El Opel Corsa en el depósito municipal de Poble Nou en 2018. JAVIER MARTÍNEZ

La jueza ordena inspeccionar otra vez los coches de Miguel Ricart y Antonio Anglés

La Guardia Civil buscará restos biológicos de las tres niñas asesinadas | Los especialistas no hallaron en 1993 pruebas forenses que sitúen a las menores en el vehículo que conducía el único condenado

Javier Martínez

Valencia

Jueves, 21 de octubre 2021, 00:46

Veintiocho años después de los asesinatos de las niñas de Alcàsser, un grupo de especialistas de la Guardia Civil inspeccionará otra vez los coches ... de Miguel Ricart y Antonio Anglés, un Opel Corsa y un Seat Ronda, con nuevas técnicas de revelado de sangre y fluidos orgánicos.

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La jueza de Alzira que recibió el traspaso de la causa ha dictado una providencia en la que ordena la búsqueda en los dos vehículos de «indicios genéticos» que puedan pertenecer a cualquiera de las tres víctimas (Toñi, Míriam y Desirée), y dispone también la inspección de los recortes de tapicería si los hubiera en el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses.

La orden judicial ya ha sido remitida al Servicio de Criminalística de la Guardia Civil para que determine cómo debe realizar el examen de los coches. Dos agentes del Equipo Central de Inspecciones Oculares (ECIO), la élite de los policías científicos, está previsto que se desplacen al depósito judicial de vehículos de Valencia, situado en las instalaciones de la empresa Stock Circuit en Cheste, para buscar restos biológicos en el Opel Corsa y el Seat Ronda.

En el caso de que los especialistas obtengan algunas muestras, la magistrada ordena realizar los correspondientes análisis en el Departamento de Biología del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil para luego trasladar los resultados al Instituto de Toxicología y Ciencias Forenses con el fin de unificar todas las pruebas genéticas relacionadas con el caso.

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La Asociación Laxshmi para la Lucha contra el Crimen y la Prevención, que ejerce una de las dos acusaciones populares personadas en la causa, solicitó una segunda inspección de los coches tras argumentar que no existen evidencias forenses que sitúen a las tres niñas en el Opel Corsa de Miguel Ricart. El perito judicial y presidente de Laxshmi, Félix Ríos, también adujo en un escrito remitido a la jueza que los resultados de las pruebas no contravendrían los hechos probados que recoge la sentencia.

El coche que Ricart y Anglés utilizaron para raptar a las tres menores y trasladarlas a una caseta en el monte, un Opel Corsa de color blanco matriculado en 1984, sigue bajo custodia judicial como pieza de convicción tras pasar por varios depósitos de vehículos.

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Destrucción de los coches

La jueza valoró en los últimos años la posible destrucción de este turismo y el Seat Ronda, otro automóvil utilizado por los asesinos, pero la acusación popular ejercida por la asociación Clara Campoamor se opuso y solicitó la conservación de los coches.

Tras el análisis de 165 pelos recogidos en los dos vehículos, los biólogos sólo pudieron extraer ADN de siete, según consta en el sumario, y realizaron sendos estudios de polimorfismos nucleares para compararlos con los perfiles genéticos de Anglés, Ricart y otros sospechosos.

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Los resultados de dos pruebas fueron coincidentes con las muestras de ADN de Miguel Ricart y Roberto Anglés –uno de los hermanos del autor material de los asesinatos–, aunque este último nunca fue acusado del triple crimen tras descartar la Guardia Civil su participación en los hechos investigados. Los análisis solo evidenciaron que ambos individuos habían estado en uno de los coches, pero no fueron relevantes en la investigación.

Objetos hallados en los dos coches

Cuando la Guardia Civil inspeccionó el Opel Corsa el 28 de enero de 1993, dos agentes especialistas en dactiloscopia recogieron un centenar de pelos y ocho muestras en el maletero, asientos traseros y delanteros, palanca de freno de mano, tapizado, bandejas de las puertas e incluso en los bajos del vehículo. Los agentes utilizaron un reactivo químico denominado cianocrilato para revelar huellas, y también usaron un aspirador para buscar el mayor número posible de pelos y muestras.

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Los guardias civiles detallaron en un informe los objetos que hallaron en el coche: cinco llaves, unas tijeras, tres piedras, cuatro bengalas, un rollo de cinta aislante, dos cinturones, una gorra, unos alicates, una botella de butano y unas gafas de sol, entre otros efectos. En el Seat Ronda de Antonio Anglés encontraron un hacha, una sierra, una colilla, una caja de cerillas, una petaca, unas tijeras, cuchillas de afeitar y otros objetos sin relación con los crímenes.

Además de la inspección de los dos vehículos, la jueza de Alzira ha ordenado al Instituto Nacional de Toxicología que analice más de 50 pelos que fueron descartados en los estudios genéticos realizados en la década de los 90. Como ya informó LAS PROVINCIAS, el objeto de estas pruebas es enjuiciar a Anglés con garantías en el caso de que estuviera vivo y fuera detenido antes de la prescripción de triple crimen, así como arrojar luz sobre otras circunstancias que rodearon el caso.

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Según la sentencia que condenó a Ricart a 170 años de prisión, los dos asesinos pudieron actuar en compañía, «posiblemente de alguna otra persona más», cuando invitaron a las tres jóvenes a subir al vehículo, pero nunca se pudo demostrar la implicación de un tercer individuo.

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