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Martes, 25 de diciembre 2018, 12:46
Bernardo Montoya, el asesino confeso de Laura Luelmo, ha convertido el módulo de enfermería del Penal de Huelva en un polvorín. Los funcionarios de Instituciones penitenciarias denuncian que no cumple con las medidas de seguridad suficientes para albergar a un interno de estas características y piden que sea trasladado a otro centro.
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Montoya, de 50 años, se encuentra en prisión preventiva acusado de raptar, violar y matar a la profesora zamorana de 26 años. En una celda individual, vigilado en todo momento por un preso sombra, alejado del resto de los internos, sólo sale al patio dos horas al día. El hombre declaró ante la jueza y los investigadores de la UCO que sentía una fuerte atracción hacia su víctima.
Según su relato la metió en su coche por la fuerza, intentó violarla y la dejó inconsciente tras darle un golpe en la cabeza, pero la autopsia ha revelado que sí sufrió agresión sexual y falleció dos días después de su desaparición.
Aunque a la pareja del asesino eso no parece importarle. La mujer cumple condena en la prisión de Huelva en la que se conocieron y el mismo día en el que Laura murió mantuvieron un encuentro privado. Desde que el hombre ingresó de nuevo en la cárcel ha intentado comunicarse varias veces con él. Mediante mensajes escritos en papeles, a través de las ventanas, por lo que se han visto obligados a cambiarle a otra celda en otra ala del centro.
Mientras tanto, el cadáver de Laura Luelmo continúa en las dependencias del Instituto Anatómico Forense de Huelva a la espera de la resolución de las pruebas complementarias a la autopsia. Así lo han confirmado a Efe fuentes de la investigación, que no han podido precisar cuándo se autorizará su traslado y que, por tanto, su familia lo pueda llevar hasta Zamora para darle sepultura.
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Hay que recordar que el cadáver de la joven llegó al instituto la noche del lunes de la semana pasada horas después de que fuera encontrado por un voluntario del dispositivo de búsqueda en el paraje de Las Mimbreras, a cuatro kilómetros del núcleo poblacional de El Campillo.
El martes 18 de diciembre se le practicó la autopsia determinando el informe preliminar que la joven murió por un «fuerte golpe» en la cabeza provocado por un objeto contundente como un palo o una piedra, y al día siguiente se supo que había sido objeto de agresión sexual.
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Junto con la autopsia, los forenses decidieron practicar una serie de pruebas complementarias que impiden que una semana después de los hechos el cadáver haya podido ser trasladado a la localidad natal de la joven.
El Ayuntamiento de El Campillo (Huelva) ha informado de que se personará en la causa contra Bernardo Montoya, autor confeso de los hechos, como acusación popular.
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