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Imagen de un cuartel de la Guardia Civil en Valencia. EFE
Guardia Civil en precario: coches y patrulleras viejos y falta de 300 agentes en la Comunitat

Guardia Civil en precario: coches y patrulleras viejos y falta de 300 agentes en la Comunitat

Cascos de protección de los años 90, embarcaciones con 20 años y cuarteles en ruinas, deficiencias que sufren los agentes

Domingo, 18 de febrero 2024, 00:24

Ellos nos protegen, pero tienen los recursos limitados. La tragedia de Barbate ha abierto el debate: «¿Cuenta la Guardia Civil con los medios necesarios?» Y la respuesta es un rotundo «no». Desde la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) y Justicia Guardia Civil (JUCIL) desvelan la precariedad a la que se enfrentan los agentes mientras tratan de llevar a cabo sus labores profesionales.

Coches con más de 400.000 kilómetros, embarcaciones de más de 20 años, cascos con más de 10 años que ya no cumplen las prescripciones, falta de agentes o cuarteles ruinosos... Estos son algunos de los problemas a los que se enfrenta la Guardia Civil. Desesperados por conseguir los medios necesarios para dar una respuesta rápida y efectiva a la ciudadanía.

Sólo en Valencia hacen falta cerca de 350 agentes. Las asociaciones coinciden en que las plantillas actuales son las mismas que hace 20 años. Sin embargo, «con la creación de las nuevas unidades como ROCA o VIOGEN disminuyen los efectivos disponibles para atender temas en materia de seguridad ciudadanas», detallan desde AUGC.

Se han creado nuevas unidades nutriéndose en la mayoría de los casos de personal de los Puestos. «Estas unidades se plantean en la mayoría de los casos como control de calidad SIGO y Aplicativo Viogen lo que genera una carga de trabajo extra a nivel burocrático en las unidades», critican desde Justicia Guardia Civil (JUCIL). La asociación solicita que estos equipos no tengan como única función el control de calidad de las grabaciones realizadas por la unidad, si no que también se hagan cargo del seguimiento de los casos de las víctimas.

JUCIL considera que de este modo se quitaría volumen de trabajo a las unidades de seguridad ciudadana que en la mayoría de los casos «se encuentran desbordadas, sin personal y cubriendo más cometidos por turno de los que son matemáticamente posibles».

Plantean la necesidad de que los casos de violencia de género sean revisados y controlados por personal específico que esté debidamente formado y preparado para estos cometidos. Hay ocasiones en las que hay una única patrulla para prestar el servicio de núcleo operativo que tienen demarcación de cinco puestos ordinarios y que han tenido que realizar las vigilancias del domicilio de hasta seis víctimas de alto riesgo cuyas residencias se encontraban en diferentes puntos de la demarcación.

No sólo eso, si no que como explican desde la Asociación Española de Guardias Civiles mientras que en las Unidades Territoriales antes salían dos patrullas por turno, «ahora en muchas unidades difícilmente sacan una patrulla por turno». Una situación que sobre todo se agrava en aquellos municipios pequeños. En estos casos, los agentes tienen que sacar patrullas mixtas de hasta dos o tres puestos distintos para poder dar servicio al ciudadano. También ha disminuido el horario de atención ya que los puestos ordinarios están cerrados la mayor parte de los días.

Los agentes se enfrentan constantemente a la escasez de recursos. Su vocación de servicio se ve frustrada por esta realidad. Otra de las problemáticas reside en los vehículos de los que disponen. Tienen coches de más de 20 años con más de 400.000 kilómetros. «Es un peligro para la seguridad vial», comentan desde la Asociación Española de Guardias Civiles. No todo es malo. La Unidad de Tráfico cuenta con una mejor flota dado que los coches de los que disponen se los compra la Dirección General de Tráfico (DGT).

A nivel nacional, el cuerpo de la Guardia Civil recibe cerca de 600 vehículos nuevos al año. Pero, en palabras de los afectados, «siguen siendo insuficientes». En sus cocheras todavía hay vehículos muy antiguos que necesitan reemplazar urgentemente.

