Diario de un presunto asesino en serie

Marta Calvo fue la última víctima. Su desaparición puso a la Guardia Civil sobre la pista de un presunto asesino en serie, Jorge Ignacio P. J., traficante colombiano de 39 años acusado también de los crímenes de Lady Marcela y Arliene Ramos. Otras nueve mujeres sobrevivieron a la obsesiva y letal práctica sexual del homicida: introducir piedras de cocaína en los genitales de sus víctimas.

Cuando vieron en las noticias al sospechoso del crimen de Marta, reconocieron al hombre que las había drogado y acudieron a dependencias policiales para delatarlo. Además de las tres muertes, Jorge Ignacio está acusado de tres tentativas de homicidio y seis delitos contra la libertad sexual. Y es que ellas no consentían la peligrosa manía de la 'fiesta blanca' (sexo con cocaína), pero él no respetaba las negativas.

Las voces de las víctimas que sobrevivieron nos permiten conocer el periplo criminal del presunto asesino entre mediados de 2018 y finales de 2019. Hoy reconstruimos ese calendario, un diario sobrecogedor en el que tres mujeres perdieron la vida y otras nueve podrían haber muerto.

Lugar: un piso de la avenida de las Cortes Valencianas en Valencia. Declaración de la mujer colombiana: «Ese día estábamos varias chicas en el piso. Me eligió a mí y cuando nos quedamos a solas sacó una bolsa de cocaína tan grande que tenía que cogerla con las dos manos. Hizo tres rayas y me ofreció pero le dije que no. Después del sexo me ardía la vagina y tenía el corazón muy acelerado. Fui al baño para lavarme y salieron piedras de cocaína. Se lo eché en cara y él lo negó. Salí a buscar unos juguetes sexuales y me quedé en la puerta vigilando y entonces vi cómo cogió una pastilla, y le grité que me estaba drogando. Cogí un cuchillo y le dije que no iba a morir, que había cámaras y que iba a llamar a la policía. La encargada no quería que se fuera porque ya había pagado (150 euros por una hora). Él le quitó el dinero y se marchó».

Lugar: vivienda de la calle Reyes Católicos en l'Olleria. Declaración: «Nunca había visto tanta cocaína. Noté que intentó meterme droga en la vagina y el ano sin pedirme permiso, pero me negué. Me insistió mucho para que esnifara dos o tres gramos de cocaína. Recuerdo que perdí el conocimiento y me desperté con él encima. Luego me dijo que había sufrido convulsiones durante cinco minutos y me enfadé porque no había llamado a una ambulancia. Empecé a marearme al beber una copa de vino que me dio. Él bebió poco. Luego me fui tan drogada que no me di cuenta de que me había quitado el dinero. En agosto volvió a escribirme para quedar pero le dije que no. Lo pasé tan mal que dejé un tiempo la prostitución».

Arliene Ramos Dos Santos, la primera víctima mortal del presunto asesino, ofrecía sus servicios sexuales en un piso de la Gran Vía Marqués del Turia en Valencia. Sufrió convulsiones cuando estaba con Jorge Ignacio, que se marchó sin auxiliarla, y murió días después en un hospital. La fiscal del caso acusa al homicida de omisión del deber de socorro, pero el abogado Juan Carlos Navarro, que representa a la familia de la víctima, considera que Arliene fue asesinada con la introducción de droga en sus genitales. La autopsia detectó cocaína y benzodiacepina en el cuerpo de la mujer brasileña.

Lady Marcela Vargas es la segunda víctima mortal que los investigadores atribuyen a Jorge Ignacio. La joven murió en un piso de la avenida de la Plata en Valencia por una sobredosis de cocaína. El forense también apreció señales de asfixia, por lo que la acusación particular califica esta muerte de asesinato. La fiscal cree, de momento, que Lady Marcela fue víctima de un homicidio. La investigación policial sitúa al presunto asesino en serie en la escena del crimen tras analizar una muestra biológica hallada en un preservativo.

Jorge Ignacio la recogió con su coche en Valencia y la trasladó a una vivienda en Manuel. Tras negarse ella a consumir cocaína, el narcotraficante le sirvió una copa de champán. «Estaba en el baño y no pude ver si me echó droga en la bebida, pero empecé a sentirme mal poco después», declaró la mujer ante la Guardia Civil. «Fui al baño para darme una ducha con agua fría y noté que tenía algo en la vagina y el ano. Metí mis dedos y saqué trozos de una sustancia dura. Me asusté mucho cuando vi las piedras de cocaína», afirmó la joven. También precisó que los trozos de droga que sacó de sus genitales eran del tamaño de media falange. «Me daba miedo por si me pasaba algo y llamé a una amiga, pero como no sabía la dirección le envié mi ubicación para que me recogiera», relató la prostituta. «Él me dijo primero que me fuera andando. Luego se ofreció a llevarme a la estación y me pagó el billete. Cuando llegué a casa me di cuenta de que no había cobrado el servicio. Pasé tanto miedo que no me preocupé del dinero», añadió.

