Dos trabajadores del retén fúnebre trasladan el cadáver de la víctima. Damián Torres

El sospechoso del crimen del sacerdote fue localizado y detenido tras pagar en un bar con la tarjeta de la víctima

El clérigo murió por asfixia tras la obstrucción de sus vías aéreas, según el informe preliminar de la autopsia, y la Policía investiga si el móvil del crimen fue económico

Javier Martínez / Belén Hernández

Valencia

Jueves, 25 de enero 2024

La Policía Nacional ha detenido a un hombre de unos 40 años de edad por su implicación en la muerte violenta del sacerdote Alfonso López, cuyo cadáver fue encontrado el martes con signos de asfixia en su domicilio en Valencia. El Grupo de Homicidios arrestó al sospechoso tras seguir el rastro de una tarjeta de crédito de la víctima.

Publicidad

Según ha podido saber LAS PROVINCIAS, el individuo realizó un pago con la tarjeta en un bar de Valencia, y esta acción permitió su rápida localización y detención. Además, el hombre llevaba el teléfono móvil del clérigo en el momento de su arresto, según confirmó la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé.

Tras recibir el aviso de que alguien estaba utilizando la tarjeta de crédito en un establecimiento comercial, una patrulla de la Policía Nacional acudió con urgencia a la dirección indicada por la entidad bancaria. Cuando los primeros agentes llegaron al bar, el sospechoso ya se había marchado tras pagar la consumición, pero fue localizado y detenido poco después.

Los agentes han tomado declaración en las últimas horas a varios testigos, uno de ellos el portero que descubrió el cadáver, para identificar a varios jóvenes que pedían dinero al clérigo y frecuentaban su domicilio en la calle Avellanas.

Sin embargo, el detenido es un hombre peruano de más 40 años de edad que tenía el teléfono del sacerdote y que también habría suplantado al eclesiástico al enviar mensajes con el móvil en los que se hacía pasar por él.

Publicidad

La Policía Nacional logró identificar y detener al sospechoso tras seguir el rastro de la tarjeta de crédito y tomar declaración a varias personas que lo vieron la semana pasada en la calle Avellanas, donde residía el religioso.

Según las investigaciones, el móvil del crimen parece ser económico. Tras la muerte por asfixia de la víctima, el individuo sacó dinero en varios cajeros automáticos y también pagó en un bar de Valencia con la misma tarjeta de crédito del sacerdote.

Publicidad

Aunque la Policía ha confirmado la detención del hombre por su presunta implicación en la muerte de Antonio López, no ha trascendido su grado de participación en los hechos. El clérigo murió por asfixia tras la obstrucción de sus vías aéreas, según el informe preliminar de la autopsia.

Los forenses no han terminado todavía la necropsia, ya que tienen que realizar más pruebas para determinar con exactitud las lesiones internas que presenta el cuerpo del anciano por la sofocación criminal que sufrió, según las investigaciones.

Publicidad

Cuando fue hallado muerto en su casa, el sacerdote estaba vestido con un pijama y no presentaba signos externos de violencia, como heridas sangrantes, pero los investigadores creen que fue asfixiado con una almohada.

Antes del levantamiento del cadáver, el forense y los agentes de la Policía Científica examinaron de forma minuciosa los alrededores de la nariz y la boca de la víctima en busca de señales externas de una suspensión de la respiración, y también comprobaron si tenía marcas en el cuello.

Publicidad

Mensajes de WhatsApp

Un mensaje de WhatsApp enviado desde el móvil de la víctima, cuando acababan de descubrir el cadáver en su domicilio en el centro de Valencia, fue el primer indicio criminal que levantó las sospechas de la Policía.

El portero del edificio, el hombre que halló el cuerpo sin vida del anciano de 80 años, informó de inmediato a los policías que había recibido un mensaje del religioso, algo imposible porque la víctima estaba muerta en su cama.

Noticia Patrocinada

La Policía cree que el detenido quería hacer creer a los amigos del sacerdote que estaba vivo, y por este motivo habría enviado varios mensajes en los que se hacía pasar por el presbítero y daba a entender que estaría ausente una semana «para resolver unos asuntos personales». Era falso. Según las investigaciones, el anciano ya había muerto por asfixia.

El primer mensaje enviado el martes poco antes del hallazgo del cadáver, un breve texto con vagas explicaciones sobre la ausencia del sacerdote, parecía creíble, pero el segundo nunca pudo escribirlo el religioso, ya que el portero lo recibió en su móvil cuando acababa de descubrir el cuerpo de la víctima.

Publicidad

Los investigadores sospechan que la intención del individuo que envió los mensajes era retrasar el hallazgo del cuerpo para utilizar la tarjeta de crédito del eclesiástico fallecido o para ganar tiempo en la huida. El móvil económico parece estar detrás de este crimen.

