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Un especialista en criminalística fotografía la piscina donde se sospecha que se produjo el asesinato. DAMIÁn TORRES

Los forenses aseguran que los niños de Godella murieron «con violencia extrema»

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Comparan los golpes que presentaba Amiel con la caída de un quinto piso y no descartan que fueran agarrados de los pies durante la paliza

Viernes, 4 de junio 2021, 11:54

La quinta jornada del juicio por el asesinato de los niños de Godella fue la más dura. Declararon los expertos forenses que participaron en ... las autopsias a los pequeños Amiel e Ixchel en el Instituto de Medicina Legal de Valencia (IML). Y constataron la «violencia extrema» con la que fueron golpeados los dos hermanos de tres años y cinco meses.

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Uno de los forenses detalló que Amiel fue enterrado desnudo. Presentaba tanto golpes como arañazos. Cerca de una treintena de lesiones por todo el cuerpo. En la cabeza, el niño sufrió nueve impactos. Al parecer, no hubo arma. Tuvo que ser «un elemento contundente ancho». Probablemente, estimó el experto, sufrió las lesiones «por golpes contra el suelo o contra una pared» y se apuntó como principal hipótesis el borde de la piscina, pues allí había una gran mancha de su sangre.

En los brazos y hombros del niño también se encontraron abundantes moratones, contusiones y arañazos, «posiblemente por agarres, arrastres y más golpes». Hay elementos como para creer que el menor murió al ser sacudido a golpes «sujetado por pies o piernas». Las heridas se apreciaron también en el tórax o en el muslo, «donde había marcas de uñas propias de ese agarre» y también de arrastre sobre una superficie rugosa. El experto que ilustró al jurado tampoco descarta que la cabeza del niño estuviera cubierta con algún elemento fino en el momento en que recibió los golpes.

En el análisis de tóxicos se comprobó que había ingerido cafeína, pero no sedantes. Como conclusión, las lesiones de Amiel, «obviamente de naturaleza homicida», eran «equivalentes a una caída desde un quinto piso». Sitúan la hora de su muerte entre las 22 horas del 13 de marzo y las 4 del día siguiente.

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Los especialistas del IML también detallaron las lesiones de la bebé Ixchel. La niña fue enterrada cubierta con una manta. Llevaba ropa mojada y manchada de tierra. Las lesiones fueron parecidas a las de su hermano mayor: muchos golpes, especialmente en la cabeza. Unos eran «compatibles con el empleo de un palo» y otros, «con choques sobre una superficie dura y plana». Fueron repetitivos y provocaron su muerte «inmediatamente». Los forenses no hallaron en la niña evidencias de inmersión en el agua o ahogamiento.

Como conclusión, en el caso de la niña hubo también «una violencia muy importante» en los golpes. Y barajaron los especialistas que se produjeran contra una teja curva que había en la casa, probablemente también mientras la bebé era agarrada por los pies. Falleció en la misma franja temporal que Amiel.

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Nada en las heridas de los hermanos permite determinar si fue una persona o más quienes participaron en sus mortales palizas. Los otros peritos forenses previstos ayer, los que examinaron el estado mental de los padres acusados, declararán el martes al retrasarse sus comparecencias por un problema técnico en el sistema de grabación de la sala de vistas. Se trata de especialistas en la rama mental del IML y también de la cárcel de Picassent.

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