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JAVIER MARTÍNEZ
VALENCIA.
Jueves, 1 de febrero 2018, 07:25
El ingeniero asesinado en un garaje de Patraix era titular de varios seguros de vida y accidentes cuyos cobros ya había comenzado a gestionar la viuda con la ayuda de uno de sus amantes, Salva R. L., el autor confeso del crimen de Patraix. Las cantidades de dinero correspondientes a estas pólizas que iba a percibir Maje M. C., de 27 años, junto con la herencia y la pensión de viudedad son tres indicios que sustentan la hipótesis policial del móvil económico en el asesinato.
Los abogados que ejercen la acusación particular en la causa, Miguel Ferrer y Patricia Cogollos, han solicitado al Juzgado de Instrucción número 14 de Valencia que requiera a dos compañías sendas copias de los seguros que contrató la víctima con las cláusulas particulares y generales de las pólizas y los beneficiarios de las mismas. Según el registro de la Gerencia Territorial de Justicia, el ingeniero Antonio Navarro era titular de tres seguros suscritos con Mapfre, Santa Lucía y Bankinter, aunque el último lo canceló cuatro meses después de casarse con Maje.
Según se desprende de las escuchas telefónicas y de la investigación del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, la viuda mostró su satisfacción por su situación económica tras el crimen, porque la pensión de viudedad de 1.100 euros al mes había incrementado sus ingresos, y mantenía también una tensa lucha con la familia de su marido por la herencia. Maje les reclamaba el pago de 30.000 euros, una cantidad que ella aseguraba haber aportado para la compra de un piso en la calle Calamocha, donde vivía el matrimonio en el barrio valenciano de Patraix, y la posterior reforma que hicieron en la vivienda.
Los abogados también han pedido al juez que instruye el caso el embargo preventivo de los bienes y el bloqueo de las cuentas bancarias de las dos personas detenidas y encarceladas por el asesinato, la viuda y su amante, para garantizar el pago de las responsabilidades derivadas de una hipotética condena.
El magistrado tiene previsto tomar declaración a más personas en los próximos días para esclarecer el móvil del crimen. Como ya informó LAS PROVINCIAS, Salva R. confesó que asesinó al ingeniero con un cuchillo cebollero que había comprado en una ferretería de la calle Lérida de Valencia, pero dio vagas explicaciones cuando la policía y el juez le preguntaron el motivo. También aseguró que no tenía ninguna inquina contra la víctima y que pensó que matar al marido de su amante sería bueno para ella, porque su familia de fuertes convicciones religiosas no llevaría bien el divorcio.
Tras su ingreso en prisión, la pareja fue incluida en un programa de prevención de suicidios y ambos se encuentran de forma provisional en la enfermería, aunque en dependencias separadas. Cuando fue detenido el 10 de enero en la cafetería del Hospital de Manises, Salva llevaba en su mochila varias cartas de amor que Maje y él se enviaron durante su relación. Algunas de ellas fueron escritas poco meses antes de que la joven se casara con Antonio en Novelda. En una de las misivas, Maje pide disculpas a Salvador porque su matrimonio supone «un proceso traumático para los dos», pero dice que la boda era algo que ella tenía que vivir «como experiencia». Aunque la mochila se quedó en el servicio de urgencias del Hospital de Manises, la mujer del asesino la recuperó y entregó las cartas a la policía al día siguiente.
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