Del cuello de Eva cuelga un corazón. En su interior, una foto en blanco y negro. Con dos rostros dándose un beso. Una imagen angelical. Amorosa. Puro cariño entre madre e hija. La belleza de la imagen se ensombrece cuando uno se da cuenta de que la pequeña de la foto es Vera. Besando a Eva Roz. Dándole un beso a mamá. Hasta ahora han preferido no hacer gala de su dolor. Rompen su silencio en una entrevista exclusiva para LAS PROVINCIAS cuando se cumplen dos años de la tragedia que se llevó por delante las vidas de Vera y Cayetana, de 4 y 8 años. Llevan clavada la noche del 4 de enero de 2022, cuando el hinchable de la feria de Mislata en el que saltaban las pequeñas volaba por los aires por una ráfaga de viento. El corazón de Vera y Eva cuelga del cuello de su madre mientras esta intenta hablar sin romper en lágrimas. «Vivimos un infierno. Llevas a tus hijos a la feria y no te esperas lo que pasó. He llorado mil veces porque me siento culpable. ¿Cómo no vi aquello, cómo no me di cuenta de todo lo que había? Era imposible verlo. «Una atracción a las ocho de la tarde, ya noche cerrada», cabecea Eva. Pero los dos se secan las lágrimas, aprietan los dientes y critican en sus palabras la lentitud de la instrucción, la falta de respuesta y la ausencia de leyes mejores para evitar otro episodio de dolor.
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- Han pasado dos años de la tragedia con vuestra hija. Lo primero es preguntaros cómo os encontráis…
- Es imposible explicarlo con palabras. El dolor por la pérdida de Vera y lo cruel que fue todo nos acompañará de por vida. No podemos llenar un vacío así.
- No paráis de mantenerla viva en las redes… Cómo la recordáis cada día?
- Como la personita más maravillosa del mundo, que no se enfadaba nunca. Se pasó dos años encerrada por el confinamiento, la mitad de su vida. Ni su cumpleaños pudo celebrar. Aquel día dijo «es un día muy feliz, mamá». Y con eso nos quedamos. Está con nosotros cada día, pero esto es algo que no es asumible ni estás preparado. Está en retratos por toda la casa y dentro de nosotros. Era una niña como todas: quería cambiar el mundo. Y con un final que no merece nadie. Aún no se ha hecho nada porque cambie la normativa ni parece que haya interés por que se haga justicia y pague quien lo haya hecho mal. Todos quieren pensar que es un accidente y nada más
- Cómo lo viven vuestros otros dos hijos?
- Imagínate… La mayor (17 ahora) era como su madre casi y su hermano (15 hoy) su compañero de juegos. Es difícil decirles que hay que luchar contra la injusticia, y qué mayor injusticia que ver cómo su hermana sale volando en una feria sin medidas de seguridad y ahora no hay una respuesta para quien ha hecho eso. ¿Cómo se lo explicas? Ante una desgracia como esta, evitable y con mucho fallos, no hay voluntad para cambiarlo y evitar otras tragedias. Te ves solo.
- Dos años después, la instrucción sigue sin avanzar y al borde de una nueva prórroga… ¿Se está haciendo bien?
- No podemos decirle a la justicia cómo actuar. Confiamos en que la muerte evitable de dos niñas no puede quedar impune. Pero hay muchas cosas que no entendemos, empezando porque se no se exija al Ayuntamiento las respuestas que no ha dado y que nos debe a las familias..
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- ¿Hizo todo lo posible el Ayuntamiento de Mislata para evitar el accidente?
- No hizo nada. Y no lo decimos nosotros, lo dijo muy claro en su declaración el técnico del Ayuntamiento imputado. Es curioso que una ciudad declarada amiga de la infancia por Unicef no se preocupe por la seguridad de una feria donde está en juego la vida de los niños. El Ayuntamiento se agarra a que no tenía la obligación de supervisar nada, pero cualquiera con sentido común sabe que un ayuntamiento no puede desentenderse de la seguridad. La Audiencia lo dejó claro en un escrito en el que decía que el técnico está bien imputado y que el Ayuntamiento debió supervisar la feria. Si el hinchable hubiera estado bien anclado, la ráfaga de viento nunca habría lanzado a los niños, como mucho se habría rajado la lona.