Una mujer paraguaya de 29 años también refiere un encuentro con Jorge Ignacio en un piso del barrio de Patraix en Valencia. Manifestó que él llevaba una bolsa con piedras de cocaína, pero no tomaron droga y bebieron unos vasos de cerveza. Ella notó un sabor extraño. Cuando comenzaron las relaciones sexuales, Jorge Ignacio agarró a la joven del pelo y la golpeó. También señaló que le insultó con palabras soeces como «guarra» o «perra». Comenzó a sentirse aturdida tras notar que le había metido droga en sus genitales, y por este motivo, consiguió echarlo del piso. Su estado empeoró posteriormente por la fuerte intoxicación de cocaína y llegó a pensar que podría haber muerto.

Lugar: vivienda de Manuel. Declaración: «Sacó una bola de cocaína y me impregnó la vagina, el ano, las axilas, los pechos y los pies. Me puso droga en casi todo el cuerpo y perdí el conocimiento. También noté polvo de cocaína en las sábanas. Estuve dos horas con él y le pregunté si había echado veneno en la bebida. Él no contestó y dijo que me pagaría el sueldo de un mes si me quedaba más tiempo. Luego empecé a encontrarme mal en el supermercado donde trabajo y fui al hospital. Me hicieron analíticas de orina y sangre y detectaron cocaína. Le dije al médico que me habían envenenado y me contestó que para buscar veneno tenía que hacer otro tipo de análisis que no consideró necesario».

Lugar: Piso en la plaza los Pinazo en Valencia. Declaración: «Me dijo que antes de comenzar a tener relaciones yo debía hacerme una raya de cocaína, pero me extrañó que él no consumiera. Nunca había visto una raya tan gruesa. Para seguirle el juego hice como que la esnifaba, pero soplé y esparcí el polvo con los pies. Luego noté como me intentaba meter una piedra de cocaína por el ano del tamaño de una habichuela y me enfadé. Me dijo que me pagaría más si le dejaba hacerlo pero no acepté. Discutimos, llamé a mi compañera, le devolvimos el dinero y lo echamos».

El encuentro sexual tuvo lugar en un piso de la calle Donoso Cortés en Valencia. «A él le gustaba ponerse cocaína en el pene. Me introdujo unas piedras del tamaño de una lenteja en la vagina y el ano. Le dije que no lo hiciera y respondió que no había hecho nada», declaró la víctima. Jorge Ignacio le pagó 440 euros por cuatro horas de servicios sexuales.

Otra de las mujeres por las que el presunto asesino está acusado de tentativa de homicidio se citó con él en un hotel de Valencia a través de la misma web de citas que usaba Marta. Según su relato, Jorge Ignacio trató de introducirle dos veces cocaína en los genitales. Ella se sacó la droga y se marchó. Tras discutir por el dinero, la víctima asegura que él profirió una grave amenaza: «Yo no soy de pegarte, te voy a balacear». La víctima huyó asustada.

Volvió a quedar con la mujer de 44 años en el piso de la calle Donoso Cortés. «Estuvo en casa entre diez y veinte minutos. Se comportó de forma agresiva, se desnudó y quería mantener relaciones sexuales sin pagar. Le dije que se marchara y lo hizo tras mirarme de forma amenazante».

La testigo recibe una llamada telefónica (el 7 de noviembre al mediodía) y un mensaje de wasap (la noche del 10 de noviembre) de Jorge Ignacio, pocas horas antes y tres días después de la muerte de Marta Calvo, respectivamente, pero no llegó a quedar con él.

Marta Calvo muere en la vivienda de Manuel al ser intoxicada con cocaína por Jorge Ignacio, según la Guardia Civil. Tras ser detenido, el presunto homicida declara que la joven falleció tras consumir ambos alcohol y cocaína. También aseguró que descuartizó el cadáver y lo arrojó a varios contenedores, pero los investigadores sospechan que lo ocultó en algún lugar. El cuerpo no ha aparecido pese a una minuciosa búsqueda en el vertedero de Dos Aguas y otros lugares.