¿En qué estado se encuentran las embarcaciones de las que disponen los efectivos en la Comunitat? En la autonomía hay un total de cuatro embarcaciones. La más grande de ellas es nueva. Sólo tiene un año. Aun así, ya tiene que pasar por el taller porque presenta deficiencias. La mediana tiene 25 años. Las otras dos son semirrígidas. Una de ellas fue incautada a un grupo de narcotraficantes y ya tiene 10 años y la otra tiene 12 años.

«No hay personal ni embarcaciones suficientes para dar una atención 24 horas. Además con todo lo que cuesta arrancarlas y teniendo en cuenta que el mar es inmenso no sirven para una urgencia», detallan desde AUGC.

No es la única dificultad con la que se encuentran los agentes cuando tratan de lidiar con los delincuentes en alta mar. «Existe otro peligro manifiesto. Cuando los narcotraficantes cogen el alijo de las embarcaciones embisten con el coche a todo el que se les ponga por delante», aseguran desde la Asociación Unificada de la Guardia Civil. La Benemérita tiene que enfrentarse en muchas ocasiones con maleantes que no tienen ningún respeto por la vida ajena. Y para eso, necesitan disponer de todo el material necesario para responder a estos ataques. Las asociaciones también denuncian que no disponen de protocolos de actuación claros que les permita «interceptar las narcolanchas sin poner en peligro sus vidas».

Material antiguo y escaso

Otra de las problemáticas a las que tienen que hacer frente los miembros de la Benemérita es que en muchas ocasiones les proporcionan material en malas condiciones debido a que es muy viejo. En el caso de la Unidad de Seguridad Ciudadana (USECIC) muchas veces tienen cascos incluso de los años 90. Además, a penas disponen de cascos balísticos (aquellos que están diseñados para salvar la vida de los agentes en caso de que reciban un disparo en la cabeza) y los efectivos tienen que compartirlos.

Desde la Asociación Justicia Guardia Civil (JUCIL) destacan: «Los cascos balísticos tipo Marte procedentes del ejército de Tierra están caducados y los que poseen pantalla de protección balística en muchos casos esta pantalla no está en condiciones óptimas». Además lamentan que en la unidad USECIC hay cerca de 10 cascos para 40 agentes. Hay que tener en cuenta que los efectivos de esta unidad necesitan una especial protección dado que realizan labores que pueden ser arriesgadas como las entradas y registros.

En cuanto al Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) todo el material del que disponen: cascos, escudos y chalecos antifragmentos tienen cerca de una década de antigüedad. De hecho, las PRCS (Patrulla de Reserva de la Compañía) que son las patrullas de apoyo para reforzar la seguridad ciudadana ni siquiera tienen cascos.

Las asociaciones también critican que las linternas se están adjudicando a los vehículos en lugar de a los agentes y no todos los coches disponen de ellas. Otros en cambio tienen linternas obsoletas de gran tamaño y poca autonomía y potencia lumínica. También tienen escasez de las balizas luminosas para las unidades territoriales para poder ser visibles en los puntos de verificación que se realizan.

Eso sí, reconocen que los chalecos antibalas se encuentran en buen estado ya que los repusieron hace cerca de tres años.

Cuarteles en mal estado

Grietas, humedades, goteras... Las asociaciones de la Guardia Civil denuncian que hay muchos cuarteles en la Comunitat que se encuentran en situaciones deplorables. Entre los más problemáticos, desde AUGC ponen el foco de mira en el cuartel de Camporrobles o de Massamagrell. «Se cae a a pedazos», sentencian. Además, la Benemérita está «poco concentrada. En el puesto de Quartell solamente abren martes y jueves y en Estivella, tres días a la semana.

Desde la Asociación profesional Justicia Guardia Civil (JUCIL) lamentan la falta de seguridad en los acuartelamientos, que en muchos casos no se encuentran dotados de sistemas de videovigilancia o sólo hay un agente en el cuartel. No son pocos los ejemplos que ponen para denunciar la situación de inseguridad. Sin ir más lejos, el pasado 17 de octubre de 2023 un hombre agredió a un Guardia Civil a las puertas del cuartel de Riba-Roja sin mediar palabra y después salió huyendo del lugar.

En este caso «la agresión no pudo ser captada por ninguna cámara de seguridad porque el cuartel de la Guardia Civil de Riba-Roja, como ocurre con otras dependencias antiguas del Instituto Armado en determinados municipios, carece de sistemas de videovigilancia», aseguran desde JUCIL.

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