Ferrándiz, de permiso a 48 horas de quedar libre y con planes de vivir en el extranjero

Será el sábado cuando Ferrándiz (al borde de los 60 años) deje la prisión de Ciudad Real. Aunque acaba de disfrutar de unos días de libertad. El quíntuple homicida vuelve hoy al presidio tras disfrutar de unas jornadas de permiso. El último concedido antes de alejarse de las rejas que han sido su horizonte durante los últimos 25 años. El sábado se produce el cumplimiento del máximo de privación de libertad que contempla la legislación española. Ferrándiz quedará libre tras ese periodo, frente a los 69 años de prisión que le impuso la Audiencia de Castellón.

¿Cuáles son los planes de futuro del exrecluso? «Es muy listo. Se le ve una persona tremendamente métodica», asegura un funcionario de Herrera de la Mancha en conversación con LASPROVINCIAS. Lo atestiguan sus propios asesinatos. El reguero de muertes en el entorno de Castellón y de Vora Riu que conmocionaron a España y a la Comunitat en los años 90. Una madeja macabra que tardó años en ser desenredada por policías, criminólogos, fiscales y jueces. «Seguro que lo tiene todo perfectamente planificado. Sabe que fuera le espera una enorme presión social y que jamás podrá pasar desapercibido», añade el vigilante penitenciario.

Pero el propio funcionario pone sobre la mesa cuál es la intención de Ferrándiz: «Quiere irse a vivir al extranjero». El asesino en serie no ha detallado a qué país pretende desplazarse. Sabe que aquí va a tener una vida imposible. «Es consciente de que las familias de las víctimas y los medios de comunicación se le van a echar encima», señala el integrante de la plantilla penitenciaria de Herrera de la Mancha.

De hecho hay un precedente similar. Miguel Ricart. El triple asesino de las niñas de Alcàsser salió en libertad en noviembre de 2013. De la misma Herrera de la Mancha que ha sido el hogar de Ferrándiz. Veinte años después de ser encarcelado, con la doctrina Parot reduciendo su tiempo de 'trena'. Y nada más poner un pie en la calle le envolvió el caos. Una nube de periodistas a las puertas de la cárcel. El intento de entrevista pagada por una televisión nacional. Un vagar por Andalucía, Valencia (esperó unas horas en un autocar en la estación de autobuses camino de Barcelona) y Cataluña. Aquí durmió varios días en la calle. Desapareció en Francia. Hasta que luego reapareció en dos narcopisos de Madrid y Barcelona, en esta última ciudad detenido e imputado por un delito de tráfico de drogas.

El destino de Ferrándiz se acaba asemejando a esta suerte de 'destierro social', más allá de las fronteras de nuestro país. Atrás quedan más de dos décadas de vida entre los muros de Herrera de la Mancha. «Ha tenido siempre una muy buena conducta. Responsable y sin dar ningún tipo de problema. Es una persona muy inteligente», vuelve a subrayar el funcionario de la cárcel manchega. La misma máscara que utilizaba para camuflarse ante sus víctimas: cara de buen tipo, bien vestido, amable y de apariencia afable.

Durante sus últimos años en Herrera de la Mancha, Ferrándiz ha estado internado en la unidad de Enfermería. No por ninguna dolencia ni por riesgo de suicidio, como suele ocurrir para estar en este departamento, sino porque su labor en el presidio estaba relacionada con este lugar. El asesino en serie ha sido el encargado de llevar el reparto de productos de limpieza en la cárcel. Su labor era la de ser ordenanza, con el cometido de llevar el control del almacén y su mantenimiento.

El permiso de estos días es el último de muchos que Ferrándiz ha disfrutado. Durante el año pasado salió hasta en tres ocasiones de la cárcel de Herrera de la Mancha. Este año, al menos otras dos veces. Son sus últimos compases con la condena a cuesta. Queda ver ahora como se desenvuelve el exconvicto tras volver a la sociedad.