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Agentes de la Policía Local. LP

Un joven intenta matar a su padre al apuñalarlo y arrollarlo con un coche en San Antonio

El sospechoso, de 19 años y con antecedentes por malos tratos, fue apresado tras golpear un vehículo policial

Miércoles, 5 de agosto 2020, 17:15

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Atropellado y apuñalado. Así fue la agresión sufrida por un hombre a manos de su propio hijo, un joven de 19 años detenido por agentes de la Policía Local de San Antonio de Benagéber como presunto autor del intento de homicidio frente al retén policial del municipio, según informaron fuentes del Instituto Armado. Al parecer, primero el joven supuestamente arrolló con un vehículo a su progenitor y después le atacó presuntamente con un arma blanca.

Los hechos sucedieron el martes por la mañana, sobre las dos de la tarde, en pleno centro del pueblo. El joven, que según fuentes conocedoras de la investigación tiene antecedentes por maltrato en el ámbito familiar y una orden de alejamiento, se encontraba en las proximidades del retén de la Policía Local de San Antonio. Fue entonces cuando llegó su hijo en una furgoneta con la que supuestamente le atropelló.

En ese intento de arrollamiento, el joven golpeó dos vehículos estacionados en la calle, así como otro de la Policía Local. Después bajó con un arma blanca y mantuvo un forcejeo con su padre, al que llegó a provocar alguna lesión. Los agentes municipales intervinieron para evitar que la agresión fuera mayor y lo detuvieron. Los policías locales lo entregaron a la Guardia Civil, que lo arrestó como presunto autor de un intento de homicidio.

Remedios Sánchez, vecina de l'Eliana, fue testigo del incidente frente al Horno de San Antonio, cerca de la calle Turia. Acababa de salir de una administración de lotería próxima cuando escuchó el «fuerte impacto» de la embestida del sospechoso. Tras el acuchillamiento, «el pobre hombre acabó tendido en el suelo con toda la ropa ensangrentada mientras dos miembros de la policía local lo protegían y auxiliaban».

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Según describe, «estaba aturdido y no decía nada, sólo movía la cabeza con resignación y casi no se podía mover». Una veintena de personas fueron testigos de la agresión, algunas de ellas mientras tomaban refrescos o aperitivos en una terraza muy próxima.

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