Los padres de Godella asesinaron a sus hijos y eso es, de momento, incuestionable. Más allá de que el padre, Gabriel, lo hiciera con pleno conocimiento y de que María, la madre, no fuera dueña de sus actos en la noche del 13 de marzo de 2019.
El Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat (TSJCV) ha confirmado la sentencia por el asesinato de los dos niños y desestimado los recursos de los progenitores que cuestionaban el fallo judicial.
La Audiencia Provincial de Valencia condenó en junio de este año al progenitor a una pena de 50 años de prisión -con un máximo de cumplimiento de 40- y absolvió a la madre, coautora de los dos crímenes. Apreciaba la eximente completa de anomalía psíquica por enfermedad mental, por lo que le impuso una medida de internamiento psiquiátrico. De conformidad con el veredicto del jurado popular, el magistrado que presidió el juicio declaró probado que los dos acusados asesinaron a golpes a sus hijos, un niño de tres años y una niña de seis meses. Ambos impulsados por sus «creencias místico-religiosas».
Ambos progenitores estaban convencidos de la existencia de una secta que les perseguía, asediaba y abusaba sexualmente del niño. Decidieron que la única manera de proteger a los menores era someterlos a un «baño purificador» y terminar con sus vidas para que luego pudieran revivir, según el fallo.
Pero los padres estaban en desacuerdo con la sentencia. Presentaron sendos recursos de apelación contra la resolución de la Audiencia de Valencia. Alegaban una vulneración del derecho a la presunción de inocencia y a la tutela judicial efectiva.
Sin embargo, la Sala de lo Civil y Penal del TSJCV ha desestimado su reclamación judicial. Y este es el argumento de los magistrados: «Tanto el veredicto de culpabilidad alcanzado por el jurado respecto de ambos acusados como la sentencia han tomado como base toda una serie de indicios plenamente acreditados y relacionados entre sí». Para el tribunal convergen «en la conclusión incriminatoria alcanzada y permiten predicar la autoría de los mismos».
La sentencia de apelación del TSJCV puede ser recurrida ahora en casación ante el Tribunal Supremo en caso de que los padres decidan esta opción.
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