pegadas a la A-3 y con una rapidez que tiene en vilo a la Policía Nacional y a la Guardia Civil. Los pasos fueron simultáneos para terminar todo en un plan perfecto y llevarse una recompensa de varios miles de euros, entre la carga de electrodomésticos y el camión.
En Aldaia, en una empresa de transportes, varios miembros de la banda entraron en las instalaciones el sábado por la tarde. Otros integrantes del grupo ejercieron labores de vigilancia al tiempo que el resto asaltó un camión nuevo, de la marca Scania, que desengacharon de su remolque y sacaron de las instalaciones en una operación limpia. Al parecer, con esta marca de camiones se sienten más que cómodos y saben cómo robarlos en cuestión de minutos.
La jugada maestra estuvo en que en un tiempo récord desmontaron el dispositivo de GPS de la cabeza tractora, que posteriormente dejaron en el suelo como cebo. De esta manera, los propietarios de la empresa de transporte nunca supieron que el camión estaba siendo robado, ya que en sus dispositivos de control salía que el vehículo seguía en su sitio debido a que el dispositivo GPS seguía en Aldaia. Sólo cuando el chófer, a los días, fue a por su camión se dieron cuenta de que había desaparecido.
De inmediato, esa misma tarde del sábado 20 de enero, con la cabeza tractora se desplazaron al polígono industrial de Riba-roja, donde otros miembros de la banda ya estaba ejecutando la otra parte del plan: robar un remolque cargado con electrodomésticos. El valor, unos 60.000 euros.
Entraron con el camión robado en Aldaia, engancharon el remolque en Rib-roja, se largaron y desaparecieron. No hay ni rastro del camión ni de la carga. La teoría es que pueden haberse escondido en una nave, a pocos kilómetros de distancia de donde se produjeron los robos, y vaciar así la carga y poner los electrodomésticos en el mercado negro. «Sabían a lo que venían. En las grabaciones se ve que en ningún momento dudaron. Fueron al remolque que estaba cargado. Había tres remolques iguales pero cogieron el que buscaban», señala el transportista afectado de Riba-roja. Además, según relata, debieron hackear los sistema de seguridad porque en ningún caso figura una alerta de que pasaba algo extraño en sus instalaciones.
En otro de sus golpes, esta banda, sustrajo una mercancía valorada en más de 150.000 euros, también de electrodomésticos. «En la Federación estamos muy preocupados porque vemos que no es un caso puntual. Se ha repetido en los últimos tres sábados y siempre es lo mismo, camiones cargados con el mismo tipo de material. Y luego desaparecen. Ni rastro de ellos. Ojalá aparezcan pero estos delincuentes no suelen dejar rastro», continúa Carlos García, que ya ha solicitado una reunión con el subdelegado del Gobierno para poder acometer el problema y buscar soluciones. «Está claro que es una banda organizada, con amplios conocimientos. Están muy preparados. Y estamos seguros que deben de tener a alguien dentro que les ayude, un topo, que les diga horarios, el remolque que deben coger, dónde hay tipos de camión de los que buscan», apunta. García incide que han entrado en las empresas, que los robos no son de camiones que están aparcados en la calle, por lo que todo responde a un plan preparado y muy bien ejecutado.
Los transportistas afectados, como el de Riba-roja, exige a los Ayuntamientos que aumenten la vigilancia en los polígonos y que parte del dinero que se recibe que se destine a incrementar las actuaciones, por ejemplo con vigilancia privada en las calles de las zonas industriales. La Policía Nacional y la Guardia Civil mantiene abierta la investigación con el objetivo de encontrar los vehículos, que por ahora han desaparecido de la faz de la tierra como si fuera un truco de magia.
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