Los agentes del Grupo de Homicidios continúan las investigaciones para determinar si una segunda persona podría haber participado en los hechos, aunque todo parece indicar que el detenido no tiene ningún cómplice.

Publicidad

La Policía Científica realizó una minuciosa inspección en la vivienda del sacerdote y comprobaron que no había señales de robo. La puerta no estaba forzada y la calefacción se encontraba encendida. Los investigadores del Grupo de Homicidios tratan ahora de esclarecer si el detenido es el autor del crimen o solo habría utilizado la tarjeta de crédito de forma fraudulenta.

El hombre arrestado no tiene antecedentes penales y es el principal sospechoso de la muerte violenta. La Policía ha constatado que era uno de los individuos que frecuentaba la casa de la víctima en la calle Avellanas, ya que el sospechoso ha sido identificado por varios vecinos que se cruzaron con él en el patio del edificio.

Publicidad

Como adelantó LAS PROVINCIAS en su edición digital, el sacerdote Alfonso López Benito, de 80 años de edad, fue hallado muerto el martes por la mañana en su domicilio, una vivienda de la calle Avellanas junto al Arzobispado, con signos de asfixia y otros indicios criminales.

La Jefatura Superior de Policía de Valencia confirmó este jueves la detención de un sospechoso «en relación a las investigaciones que se están llevando a cabo por los hechos ocurridos el pasado martes tras el hallazgo del cadáver de otro varón en su domicilio en el centro de Valencia».

El breve comunicado que difundió la Policía Nacional de Valencia, a través de Telegram, no identifica a la víctima del crimen ni facilita datos sobre el hombre detenido. «Las investigaciones se encuentran bajo secreto sumarial. Se prosiguen con las pesquisas por parte del Grupo de Homicidios de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Valencia», afirma textualmente la nota policial.

Los investigadores también revisaron varias transferencias de dinero que realizó el sacerdote horas antes de su muerte violenta, según el testimonio de un vecino que habló con el clérigo el viernes, el último día que fue visto con vida en Valencia.

Publicidad

Los agentes del Grupo de Homicidios indagaron sobre las transacciones bancarias para averiguar si guardaban relación con el crimen o alguna posible extorsión, pero lo descartaron antes de detener al sospechoso.

El Arzobispado de Valencia se puso a disposición de la Policía Nacional para colaborar en el esclarecimiento de los hechos. Los investigadores tomaron declaración el martes por la tarde a un representante de la archidiócesis de Valencia para arrojar luz sobre las rutinas de la víctima, sus acciones caritativas y las visitas de jóvenes que recibía en su domicilio.

Conmoción en el Arzobispado

La muerte violenta del canónigo emérito de la Catedral de Valencia ha causado una gran conmoción en el Arzobispado de Valencia. El sacerdote había ayudado en los últimos años a varios jóvenes con antecedentes policiales que trataban de reconducir su vida. Algunos de ellos habían estado en su casa, en el número 22 de la calle Avellanas, y conocían sus costumbres y hasta su amistad con el portero.

La víctima recibió amenazas, presuntamente, de un joven que llamó varias veces al timbre de su casa. Este individuo gritó maldiciones contra el clérigo y se mostró muy agresivo cuando el portero del edificio le recriminó su actitud. Según un testigo, el alborotador reclamaba al sacerdote una cantidad de dinero que le debía, presuntamente, por haber mantenido relaciones sexuales con él.

Publicidad

Tras este incidente ocurrido hace dos años, varios vecinos del edificio hablaron con el religioso para mostrarle su preocupación y le pidieron que no acogiera en su domicilio a personas conflictivas. El asunto fue tratado en una reunión de la comunidad de vecinos, que plantearon incluso la posibilidad de instalar cámaras de vigilancia en el portal del edificio.

El Arzobispado conocía las quejas vecinales y trató de mediar, pero el eclesiástico continuó con su rutina. «Don Alfonso era un cura muy piadoso y altruista. Estábamos preocupados por la gente que iba a su casa», afirmó una vecina de la finca.

A pesar de las protestas de los vecinos, los jóvenes seguían acudiendo a la casa del sacerdote, pero lo hacían fuera del horario del portero. Un amigo del eclesiástico le aconsejó que no dejara entrar a los chicos en la vivienda. Tampoco le hizo caso. «Para ayudar a las personas necesitadas no es necesario que las recibas en tu domicilio. Tenemos los servicios de Cáritas y otras obras para auxiliar al prójimo», manifestó un clérigo que conocía muy bien a la víctima.

En otro ocasión, la Policía Nacional identificó a otro joven que estaba acosando al religioso para que le diera dinero. Los hechos sucedieron en una calle cercana a la Catedral de Valencia. Dos policías informaron al sacerdote de sus derechos por si quería presentar una denuncia contra el individuo, pero el sacerdote restó importancia al incidente.

Publicidad

 

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias al mejor precio: 3 meses por 1€

Publicidad