«Llevo dos años sin ver a mis hijos por una falsa abogada»

En la vida se puede recuperar prácticamente todo, menos el tiempo. Dos son los cumpleaños que María Victoria Alonso, víctima de una estafa por una mujer que se hacía pasar por abogada, no ha pasado junto a sus hijos. Pero incontables son las veces que ha llorado. Fátima L. le estafó casi 17.000 euros, pero no es la pérdida económica lo que le importa. «Ni todo el dinero del mundo me los va a devolver. Ya ni siquiera sé a qué colegio van mis hijos ni qué número de teléfono tienen. Llevo más de dos años sin verlos por culpa de esta falsa abogada», dice desesperada, esperando que esta pesadilla acabe y poder recuperar la vida que le robaron.

La Audiencia ha condenado a Fátima L. a cuatro años de prisión por estafa, intrusismo profesional y falsedad documental al redactar sentencias y documentos jurídicos ficticios. Su cooperadora necesaria, María Magdalena M. ha sido condenada a un año de cárcel. Todavía falta por juzgar a Juan L., el marido de la cabecilla y que también estaba implicado en la trama. Además, ambas tendrán que pagar a Mariví los casi 17.000 euros que le estafaron más 40.000 euros por los daños morales que le han generado.

Mariví ha recibido esta sentencia con una mezcla de alegría y rabia. En un principio, la Fiscalía solicitaba para Fátima una pena de 6 años de prisión, que se ha rebajado al llegar a una conformidad. «Me hubiera gustado que le cayeran los seis años, pero necesitaba tener la sentencia ya y que no estuviéramos años con recursos», asegura la afectada. Pero si ha decidido aceptar la conformidad es por una razón de peso: «Han tenido la suerte de que necesitaba tener la sentencia ya». El tiempo iba en su contra. Contra Mariví pesa una condena de tres años por un delito de sustracción de menores, otra de un año por impago de pensiones y está esperando la resolución de una causa abierta contra ella por abandono de familia.

Fátima L. era amiga suya de la infancia, por eso confió en ella para que le llevara su divorcio. Pero la niña con la que jugaba en los patios del colegio no se paree en nada a la estafadora despiadada con la que se reencontró. Como la abogada fraudulenta falsificó sentencias y autos del juzgado, Mariví pensaba que estaba todo resuelto y que tenía la custodia de sus niños. También le convenció que no tenía que pagar a su exmarido pensión de alimentos. Una red de mentiras que hizo que la vida de la víctima se convirtiera en un verdadero infierno. Ahora con la sentencia que confirma que la estafaron ve la luz al final del túnel. «Así podré demostrar mi inocencia. Estoy tranquila porque voy con la verdad por delante», comenta.

El pasado 20 de junio, la Policía Nacional detuvo a su marido Juan L. en Cullera después de que huyera de la Justicia y encerró a sus cuatro hijos, tres de ellos menores de edad, desde hacía dos años. Los agentes encargados del caso acreditaron que los niños sufrían malos tratos. Ni siquiera estaban escolarizados. Les privaron de su infancia, de aprender, de hacer amigos. Fátima ya conoce la cárcel. Antes de esta sentencia condenatoria ya se encontraba en prisión tras acumular nueve condenas por hechos similares.

Todavía tiene más causas pendientes. De hecho, volverá a tener que ver a su víctima María Victoria, con la que mantenía una relación de amistad desde que eran niñas, para que se juzgue a Fátima por cometer un delito de falso testimonio alegando que nunca había actuado como su abogada.

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