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El pico utilizado para cavar la fosa donde fueron hallados los cadáveres sigue en el depósito. DAMIÁN TORRES

La jueza del caso Alcàsser sopesa analizar 11 pelos hallados en los cadáveres en 1993

Una de las acusaciones populares solicita nuevas pruebas genéticas que permitirían enjuiciar con garantías a Antonio Anglés en el caso de que fuera detenido

Javier Martínez

Valencia

Jueves, 16 de septiembre 2021, 07:00

¿Hay pruebas suficientes para juzgar y condenar a Antonio Anglés si estuviera vivo y fuera detenido? Una de las acusaciones populares del caso ... Alcàsser ha planteado esta cuestión para solicitar nuevos estudios genéticos que permitirían enjuiciar con garantías al presunto asesino de las tres niñas en el caso de su captura.

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La jueza de Alzira que recibió el traspaso de la causa sopesa acordar las nuevas diligencias de investigación que pide la Asociación Laxshmi para la Lucha contra el Crimen y la Prevención. «Hasta la fecha de hoy no existen indicios forenses que vinculen a Anglés con el crimen, y las ciencias forenses en la actualidad pudieran salvar este escoyo», afirma el escrito presentado en el juzgado por el perito judicial y presidente de Laxshmi, Félix Ríos.

Tras personarse en la causa como acusación popular hace unos meses, la citada asociación remitió dos informes a la magistrada que ponen de manifiesto la necesidad de analizar una serie de pelos hallados en la escena del triple crimen en el paraje montañoso de La Romana, así como en el coche intervenido a Miguel Ricart y un guante encontrado en la caseta donde los delincuentes se ocultaban en Alborache.

Después de acceder y revisar el sumario, el perito judicial detalla los lugares donde la Guardia Civil recogió estos cabellos y vellos: interior de la fosa, dos colchones en la planta superior de la casa de La Romana, dos guantes de apicultor, un jersey de una de las niñas asesinadas y dos de los cadáveres. Once de los pelos fueron hallados en la prenda de vestir y los cuerpos de las menores.

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Los peritos que declararon en 1997 en el juicio contra Miguel Ricart, el único condenado por el triple crimen, coincidieron al aseverar que las diferentes secuencias de ADN de una docena de pelos encontrados en los cadáveres de las niñas no corresponden a un mismo número de asesinos, ya que cuatro son de las víctimas. Además, contemplaron la posibilidad de que algunos sean de personas con las que tuvieron contacto las menores antes de ser asesinadas o incluso de los guardias civiles que sacaron los cadáveres de la fosa.

Informes periciales

La asociación Laxshmi, que dirige el Proyecto Prometeo para la Revisión de Crímenes y Desapariciones sin Resolver, ha realizado varios informes periciales para justificar sus peticiones de pruebas. El delegado en Valencia del Proyecto Prometeo, Amós Vanacloig, y su equipo revisaron las diligencias, cotejaron datos sobre la fuga de Anglés, analizaron las pruebas forenses y contabilizaron todos los pelos que no se analizaron por diferentes causas. En cualquier caso, las pruebas de ADN y otros análisis de restos biológicos no incriminan a Antonio Anglés.

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Como las muestras han sufrido durante el procedimiento diferentes idas y venidas de laboratorios y depósitos judiciales, Laxshmi considera que es tarea del juzgado «ubicar donde se encuentra cada una y remitirlas a los laboratorios correspondientes». También solicita que el Instituto de Medicina Legal (IML) de Santiago de Compostela analice los 11 pelos hallados en dos cadáveres de las niñas y el jersey de la otra menor asesinada.

Estos cabellos fueron descartados para el estudio genético en su momento porque analizaron otros con bulbo y una morfología similar. Sin embargo, la acusación popular pide ahora que los biólogos intenten extraer ADN de los pelos para compararlo con los perfiles genéticos de las tres víctimas y del prófugo Anglés.

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Además, el perito judicial propone que el Instituto de Medicina Legal de Valencia elabore un informe para unificar los códigos genéticos conforme a la información del sumario, lo que aceleraría las comparativas en los análisis. En ese sentido, recuerda que la Policía ya individualizó el ADN de Anglés durante la búsqueda internacional del fugitivo tras el hallazgo de un cráneo en la costa de Irlanda. El perfil genético del presunto asesino se obtuvo de dos muestras halladas en la caseta de Alborache y un chalé de Benaguasil, donde la Guardia Civil encontró una pañuelo de papel con restos de sangre de Anglés.

Tras el hallazgo fortuito de varios huesos en la fosa de La Romana en junio de 2019, los forenses del Instituto de Medicina Legal de Valencia tomaron muestras de ADN a Fernando García y Rosa Folch, el padre de Míriam y la madre de Desirée, por lo que Laxshmi considera que ahora deberían de hacer lo mismo con la familia de la otra niña asesinada.

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El abogado de la asociación, el letrado penalista Diego Costa, presentó en el juzgado de Alzira las dos solicitudes de diligencias de investigación y nuevas pruebas genéticas, concretamente el 28 de abril y 7 de junio de este año, pero la magistrada todavía no se ha pronunciado.

La acusación popular pide también que la Guardia Civil realice una segunda inspección en los vehículos de Miguel Ricart y Antonio Anglés, un Opel Corsa y un Seat Ronda, con «nuevas técnicas de revelado de sangre y fluidos orgánicos». En el caso del primer coche, la prueba solicitada podría confirmar la presencia de las víctimas en el turismo utilizado para el secuestro y transporte de las tres niñas.

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