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J. Martínez/J. García
Valencia
Lunes, 17 de junio 2024, 14:27
Cuatro personas sufrieron heridas de diversa consideración el domingo por la tarde al desprenderse parte del falso techo de una sala de embarque en el aeropuerto de Manises. Los afectados son dos hermanas de Sevilla, una joven vizcaína y un vecino de Sopela (Bilbao).
El accidente tuvo lugar sobre las 18:45 horas en una zona con mesas y enchufes de la terminal acristalada. Según informaron fuentes de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena), los cuatro viajeros sufrieron heridas leves y fueron atendidos por los servicios médicos del aeropuerto.
«Escuché un ruido atronador y después noté como varios cascotes me golpeaban en la cabeza, los brazos... Hemos tenido mucha suerte. Lo peor es el miedo y el impacto psicológico», afirmó uno de los cuatro heridos.
Las mismas fuentes de Aena señalaron que las cuatro personas atendidas sufrieron lesiones leves y también inhalaron polvo tras la nube de partículas que provocó el desprendimiento, pero pudieron continuar sus respectivos viajes después de la asistencia médica que recibieron en el aeropuerto.
Poco antes del derrumbe del falso techo, un agente de la Guardia Civil avisó a uno de los viajeros: «Me dijo que me pusiera más atrás, que se veía que el techo estaba como afectado. No le di demasiada importancia pero me cambié», explicó el vecino de Bilbao.
El joven cumplió la recomendación, y pasados unos minutos, llegaron las dos jóvenes andaluzas y otra chica vizcaína, que son amigas y habían viajado a Valencia para asistir a una boda. Cuando el bilbaíno vio que se iban a sentar en la zona cuyo techo estaba agrietado, les dijo también que era aconsejable dejar libre el espacio por precaución.
Poco después, una estructura de madera y parte del falso techo de la sala se vinieron abajo y los cascotes cayeron sobre las cuatro personas. Tres de ellas estaban sentadas mientras esperaban las salidas de sus vuelos, y una de las hermanas se encontraba de pie. «Me había levantado para comprar una botella de agua y el techo cayó justo en el momento que me iba a sentar otra vez», señaló Maite R.
Su hermana cuenta que al desplome le sucedió una estampida: «Los demás pasajeros salieron corriendo como locos y escaparon de la zona. No nos lo podíamos creer». Las víctimas sufrieron contusiones y escoriaciones en la cabeza, brazos y otras partes del cuerpo. «Cayeron trozos muy grande techo, estructuras de madera y focos. Uno de los cascotes se rompió al golpear a mi hermana en la cabeza», añadió Maite.
El joven bilbaíno describe el momento del desprendimiento como una situación de pánico: «Sabes que estás en un aeropuerto y lo primero que te viene a la cabeza es que lo mismo se ha salido un avión de la pista o algo así...»
Los cuatro heridos fueron atendidos en el aeropuerto. «El personal fue muy amable, pero es verdad, también, que no nos proporcionaron ningún tipo de explicación de por qué se cayó el techo y de por qué no estaba aquello señalizado si la Guardia Civil sabía que se encontraba en mal estado», asegura el joven.
Aunque ninguno sufrió heridas graves y todos regresaron el domingo a las ciudades donde residen, los viajeros acudieron a dos hospitales de Bilbao y Sevilla para que les realizaran un reconocimiento médico más completo.
«Queríamos quedarnos tranquilos y descartar cualquier complicación en las lesiones. En el aeropuerto de Valencia nos hicieron una cura muy rápida en el botiquín, y en ese momento todos teníamos prisa para no perder el vuelo. Los chichones salieron después», señaló la víctima.
Aena ha abierto la correspondiente investigación para esclarecer las causas de incidente, ya que el desprendimiento se produjo en una zona de falso techo que no soporta gran peso.
Respecto a por qué no estaba señalizado el riesgo en la zona donde se produjo el derrumbe del falso techo, las mismas fuentes de Aena manifestaron que «puede que observara algo (el guardia civil) en ese mismo momento, porque por allí pasan limpiadores y gente de mantenimiento y no se tenía noticia de que algo extraño sucediera».
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