La Funeraria Montesinos es un pequeño negocio de pompas fúnebres con varias décadas de existencia. Ubicada en un modesto local en el popular barrio de Benimaclet, su propietario, José Montesinos, detalla en su linkedin que es propietario gerente desde 1980. Toda una vida tratando ... con el máximo cuidado a los muertos.
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El domicilio social de la funeraria está en Massamagrell, aunque el local del negocio está en la calle Sant Esperit, 7 de Valencia. El negocio carece de página web y su facebook se caracteriza por ser bastante escaso en datos: una foto del propietario, un vehículo de pompas fúnebres con sus coronas y poco más.
La funeraria es puramente familiar, alejada de los grandes referentes de este negocio que mueven mucho miles de euros. En un reportaje en el periódico El Mundo en 2011 sobre el negocio de la muerte, José Montesinos era uno de los profesionales entrevistados. Montesinos hacía gala de que la suya quizá era la funeraria más pequeña de la ciudad de Valencia y apuntaba que estaba especializada en traslados internacionales de cadáveres.
Montesinos, en el reportaje, aseguraba que su negocio seguía siendo rentable -España vivía inmersa en la crisis inmobiliaria tras explotar la burbuja en 2008- aunque las familias cada día se gastaban menos dinero en coronas de flores y otros suplementos para recordar al finado. Este profesional aseguraba que embalsamaba e incluso se atrevía a reconstruir cadáveres «con el talento de un artesano».
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En la puerta de su negocio figura su especialidad de traslados internacionales de cadáveres como uno de los servicios que ofrece. De hecho, Funeraria Montesinos se encargó de la repatriación de una mujer rumana a su país que fue víctima de violencia machista.
En marzo de 2020, el Ayuntamiento de Teulada adjudicó a esta empresa de pompas fúnebres la repatriación de un cadáver por valor de 2.645 euros. La mujer trasladada a su lugar de nacimiento fue la rumana Alina Mocanu, de 36 años, cuyo cadáver fue hallado en el interior de un contenedor en una zona residencial.
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La mujer, que fue asesinada por un exmarine holandés de 59 años y que contaba con antecedentes por violencia de género, era madre de un menor de 14 años en el momento del asesinato.
El Ayuntamiento de Teulada-Moraria asumió el gasto de la repatriación del cadáver de esta ciudadana rumana y el traslado se adjudicó a través de un contrato menor a la Funeraria Montesinos, que cumplió diligentemente el servicio encomendado.
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