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Casi seis meses después del infierno de la dana, cuesta no emocionarse al seguir mirando cara a cara el drama. A las puertas de la ... Ciudad de la justicia, a Sara Sánchez le tiembla la voz cuando rememora lo vivido en su propia familia medio año atrás. El horror de 'Candi' sobre el tejado de una caseta de Cheste. Así llamaban a su cuñado. Aguantó lo que pudo pero apareció muerto días después y a ocho kilómetros de distancia. Y este jueves, con sus emocionadas pero contundentes palabras, su cuñada Sara Sánchez ha llevado ante la jueza de la dana la tremenda inacción de los servicios de Emergencias que se vivió aquel día.
Dura, directa y descarnada. Así ha sido la declaración de Sara ante la magistrada: «Todos los días hay controles en rotondas y un montón de sitios, y ese día nadie cortó las carreteras. Mi cuñado estaba en una huerta que tenía junto al barranco del Poyo. Y allí le vino el tsunami. Se subió a la caseta como pudo. Poco a poco la caseta se iba desintegrando. Llegó a llamar a mi hermana. Le dijo que iba a morir. Lo último que le dijo es que la quería. Es muy triste que nadie estuviera allí para auxiliarlo. Tú me imaginas como en una película que va a ir un helicóptero a rescatarlo. Pero son películas. En la vida real, estamos desamparados. No les importamos nada. Una desafección política total. Una población abandonado. Ni avisaron ni le socorrieron».
Acompañada por su pareja, Vanessa Roldán, Sara ha desgranado el triste final de Cándido, de 62 años, uno de los 228 muertos en la tragedia, ante la titular del juzgado de instrucción número 2 de Catarroja. La mujer ha cargado especialmente contra la descoordinación vivida aquel día. «De todos los colores», en referencia a todos los partidos políticos implicados en la gestión de la dana. «No hubo comunicación ni entre alcaldes. Nadie avisó al de al lado. Ni al de aguas abajo. Solamente veían su ombligo. Ninguno alertó de que la catástrofe llegaba», ha lamentado ante los medios de comunicación.
Ni bandos municipales ni avisos de subir a lugares altos. «Absolutamente nada para que la gente se pusiera a salvo y no bajara a buscar los coches. Hay gente poco preparada al frente de lo que se tiene que hacer ante catástrofes como esta. Necesitamos mejores protocolos», ha indicado la testigo del procedimiento judicial.
Sara ha querido hacer un último homenaje a Cándido, «camarero de toda la vida en un bar de la Alameda. Muy conocido y muy querido». Con retales de recuerdos de aquel día. De cómo pudo subirse al tejado hasta con dos perros que tenía. «Una perrita apareció viva. El agua debió tirarla hacia otro lado, no nos explicamos cómo sobrevivió». A 'Candi' lo buscaron durante días. «Con batidas de familiares y amigos». Su cuerpo fue encontrado arrastrado por el agua a unos ocho kilómetros de la caseta de Cheste en la que intenó aferrarse a la vida. «De la caseta no quedó ni rastro. Desintegrada». Fue hallado dos días después del 29 de octubre. Aún tardaron otros 10 días en identificarlo. El suplicio hasta constatar que el trágico final se había consumado.
El testimonio de la pareja ha servido para atestiguar el caos que sufrieron los atrapados y afectados por la riada aquel funesto 29-O. Ambas han relatado a la jueza su «desesperación» y «desamparo» al intentar ponerse en contacto con alquien que salvara la vida de Cándido. Desde el 112, a la Guardia Civil, Salvamento Marítimo, bomberos, ayuntamientos de Chiva, de Cheste... «Ya no sabíamos a dónde llamar. Nadie nos cogía el teléfono. Solo conseguimos a las once de la noche hablar con Salvamento Marítimo para darle coordenadas», ha recordado Sara, destrozada aún tanto tiempo después a las puertas de los juzgados.
La confusión en los teléfonos de atención aquella tarde fue tal que el teléfono 112 les redirigía al servicio de Emergencias de Córdoba, donde reside la pareja. Allí también intentaron ponerse en contacto con sus compañeros de Valencia, «pero tampoco les cogían el teléfono», ha asegurado Sara.
La testigo ha reclamado que avance la investigación del juzgado de Catarroja. «Verdad, justicia y reparación», han sido sus reivindicaciones. «Quecsalgan todos los responsables», ha subrayado Sara, al tiempo que ha reclamado la dimisión del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón.
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