La delegada del Gobierno en la Comunitat, Gloria Calero, celebraba el jueves que la región presenta la tasa de criminalidad más baja de los últimos años. Sin embargo, como siempre ha ocurrido cuando los datos se analizan desde el poder, se ensalza el lado bueno ... de las cifras. El negativo, la tendencia de la vergüenza, llega con el análisis pormenorizado de esa otra violencia machista que es la delincuencia sexual.
Y en este punto en la Comunitat no hay nada que celebrar. Sino más bien, al contrario. El último balance de criminalidad del Ministerio de Interior sitúa la región como la autonomía con una mayor tasa de delincuencia sexual entre enero y septiembre. Si bien en términos absolutos hay más casos en Andalucía, Cataluña o Madrid, si los ponemos en relación con la población de cada territorio es el nuestro el que sale peor parado.
Las 1.623 vulneraciones de la libertad sexual contabilizadas en la Comunitat suponen una tasa de 32,6 casos por cada 100.000 habitantes, la mayor proporción entre las regiones comparadas. En España, dicha tasa es de 26,6.
170 violaciones en nueve meses
El Ministerio del Interior hace públicos los datos de delitos sexuales por regiones desde el año 2016. En esa media década transcurrida la delincuencia sexual en la Comunitat ha ido en ascenso con pequeños altibajos hasta alcanzar ahora la cifra de denuncias más elevada del cómputo. Y lo mismo sucede con los casos más graves, las violaciones. En los últimos años no hay un dato tan alto como las 170 que se investigan este año en la región hasta el mes de septiembre. Son 70 más que en 2016, un preocupante incremento del 70%.
Y la mala tendencia es calcada en la ciudad de Valencia. De 238 delitos sexuales en 2016 a 438 en la actualidad. De 26 violaciones a 39 en los primeros nueve meses de este año.
Son casos como el resuelto recientemente por la Policía Nacional: un joven de 26 años detenido por acosar sexualmente a dos compañeras de trabajo en un establecimiento del centro de Valencia.
Según las investigaciones, se acercaba «constantemente» a las víctimas, intentaba besar a una de ellas y escribía mensajes al móvil ofreciéndole acostarse juntos. Incluso llegó a entrar en el vestuario femenino cuando se cambiaba la otra afectada. La sorprendió con ropa interior y permaneció en el lugar a pesar de que la trabajadora le dijo que se marchara. El detenido, sin antecedentes policiales, ha quedado en libertad.
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