Iván y Eva lucen dos tatuajes idénticos en su antebrazo derecho. Una escalera enorme que atraviesa una nube. En lo alto, una niña con gafas rojas pinta de azul la estrella de la Navidad. Es Vera P., como puede leerse cerca de las muñecas de sus padres. Es su manera de recordar siempre a su ángel. Y hacerlo con algo muy simbólico: la letra del villancico que la propia Vera cantó en un vídeo que Iván subió a las redes sociales una semana después de la tragedia. La última canción de Vera, apenas unos días antes de morir. «¡Ay Díos mío! Que la estrella de los Reyes se ha perdido ¡Ay Dios mío! Que no vamos a llegar al portal. Coge una escalera que te suba al firmamento para pintar de colores la estrella de Navidad», canturreaba con voz dulce la pequeña.
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- ¿Ha colaborado el Ayuntamiento para esclarecer lo sucedido?
- En nada. Al contrario, cuando se le ha pedido documentación para la investigación lo único que ha hecho es ralentizarlo todo y poner trabas. Han intentado mantenerse al margen sin que les salpicara nada, en lugar de ayudar a esclarecer las causas. En vez de ponerse del lado de las familias, se ha presentado en el proceso para defenderse de nosotros diciendo que atentamos contra su imagen. Esa falta de interés por esclarecer lo sucedido deja muchas preguntas sin responder. ¿Por qué seguían dejando montar la feria a un tipo sin papeles al que conocían bien? ¿Por qué la feria estaba en un lugar distinto al que decía la documentación presentada por el Ayuntamiento? ¿Quién decidió cambiar la ubicación a un lugar tan expuesto al viento? ¿Quién decidió que no era necesario enviar a ningún ingeniero o empresa acreditada para comprobar la seguridad de las atracciones? Tenemos derecho a que algún responsable de ese ayuntamiento responda a estas preguntas, y también a pedir un castigo ejemplar para todos los que cometieron la cadena de negligencias que causó la muerte de nuestra hija. Una condena ejemplar por la muerte de dos niñas que podría evitar más tragedias.
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- ¿Os ha llamado u os ha recibido el alcalde Bielsa?
- No solo no nos ha llamado, sino que las veces que nos lo hemos cruzado ha agachado la cabeza y nos ha esquivado. Queremos aclarar algo que nos molestó mucho, y es que durante los cinco días que nuestra hija estuvo en la UCI, él se dedicó a anunciar en las redes que estaba muy pendiente de la evolución de la niña, cuando es falso. Ni vino al hospital a preguntar por Vera ni se puso en contacto con nosotros. Lo único fue una carta para darnos el pésame, como el que manda el recibo de la luz. A estas alturas no esperamos nada de alguien que ha demostrado de sobra su falta de humanidad. Mientras nosotros echamos en falta a nuestra niña a cada segundo, él celebró una victoria política tres días después de despedir a Vera, pese a estar supuestamente consternado. Ha dejado muy claro que su imagen está por encima de todo, incluso de la memoria de dos niñas de 4 y 8 años que murieron en su ciudad, en su feria, en su maldita plaza de la Libertad.
- ¿Y la labor del fiscal?
- Nosotros nos mantenemos al margen de la instrucción y confiamos en nuestro abogado, que está haciendo un gran trabajo, y también en la Fiscalía, que esperamos que haga el suyo. Pero el fiscal no estuvo acertado la primera vez que lo vimos. Acabábamos de perder a Vera y nos dijo algo así como que en la vida había que aprender a perdonar. Imaginamos que trató de empatizar, pero no se les puede pedir a unos padres que acaban de perder a su niña de 4 años, en una tragedia más que evitable, que lo asuman sin más, que estas cosas pasan. Tampoco entendimos su postura de apuntar solo en dirección a los feriantes, cuando a esas alturas ya había un par de informes, uno de Homicidios de la Policía Nacional, que repartía responsabilidades entre feriantes y Ayuntamiento. Han pasado dos años y podemos perdonar aquellas palabras del fiscal que nos molestaron bastante, pero seguimos esperando un paso al frente de la Fiscalía para exigir las respuestas que el Ayuntamiento no ha dado, y que es lo mínimo que merece nuestra hija. Ni el fiscal ni el Ayuntamiento de Mislata han estado a la altura con la muerte de nuestra hija.
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- ¿Son hoy seguras las ferias infantiles?
