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J. A. MARRAHÍ/J. MARTÍNEZ
Miércoles, 17 de junio 2020
Un interés económico podría esconderse, según las primeras investigaciones, tras el crimen de Isaac Guillén Torrijos, el expolicía discapacitado de 45 años cuya esposa ha sido arrestada por la policía. Según un amigo de la víctima, hubo un acuerdo entre él y Beatriz F. ... C., la sospechosa de 41 años, por el que se casaba con ella para recibir sus cuidados a cambio de los derechos de pensión y parte de su herencia.
Pero la grave enfermedad neurodegenerativa de Isaac no hacía presagiar una muerte inminente a pesar de sus padecimientos, por lo que ella habría planificado, supuestamente, el final de su esposo tras intentar convencer a sus familiares de que el deseo firme de Isaac era quitarse la vida.
Los investigadores sospechan que, después de la muerte de la víctima y la ocultación del cadáver, la viuda envió mensajes, presuntamente, a varios parientes y conocidos como si los hubiera escrito el expolicía, con un doble objetivo: primero hacer creer que tenía intención de suicidarse y, más tarde, que seguía vivo sin desear ser localizado y defendía a su mujer ante las sospechas que empezaron a planear sobre ella.
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Javier Martínez Juan Antonio Marrahí
Otro punto clave para la investigación ha sido la parcela de 1.700 metros cuadrados de Godelleta donde la policía localizó sin ninguna colaboración de la viuda el cuerpo de Isaac con varios golpes y enterrado. Allí estaban también su silla de ruedas y algunas de sus prendas. Dos agentes del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional siguieron el pasado lunes a la sospechosa hasta el terreno sin que ella se diera cuenta y descubieron entonces la posible escena del crimen.
La policía montó un operativo de vigilancia durante toda la noche ante la posibilidad de que la viuda regresara para trasladar el cádaver a otra parte, y al día siguiente comenzaron a cavar con picos y palas en los lugares donde apreciaron que la tierra había sido removida. El cuerpo fue hallado al mediodía del lunes en una fosa poco profunda.
Como confirmó a este diario el propietario del terreno, la sospechosa decidió alquilarlo en octubre, dos meses antes de la desaparición del hombre. Su intención, ahondó, «era crear allí un huerto que jamás se ha hecho». Y lo más relevante: «Nos dijo que no removiéramos la tierra», expresó Emilio en declaraciones a este diario.
Con todo, la muerte de Isaac se situaría así a finales del año pasado. Después, Beatriz comenzó a difundir su versión ante el resto de familiares y también en unas declaraciones al diario Levante cuando su desaparición se hizo pública. Según este medio, Beatriz mantenía que en verano Isaac estaba ya muy deprimido por su enfermedad degenerativa.
«En junio y julio empezó a buscar información para ir a Suiza, estaba interesado en la eutanasia y allí había visto que podía», expresó. Siempre según su versión, descubrió que su marido había buscado en internet formas de quitarse la vida, estando incapacitado y que incluso había colgado anuncios en un portal donde solicitaba los servicios de un chófer con conocimientos de alemán o portugués.
Según la ahora detenida, vio por última vez a su marido tras dejarlo en el barrio de la Luz de Xirivella para celebrar en un bar el cumpleaños de un compañero del centro para personas discapacitadas al que acudía Isaac. Y este fue el supuesto mensaje que dijo haber recibido del hombre el 1 de diciembre: «Lo siento mucho pero no voy a volver a casa. Cuando pase algo os avisarán de inmediato, es decisión mía y sólo mía, y debéis respetar mi voluntad».
Arrancaba así la supuesta pantomima de Beatriz para esconder su presunta participación en la muerte y enterramiento de Isaac, pero otros familiares no tardaron en sospechar que algo extraño sucedía. Uno de ellos fue su prima Patricia Martínez, portavoz de la familia: «Si mi tío hubiera querido buscar la eutanasia no habría actuado desapareciendo sin más y a espaldas de todos los que le queríamos». Y por eso interpusieron una denuncia el 5 de diciembre.
Los mensajes presuntamente redactados por Beatriz en nombre de su ya fallecido esposo siguieron fluyendo hasta febrero. Los recibieron por ejemplo Patricia, otra prima, la hija de Isaac y su tío, además de un amigo. Y todos con la misma idea y pretendidos errores en la escritura para hacerlos creíbles ante la escasa movilidad a causa de la enfermedad. «Que dejáramos de buscarlo, que lo dejáramos en paz», reveló su prima. «Pero sabíamos a ciencia cierta que no era él, no era su manera de expresarse y tampoco puede escribir sin ayuda».
Otro colega de la víctima recibió un mensaje enviado desde el móvil de Isaac. En esta ocasión se expresaba un supuesto enfado del hombre por la difusión de su foto y se ensalzaba la labor de Beatriz ante las dificultades de su enfermedad. Este testigo asegura que vio a Isaac poco antes de su desaparición y no percibió en su conducta «nada extraño» que le llevara a pensar que buscaba la muerte. La investigación policial sigue abierta.
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