- El 100% de seguridad no existe en nada, pero hemos descubierto que el sector de las ferias ambulantes no tiene muchas inspecciones ni una normativa clara que obligue a hacer las cosas bien. No podemos generalizar, pero sí denunciamos el estado de una feria que era una trampa mortal para los niños y que se montó con el consentimiento del ayuntamiento. La gente ha tomado conciencia y envía fotos por las redes con el mal estado de muchas atracciones.
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- ¿Qué falta por hacer en las atracciones?
Lo primero una normativa clara que incluya sanciones fuertes para quienes no la cumplan. Luego son los ayuntamientos los que deben hacer cumplir esa normativa, y si no se pueden garantizar unas normas básicas de seguridad, como que un hinchable esté bien anclado, no se monta. En Mislata no solo le permitieron montar, sino que le dejaron hacer lo que le vino en gana colocando las atracciones donde quiso y sin respetar los planos del ayuntamiento para, en teoría, estar más protegidas del viento. Ni siquiera revisaron la ubicación. No había ni un mísero botiquín, ni menos aún asistencia sanitaria en previsión de accidentes, ni presencia policial. Nada de lo que ahora presume el Ayuntamiento de Mislata en cada acto que organiza.
- ¿En qué fallaron Generalitat, ayuntamientos y Gobierno central para impedir que algo así pase?
- Son las autonomías las que tienen sus propias normas, el Gobierno lo que podría hacer es unificarlas y vigilar que se cumplan. La Generalitat falló porque en lugar de hacer lo posible para que los ayuntamientos controlen el montaje, les envió una carta diciendo que los hinchables no son peligrosos y dejando que cada uno supervise a su manera. Después de que las niñas murieran volvió a enviar la misma carta a los ayuntamientos. Con los ayuntamientos pasa como con los feriantes, no podemos generalizar. Habrá muchos que tomen todas las medidas posibles para que las atracciones sean seguras. Y luego están los que dejan la responsabilidad en manos de unos tipos sin papeles y sin escrúpulos, como hizo el de Mislata.
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- ¿Cómo se tira adelante tras una tragedia así?
Nadie piensa que pueda pasarle algo así. Tu vida se paraliza mientras el mundo sigue. Los que tienen responsabilidades públicas, esos a los que se les llena la boca hablando de las personas, miran hacia otro lado. Al final son solo dos niñas y dos familias rotas. Y parte de la gente que nos rodea, muchas veces con los que más relación has tenido, no sabe qué decirnos y acaba disimulando para pasar de largo. También es cierto que mucha gente te sorprende y, sin ni siquiera conocerte, te transmite energía. Pero lo más difícil es aprender a vivir sin Vera, llevarla de la mejor manera cada día y engancharnos con nuestros hijos a una nueva vida que no hemos elegido. No pedimos nada, solo que la justicia haga su trabajo y la muerte de dos niñas inocentes sirva para algo. A ser posible, sin prolongar mucho este proceso que no es agradable. De salir adelante nos encargamos nosotros con nuestros hijos.
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- ¿Creéis que habrá condena para los imputados?
- No entendemos muchas cosas del proceso y no entenderíamos que no hubiera una condena ejemplar para los feriantes, el ingeniero fantasma que dijo que revisó y no revisó las atracciones y el Ayuntamiento que se desentendió de todo. Todos tienen responsabilidad, en mayor o menor medida, en la tragedia en la que murieron Vera y Cayetana. Si esto queda impune, estaremos facilitando las cosas a los que siguen poniendo en riesgo la vida de nuestros hijos.
- Muchas veces habéis dicho que lo de menos es la indemnización por vuestra hija, que lo que queréis es justicia y que no vuelva a pasar…
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- Somos conscientes de que nadie nos va a devolver a nuestra hija, para ella no hay justicia que valga, pero un castigo para los responsables de dos muertes evitables puede servir para que otros niños no estén tan expuestos. Os pedimos a todos que os pongáis en nuestro lugar por un momento, algo que no deseamos a nadie: vuestra hija sale disparada de un hinchable sin anclar, mal ubicado, sin ningún tipo de control ni supervisión del Ayuntamiento que autoriza el montaje. Hasta seis informes de la Policía y técnicos independientes coinciden en que el 'accidente' nunca debió pasar y reparten la responsabilidad entre feriantes, ingenieros y el Ayuntamiento. ¿Qué haríais? ¿Os conformaríais con cerrar el caso como un triste accidente? No hemos perdido el juicio. Cualquiera podría estar en nuestro lugar, y eso es lo único que se puede evitar.
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